Programa agropecuario sin fondos
El Programa Social Agropecuario tiene designada una partida de $ 500.000 pesos, cuando necesita $ 10 millones.
El Programa nació con el objetivo de atender a miles de pequeños productores con serios riesgos de desaparecer de la actividad por falta de recursos y herramientas productivas . Se incluyó entre los beneficiados a aquellas personas que no superaran un capital de $ 20.000, sin contabilizar el valor de la tierra. Estos productores tienen ingresos de entre $ 3000 y $ 6000 anuales.
La iniciativa se lanzó en 1993 y representa para el presupuesto nacional un gasto de $ 10 millones por año, que se utiliza en capacitación, compra de insumos ,créditos y asesoramiento técnico. Los préstamos son reintegrables y, según confiaron productores que participan en el plan, “el grado de recupero es mucho mayor que cualquier entidad financiera de plaza.
Por otra parte, el Banco Mundial aportó un crédito por US$ 100 millones de dólares para infraestructura, de los cuales aún restan utilizar US$ 55 millones. Si el PSA desaparece, el Proinder no se puede ejecutar y esos fondos quedan inutilizables, por lo que el país debe pagar una multa de medio punto más en la tasa de interés por no utilizar el monto, según el acuerdo firmado durante la administración de Carlos Menem.
Este programa ya benefició a 48 mil productores y alcanza potencialmente a 260 mil personas. El proyecto del presupuesto nacional para el año próximo sólo prevé un fondo de $ 500.000 para el programa, una cifra simbólica frente a los $ 10 millones que requiere. El secretario de Agricultura, Antonio Berhongaray, hizo gestiones en Economía para conseguir más fondos.
Los productores destacaron algunos de los logros del programa:
1. En la zona de producción caprina (nordeste argentino) se logró bajar la mortandad de esa especie de 40% a 2% con capacitación, incorporación de genética y desarrollo en el cuidado sanitario.
2. En Santiago del Estero, antes se cosechaban 3500 kilos por hectárea de maíz y se aumentó a 8000/9000 kilos.
3. En el Chaco se pasó de 800 kilos por hectárea de algodón a 2400 kilos.
El Programa nació con el objetivo de atender a miles de pequeños productores con serios riesgos de desaparecer de la actividad por falta de recursos y herramientas productivas . Se incluyó entre los beneficiados a aquellas personas que no superaran un capital de $ 20.000, sin contabilizar el valor de la tierra. Estos productores tienen ingresos de entre $ 3000 y $ 6000 anuales.
La iniciativa se lanzó en 1993 y representa para el presupuesto nacional un gasto de $ 10 millones por año, que se utiliza en capacitación, compra de insumos ,créditos y asesoramiento técnico. Los préstamos son reintegrables y, según confiaron productores que participan en el plan, “el grado de recupero es mucho mayor que cualquier entidad financiera de plaza.
Por otra parte, el Banco Mundial aportó un crédito por US$ 100 millones de dólares para infraestructura, de los cuales aún restan utilizar US$ 55 millones. Si el PSA desaparece, el Proinder no se puede ejecutar y esos fondos quedan inutilizables, por lo que el país debe pagar una multa de medio punto más en la tasa de interés por no utilizar el monto, según el acuerdo firmado durante la administración de Carlos Menem.
Este programa ya benefició a 48 mil productores y alcanza potencialmente a 260 mil personas. El proyecto del presupuesto nacional para el año próximo sólo prevé un fondo de $ 500.000 para el programa, una cifra simbólica frente a los $ 10 millones que requiere. El secretario de Agricultura, Antonio Berhongaray, hizo gestiones en Economía para conseguir más fondos.
Los productores destacaron algunos de los logros del programa:
1. En la zona de producción caprina (nordeste argentino) se logró bajar la mortandad de esa especie de 40% a 2% con capacitación, incorporación de genética y desarrollo en el cuidado sanitario.
2. En Santiago del Estero, antes se cosechaban 3500 kilos por hectárea de maíz y se aumentó a 8000/9000 kilos.
3. En el Chaco se pasó de 800 kilos por hectárea de algodón a 2400 kilos.
