Primera protesta del campo al estilo piquetero en contra de la política oficial

Federación Agraria cortó el paso a los puertos santafecinos e invitó a Carbap a sumarse a un cronograma de lucha contra lo que sienten como avasallamiento del gobierno en los casos del trigo, la carne y la leche. Moreno, blanco de la ira.

11 marzo, 2008

Otro inesperado frente piquetero se constituyó en Santa Fe,
esta vez de productores agropecuarios, que cortarán el paso de camiones
desde y hacia los puertos de la provincia en protesta por el precio que reciben
del trigo, 39 % debajo del internacional.

La justificación: “Hoy vale US$ 450 el trigo en el mercado internacional,
y el productor argentino están recibiendo $ 450”, sostuvo el titular
de Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, que organiza la movilización.
Aseguró que este cereal “está siendo robado por los intermediarios
a los productores”.

Remarcó que “se hacen las cosas exactamente al revés. Se
habilitan mecanismos para que los exportadores hagan fortunas, que se transfieren
de los productores a ese sector. Los molinos también ganan plata a costilla
de los productores”.

Es la primera medida de fuerza de un cronograma que se extenderá por
lo menos hasta fin de mes y expresa el descontento del sostén productivo
de este modelo económico hacia la política oficial respecto de
los cereales, la carne y la leche.

En los puertos santafesinos de General Lagos se escribirá el prólogo
de la reunión que mañana mismo, pero en Buenos Aires, tendrá
la mesa directiva de Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos
Aires y La Pampa (Carbap), que podría acoplarse a FAA.

Fuentes de la actividad no descartaban que vuelva a interceder en el conflicto
el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, quien en Feriagro declaró que
había que reunir la política oficial hacia la carne y la leche
en una sola: la ganadería.

Pero reinaba incertidumbre acerca de una eventual resistencia de los camioneros,
por indicación del sindicato que maneja la familia Moyano, aliada del
gobierno nacional y, en el caso de Hugo, entusiasta simpatizante de las prácticas
del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, el funcionario que terminó
de encrespar a los productores con sus intervenciones.

Pese al aporte que el campo le hace al superávit comercial y fiscal
que le valió a los Kirchner la acumulación de poder que hoy ostentan,
los dirigentes no han sido recibidos por la presidenta ni por el ministro de
Economía, Martín Lousteau, pese a los pedidos de audiencia.

Sólo mantuvieron un ríspido contacto con el secretario de Comercio,
ante la inexistente presencia del funcionario a cargo del área específica,
Javier de Urquiza, por la escalada alcista de la carne.

Los representantes de tercer orden del gobierno terminaron desconociendo la
posición de los ganaderos en torno del alza de la media res y le hicieron
firmar a los frigoríficos un “acuerdo” para retrotraer los
valores de la hacienda, la intermediación y el mostrador a los denominados
13 cortes populares, que son los delanteros del animal y no se exportan.

De modo que se fijaron valores de referencia al kilo vivo, de acuerdo con la
escala económica de los frigoríficos, cuyo margen para la exportación
les permite acomodar la parte económica de los vacunos a la necesidad
estadística que maneja el secretario de Comercio. Eso siempre y cuando
las cotizaciones en Liniers no sobrepasen el nivel de equilibrio que permite
a la industria balancear las listas para respetar lo comprometido ante Moreno
y ante sus clientes del exterior.

¿Qué sucederá en las 35 mil carnicerías diseminadas
por todo el país con los cortes delanteros (los que tienen precio acordado)
y los traseros no figurará en la planilla oficial, que se nutrirá
de los partes que envíen los supermercados y los corrales de Mataderos.

Es que el problema real de esta transacción reside en cómo se
acopla el resto de la cadena que no firmó, empezando por la producción,
que no alcanzó a recomponer el stock debido a la demanda récord
de consumo interno y la expansión de los campos sembrados con soja a
expensas de la ganadería.

Esta es la tercera vez que el gobierno de Kirchner interviene en el sector
cárnico, incluyendo una fallida incursión por el Mercado de Liniers.

Amedrentamiento

También mañana Confederaciones Rurales (CRA) podría sumarse
a FAA y endurecer su postura contra el manejo agropecuario del gobierno. Aunque
fueron convocados por De Urquiza para “trabajar en conjunto y hacer crecer
la ganadería”,

Las protestas organizadas por la FAA comenzarán a las 11 a las puertas
de plantas de varias empresas multinacionales y el puerto santafesino de General
Lagos, desde donde convocarán al resto de las entidades gremiales del
campo para consensuar medidas de fuerza más amplias y que se generen
al unísono en todo el país. “Estas políticas perjudican
al pequeño productor, mientras los consumidores siguen viendo cómo
los precios de los alimentos de la canasta básica aumentan día
a día en las góndolas”, se quejó Buzzi.

