Por fin, Bush se decide a hacer algo con la crisis hipotecaria

Deudores de bajos ingresos, a punto de quedarse en la calle, son el objeto principal del plan que presentó el viernes George W.Bush. Se trata de la primera –y pálida- reacción oficial a la ola de insolvencias que afecta a los mercados.

31 agosto, 2007

Por cierto, insolvencias y ejecuciones derivadas de hipotecas predatorias han generado volatilidad e iliquidez financiera alrededor del mundo y pueden llevar a la recesión en Estados Unidos. A Bush se le fue la mano en un intento de calmar los mercados y sostuvo que “nuestra economía es lo bastante sana como para afrontar una situación que solo afecta a una pequeña parte de ella. Las recientes turbulencias han sido modestas”. No parecen creerlo así los bancos centrales que, en pocos días a mediados de agosto, inyectaron US$ 500.000 millones en el sistema”.

Ya antes del mensaje presidencial, algunos funcionaros daban adelantos. Por ejemplo, se ampliará el seguro sobre créditos que maneja la agencia federal de vivienda (AFV). La idea es incluir gente que no haya cumplido con algunos pagos, pero aún en condiciones de ser ayudada vía refinanciamientos, mayores primas (ello aumentaría los prestamos de alto riesgo asegurados) y una suspensión de punitorios sobre deudas hipotecarias que los prestamistas dispensen. Estas medidas debieran permitir a personas que aún ocupan sus viviendas eludir ejecuciones reduciendo saldos y pagos.

Pero, a criterio de “Los Ángeles times”, no queda claro hasta qué punto el programa cubrirá a propietarios morosos en mercados de precios elevados; verbigracia, California o NuevaYork. Allí “mucha gente que tomó préstamos ajustables por tasa móvil en años recientes afronta abruptas alzas de cuotas y podría ser incapaz de contraer nuevas obligaciones, aun con seguro federal”.

La AFV estima que la expansión de su programa pro seguro de insolvencia ayudará a 80.000 propietarios adicionales. Ello elevaría las garantías a 240.000. Pero los límites al volumen de cada crédito y otros criterios significan que las reformas beneficiarán a una pequeña parte de los propietarios en problemas.

Más de dos millones de préstamos serán reajustados según tasas crecientes en 2007/8. Más allá de las nuevas normas, los departamentos de hacienda y desarrollo urbano proyectan trabajar con prestamistas y otros partícipes del negocio. La meta es ofrecer créditos en condiciones menos severas a deudores en riesgo de insolvencia.

Algunas reformas exigen apoyo legislativo, por lo cual la Casa Blanca deberá negociar con mayorías demócratas. Las mismas que, últimamente, vienen dudando sobre bancos y otras entidades que generaron la crisis hipotecaria, las insolvencias y la ola de iliquidez global. Pero, claro, Bush no piensa que haya habido situaciones muy graves.

Por cierto, insolvencias y ejecuciones derivadas de hipotecas predatorias han generado volatilidad e iliquidez financiera alrededor del mundo y pueden llevar a la recesión en Estados Unidos. A Bush se le fue la mano en un intento de calmar los mercados y sostuvo que “nuestra economía es lo bastante sana como para afrontar una situación que solo afecta a una pequeña parte de ella. Las recientes turbulencias han sido modestas”. No parecen creerlo así los bancos centrales que, en pocos días a mediados de agosto, inyectaron US$ 500.000 millones en el sistema”.

Ya antes del mensaje presidencial, algunos funcionaros daban adelantos. Por ejemplo, se ampliará el seguro sobre créditos que maneja la agencia federal de vivienda (AFV). La idea es incluir gente que no haya cumplido con algunos pagos, pero aún en condiciones de ser ayudada vía refinanciamientos, mayores primas (ello aumentaría los prestamos de alto riesgo asegurados) y una suspensión de punitorios sobre deudas hipotecarias que los prestamistas dispensen. Estas medidas debieran permitir a personas que aún ocupan sus viviendas eludir ejecuciones reduciendo saldos y pagos.

Pero, a criterio de “Los Ángeles times”, no queda claro hasta qué punto el programa cubrirá a propietarios morosos en mercados de precios elevados; verbigracia, California o NuevaYork. Allí “mucha gente que tomó préstamos ajustables por tasa móvil en años recientes afronta abruptas alzas de cuotas y podría ser incapaz de contraer nuevas obligaciones, aun con seguro federal”.

La AFV estima que la expansión de su programa pro seguro de insolvencia ayudará a 80.000 propietarios adicionales. Ello elevaría las garantías a 240.000. Pero los límites al volumen de cada crédito y otros criterios significan que las reformas beneficiarán a una pequeña parte de los propietarios en problemas.

Más de dos millones de préstamos serán reajustados según tasas crecientes en 2007/8. Más allá de las nuevas normas, los departamentos de hacienda y desarrollo urbano proyectan trabajar con prestamistas y otros partícipes del negocio. La meta es ofrecer créditos en condiciones menos severas a deudores en riesgo de insolvencia.

Algunas reformas exigen apoyo legislativo, por lo cual la Casa Blanca deberá negociar con mayorías demócratas. Las mismas que, últimamente, vienen dudando sobre bancos y otras entidades que generaron la crisis hipotecaria, las insolvencias y la ola de iliquidez global. Pero, claro, Bush no piensa que haya habido situaciones muy graves.

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