Pronósticos de Machinea

El ministro de Economía despliega una intensa actividad para motivar a los inversores extranjeros a fin de promover su participación en la Argentina. Esperar bajar 10% el desempleo en 2003

20 enero, 2001

José Luis Machinea, dijo el martes 16 a los inversores españoles en Madrid que espera un crecimiento mínimo del PBI del 3% en 2001, pero que espera estar con una expansión analizada de hasta 5% a fin de año y mantenerla en los próximos.

En cuanto a desempleo, la meta es bajar el índice de desocupación 1,5% por año, para llegar a 2003 con menos de 10%.

Al día siguiente, miércoles 17, el ministerio de Economía colocaba un Bono Global a 10 años por US$ 500 millones, a una tasa de interés de 12,09%; hecho considerado auspicioso por los funcionarios en vista de que se pagó una sobretasa de 656 puntos básicos sobre el rendimiento de un título similar del estado norteamericano, cuando la anterior colocación tuvo una sobretasa de 694 puntos.

Desde Italia se informaba que bonos argentinos de la deuda por valor de US$ 20.000 millones están en manos de inversores de ese país, donde el interés de 12% que pagan resulta mucho más atractivo que el 4,75% devengados por los papeles locales; la diferencia justifica el riesgo.

Para el ministro viajero, otra señal positiva surgió del Fondo Monetario Internacional, donde el director de Relaciones Externas, Thomas Dawson, afirmó que a su juicio todos los acontecimientos que se suceden parecen favorables para la Argentina. Citó concretamente la emisión del Bono Global por US$ 500 millones.

El jueves 18, los titulares de la prensa escrita y audiovisual subrayaban las versiones trascendidas sobre los anuncios que haría el Presidente sobre el lanzamiento del Plan de Obras de infraestructura y de construcción de viviendas.

Con las primeras concreciones, se esperaba generar más de 10.000 puestos de trabajo en forma directa y otros 5.000 de manera indirecta.

La convicción de Fernando de la Rúa de que el plan de obras es la llave que abrirá las puertas de la reactivación económica, explicaría la designación de Aníbal Rothamel, hombre de su entera confianza, en el cargo de subsecretario de Obras Públicas; el primer mandatario no ocultaba su intención de monitorear personalmente la marcha de los proyectos.

José Luis Machinea, dijo el martes 16 a los inversores españoles en Madrid que espera un crecimiento mínimo del PBI del 3% en 2001, pero que espera estar con una expansión analizada de hasta 5% a fin de año y mantenerla en los próximos.

En cuanto a desempleo, la meta es bajar el índice de desocupación 1,5% por año, para llegar a 2003 con menos de 10%.

Al día siguiente, miércoles 17, el ministerio de Economía colocaba un Bono Global a 10 años por US$ 500 millones, a una tasa de interés de 12,09%; hecho considerado auspicioso por los funcionarios en vista de que se pagó una sobretasa de 656 puntos básicos sobre el rendimiento de un título similar del estado norteamericano, cuando la anterior colocación tuvo una sobretasa de 694 puntos.

Desde Italia se informaba que bonos argentinos de la deuda por valor de US$ 20.000 millones están en manos de inversores de ese país, donde el interés de 12% que pagan resulta mucho más atractivo que el 4,75% devengados por los papeles locales; la diferencia justifica el riesgo.

Para el ministro viajero, otra señal positiva surgió del Fondo Monetario Internacional, donde el director de Relaciones Externas, Thomas Dawson, afirmó que a su juicio todos los acontecimientos que se suceden parecen favorables para la Argentina. Citó concretamente la emisión del Bono Global por US$ 500 millones.

El jueves 18, los titulares de la prensa escrita y audiovisual subrayaban las versiones trascendidas sobre los anuncios que haría el Presidente sobre el lanzamiento del Plan de Obras de infraestructura y de construcción de viviendas.

Con las primeras concreciones, se esperaba generar más de 10.000 puestos de trabajo en forma directa y otros 5.000 de manera indirecta.

La convicción de Fernando de la Rúa de que el plan de obras es la llave que abrirá las puertas de la reactivación económica, explicaría la designación de Aníbal Rothamel, hombre de su entera confianza, en el cargo de subsecretario de Obras Públicas; el primer mandatario no ocultaba su intención de monitorear personalmente la marcha de los proyectos.

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