La animosidad del sector contra el gobierno fue sintetizada por el presidente
de la Federación Agraria Argentina (FAA), Buzzi, sosteniendo que existe
“una situación de amedrentamiento” por parte del gobierno hacia
los productores, ejecutada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo
Moreno.

En declaraciones radiales, Buzzi afirmó que “Guillermo Moreno se
ocupa de esa infantería de amedrentar”, sumándose al titular
de la Cámara de Industria y Comercio de la Carne de República
Argentina (CICCRA), Miguel Schiaritti.

Se sumó así a quien denunció que los frigoríficos
que no aceptan los precios sugeridos por el gobierno sufrieron amenazas.

“No somos ninguna excepción. Nosotros tenemos un compañero,
Guillermo Giannasi (coordinador nacional de la Comisión de Lechería
de FAA), que ha estado intimado a mostrar sus números bajo pena de apercibimiento,
de multas millonarias”, precisó Buzzi.

Remarcó que “justo le hacen este requerimiento a los dirigentes
mientras que “hay 12.000 productores tamberos, justo le apuntaron a 6 que
son dirigentes”.

El gobierno nacional sostiene que la carne sube por una restricción
de la oferta y sólo se podrá revertir si los frigoríficos
bajan los precios, de modo que ello se traslade a las carnicerías y los
supermercados.

Guillermo Moreno asumió el desafío de “ajustar” los
precios de la carne y, al no lograr consenso en torno de su propuesta de establecer
el precio de referencia para 13 cortes populares, decidió en forma unilateral
los precios al mostrador para cortes que, en su mayoría, son del cuarto
delantero del vacuno, el precio de la media res a la salida del frigorífico
y un valor “indicativo” para las diferentes categorías de hacienda
en pie.

Gremio al paro

También los trabajadores de la carne harán su piquete en las
rutas el próximo viernes 14 de marzo, según la Federación
de Sindicatos de Trabajadores de la Carne y Afines de la República Argentina
(Fesicara), durante un paro dispuesto porque “hay total disconformidad,
porque algunas empresas no van a tener otra salida que suspender personal”.

El comunicado de la Federación argumentó que, “ante la incertidumbre
reinante en los trabajadores por su continuidad laboral y posible reducción
o cierre de las exportaciones, que acarrearía reducción de jornadas
laborales y en algunos casos despidos” calculándose cerca de 7.000
trabajadores. “En este panorama y ante la apertura de la paritaria nacional,
los trabajadores se ven imposibilitados de una negociación salarial seria”
acusaron.

Otro inesperado frente piquetero se constituyó en Santa Fe,
esta vez de productores agropecuarios, que cortarán el paso de camiones
desde y hacia los puertos de la provincia en protesta por el precio que reciben
del trigo, 39 % debajo del internacional.

La justificación: “Hoy vale US$ 450 el trigo en el mercado internacional,
y el productor argentino están recibiendo $ 450”, sostuvo el titular
de Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, que organiza la movilización.
Aseguró que este cereal “está siendo robado por los intermediarios
a los productores”.

Remarcó que “se hacen las cosas exactamente al revés. Se
habilitan mecanismos para que los exportadores hagan fortunas, que se transfieren
de los productores a ese sector. Los molinos también ganan plata a costilla
de los productores”.

Es la primera medida de fuerza de un cronograma que se extenderá por
lo menos hasta fin de mes y expresa el descontento del sostén productivo
de este modelo económico hacia la política oficial respecto de
los cereales, la carne y la leche.

En los puertos santafesinos de General Lagos se escribirá el prólogo
de la reunión que mañana mismo, pero en Buenos Aires, tendrá
la mesa directiva de Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos
Aires y La Pampa (Carbap), que podría acoplarse a FAA.

Fuentes de la actividad no descartaban que vuelva a interceder en el conflicto
el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, quien en Feriagro declaró que
había que reunir la política oficial hacia la carne y la leche
en una sola: la ganadería.

Pero reinaba incertidumbre acerca de una eventual resistencia de los camioneros,
por indicación del sindicato que maneja la familia Moyano, aliada del
gobierno nacional y, en el caso de Hugo, entusiasta simpatizante de las prácticas
del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, el funcionario que terminó
de encrespar a los productores con sus intervenciones.

Pese al aporte que el campo le hace al superávit comercial y fiscal
que le valió a los Kirchner la acumulación de poder que hoy ostentan,
los dirigentes no han sido recibidos por la presidenta ni por el ministro de
Economía, Martín Lousteau, pese a los pedidos de audiencia.

Sólo mantuvieron un ríspido contacto con el secretario de Comercio,
ante la inexistente presencia del funcionario a cargo del área específica,
Javier de Urquiza, por la escalada alcista de la carne.

