<p>El presidente Nicolas Sarkozy se manifestó muy crítico y admitió su fracaso con el británico David Cameron. A su criterio, “hay hoy dos UE: una con Gran Bretaña, otra sin ella”. No obstante, el panorama es más complejo. Al este y sudeste de la UE, Polonia, Hungría y sus vecinos balcánicos analizan ya posibilidades de abandonar el euro como divisa.<br />
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Entretanto, Christine Lagarde (directora gerente del FMI) sostiene que “la volatilidad en los mercados refleja la excesiva diversidad de ideas entre los integrantes de la Eurozona y, como lo muestra Gran Bretaña, también en la UE. Por su parte, James O’Neill –nuevo director ejecutivo de Goldman Sachs Asset Management- afirmó que el acuerdo de Bruselas no fue más relevante que otra noticia, menos ventilada: China admitió por vez primera signos de desaceleración.<br />
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Al mismo tiempo, Barack Obama advertía que “subsiste una crisis de corto plazo. Ésta debe resolverse ya, para asegurar a los mercados que la Eurozona continuará respaldando su moneda”. En privado, Timothy Geithner –secretario del Tesoro- teme que Cameron haya complicado el frente político.<br />
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Sin duda, hacen falta medidas inmediatas para detener un desbarranque griego y desacelerar las presiones sobre España e Italia. No por casualidad, originadas en Londres. Pero el problema de los plazos también dificulta el trámite del acuerdo. En efecto, cualquier votación deberá aguardar hasta las elecciones francesas de abril.</p>
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Pocos creen en la nueva Eurozona
Mientras Italia vive el primer paro general bajo Mario Monti, inversores y banqueros no creen todavía en la nueva Eurozona. Máxime cuando el propio Fondo Monetario Internacional no ve en el pacto del domingo una solución integral o apropiada.