Los representantes de tercer orden del gobierno terminaron desconociendo la
posición de los ganaderos en torno del alza de la media res y le hicieron
firmar a los frigoríficos un “acuerdo” para retrotraer los
valores de la hacienda, la intermediación y el mostrador a los denominados
13 cortes populares, que son los delanteros del animal y no se exportan.

De modo que se fijaron valores de referencia al kilo vivo, de acuerdo con la
escala económica de los frigoríficos, cuyo margen para la exportación
les permite acomodar la parte económica de los vacunos a la necesidad
estadística que maneja el secretario de Comercio. Eso siempre y cuando
las cotizaciones en Liniers no sobrepasen el nivel de equilibrio que permite
a la industria balancear las listas para respetar lo comprometido ante Moreno
y ante sus clientes del exterior.

¿Qué sucederá en las 35 mil carnicerías diseminadas
por todo el país con los cortes delanteros (los que tienen precio acordado)
y los traseros no figurará en la planilla oficial, que se nutrirá
de los partes que envíen los supermercados y los corrales de Mataderos.

Es que el problema real de esta transacción reside en cómo se
acopla el resto de la cadena que no firmó, empezando por la producción,
que no alcanzó a recomponer el stock debido a la demanda récord
de consumo interno y la expansión de los campos sembrados con soja a
expensas de la ganadería.

Esta es la tercera vez que el gobierno de Kirchner interviene en el sector
cárnico, incluyendo una fallida incursión por el Mercado de Liniers.

Amedrentamiento

También mañana Confederaciones Rurales (CRA) podría sumarse
a FAA y endurecer su postura contra el manejo agropecuario del gobierno. Aunque
fueron convocados por De Urquiza para “trabajar en conjunto y hacer crecer
la ganadería”,

Las protestas organizadas por la FAA comenzarán a las 11 a las puertas
de plantas de varias empresas multinacionales y el puerto santafesino de General
Lagos, desde donde convocarán al resto de las entidades gremiales del
campo para consensuar medidas de fuerza más amplias y que se generen
al unísono en todo el país. “Estas políticas perjudican
al pequeño productor, mientras los consumidores siguen viendo cómo
los precios de los alimentos de la canasta básica aumentan día
a día en las góndolas”, se quejó Buzzi.

La animosidad del sector contra el gobierno fue sintetizada por el presidente
de la Federación Agraria Argentina (FAA), Buzzi, sosteniendo que existe
“una situación de amedrentamiento” por parte del gobierno hacia
los productores, ejecutada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo
Moreno.

En declaraciones radiales, Buzzi afirmó que “Guillermo Moreno se
ocupa de esa infantería de amedrentar”, sumándose al titular
de la Cámara de Industria y Comercio de la Carne de República
Argentina (CICCRA), Miguel Schiaritti.

Se sumó así a quien denunció que los frigoríficos
que no aceptan los precios sugeridos por el gobierno sufrieron amenazas.

“No somos ninguna excepción. Nosotros tenemos un compañero,
Guillermo Giannasi (coordinador nacional de la Comisión de Lechería
de FAA), que ha estado intimado a mostrar sus números bajo pena de apercibimiento,
de multas millonarias”, precisó Buzzi.

Remarcó que “justo le hacen este requerimiento a los dirigentes
mientras que “hay 12.000 productores tamberos, justo le apuntaron a 6 que
son dirigentes”.

El gobierno nacional sostiene que la carne sube por una restricción
de la oferta y sólo se podrá revertir si los frigoríficos
bajan los precios, de modo que ello se traslade a las carnicerías y los
supermercados.

Guillermo Moreno asumió el desafío de “ajustar” los
precios de la carne y, al no lograr consenso en torno de su propuesta de establecer
el precio de referencia para 13 cortes populares, decidió en forma unilateral
los precios al mostrador para cortes que, en su mayoría, son del cuarto
delantero del vacuno, el precio de la media res a la salida del frigorífico
y un valor “indicativo” para las diferentes categorías de hacienda
en pie.

Gremio al paro

También los trabajadores de la carne harán su piquete en las
rutas el próximo viernes 14 de marzo, según la Federación
de Sindicatos de Trabajadores de la Carne y Afines de la República Argentina
(Fesicara), durante un paro dispuesto porque “hay total disconformidad,
porque algunas empresas no van a tener otra salida que suspender personal”.

El comunicado de la Federación argumentó que, “ante la incertidumbre
reinante en los trabajadores por su continuidad laboral y posible reducción
o cierre de las exportaciones, que acarrearía reducción de jornadas
laborales y en algunos casos despidos” calculándose cerca de 7.000
trabajadores. “En este panorama y ante la apertura de la paritaria nacional,
los trabajadores se ven imposibilitados de una negociación salarial seria”
acusaron.

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