Así lo revelaron ayer fuentes partidarias, que además
sostuvieron que los principales dirigentes del duhaldismo observan
con “preocupación” la avanzada de Solá y esperan algún tipo de
respuesta de parte de Eduardo Duhalde, quien recién volverá a
entrar en acción mañana viernes.
El caudillo bonaerense se tomó unos días libres -para descansar
de sus recientes viajes a Montevideo, por su nueva actividad como
funcionario del Mercosur-, justo en momentos en que Solá lanzó una
movida política para tratar de hacerse espacios de poder en la
Legislatura provincial.
En ese ámbito, duhaldistas y felipistas se disputan las
presidencias de las cámaras de diputados y senadores, y aunque
había un acuerdo previo para que Antonio Arcuri llegara el próximo
10 de diciembre a la titularidad del Senado, a esta altura de las
circunstancias nada parece seguro.
Solá dejó trascender que no apoyará el nombramiento
de Arcuri si a cambio el duhaldismo no le allana el camino a uno
de sus hombres, Florencio Randazzo, para reemplazar a Osvaldo
Mércuri en la presidencia de Diputados.
Incluso, habría dejado en claro que está dispuesto a
impulsar la continuidad del actual titular del Senado bonaerense,
Hugo Corvatta, para cerrarle el paso a Arcuri.
Esta puja por los principales cargos de la Legislatura es, en
realidad, la punta del iceberg en lo que concierne a la relación
política entre el duhaldismo y el ´felipismo´, que para este
segundo mandato del gobernador pretende armar un polo
independiente al del caudillo bonaerense.
Los hombres más cercanos a Solá -los
propios Randazzo y Corvatta, el ministro Federico Scarabino y el
secretario general José María González Fernández- ya advirtieron
que “si quieren tener algún futuro político no pueden limitarse a
ser los gerenciadores del poder duhaldista”.
En ese camino que asoma muy complicado este grupo que rodea a
Solá contaría con la colaboración de varios intendentes
bonaerenses, entre ellos Alberto Balestrini (La Matanza), Julio
Alak (La Plata) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).
Pero el principal apoyo que tendría Solá sería nada menos que
el del presidente Néstor Kirchner, a quien el gobernador acompañó
hoy sorpresivamente en su viaje a la localidad santacruceña de El
Calafate, hasta donde el primer mandatario llevó a los reyes de
España.
Kirchner invitó a Solá a viajar a Santa Cruz el martes pasado a
la noche, cuando el gobernador lo llamó para comunicarle los
cambios que había dispuesto en la cúpula de la Policía
bonaerense.
Según las fuentes consultadas, la presencia de Solá junto a
Kirchner reflejaría el grado de “sintonía política” que alcanzaron
el Presidente y el gobernador, quien habría pedido ayuda para
empezar a despegarse de la estructura duhaldista en Buenos Aires.
Así lo revelaron ayer fuentes partidarias, que además
sostuvieron que los principales dirigentes del duhaldismo observan
con “preocupación” la avanzada de Solá y esperan algún tipo de
respuesta de parte de Eduardo Duhalde, quien recién volverá a
entrar en acción mañana viernes.
El caudillo bonaerense se tomó unos días libres -para descansar
de sus recientes viajes a Montevideo, por su nueva actividad como
funcionario del Mercosur-, justo en momentos en que Solá lanzó una
movida política para tratar de hacerse espacios de poder en la
Legislatura provincial.
En ese ámbito, duhaldistas y felipistas se disputan las
presidencias de las cámaras de diputados y senadores, y aunque
había un acuerdo previo para que Antonio Arcuri llegara el próximo
10 de diciembre a la titularidad del Senado, a esta altura de las
circunstancias nada parece seguro.
Solá dejó trascender que no apoyará el nombramiento
de Arcuri si a cambio el duhaldismo no le allana el camino a uno
de sus hombres, Florencio Randazzo, para reemplazar a Osvaldo
Mércuri en la presidencia de Diputados.
Incluso, habría dejado en claro que está dispuesto a
impulsar la continuidad del actual titular del Senado bonaerense,
Hugo Corvatta, para cerrarle el paso a Arcuri.
Esta puja por los principales cargos de la Legislatura es, en
realidad, la punta del iceberg en lo que concierne a la relación
política entre el duhaldismo y el ´felipismo´, que para este
segundo mandato del gobernador pretende armar un polo
independiente al del caudillo bonaerense.
Los hombres más cercanos a Solá -los
propios Randazzo y Corvatta, el ministro Federico Scarabino y el
secretario general José María González Fernández- ya advirtieron
que “si quieren tener algún futuro político no pueden limitarse a
ser los gerenciadores del poder duhaldista”.
En ese camino que asoma muy complicado este grupo que rodea a
Solá contaría con la colaboración de varios intendentes
bonaerenses, entre ellos Alberto Balestrini (La Matanza), Julio
Alak (La Plata) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).
Pero el principal apoyo que tendría Solá sería nada menos que
el del presidente Néstor Kirchner, a quien el gobernador acompañó
hoy sorpresivamente en su viaje a la localidad santacruceña de El
Calafate, hasta donde el primer mandatario llevó a los reyes de
España.
Kirchner invitó a Solá a viajar a Santa Cruz el martes pasado a
la noche, cuando el gobernador lo llamó para comunicarle los
cambios que había dispuesto en la cúpula de la Policía
bonaerense.
Según las fuentes consultadas, la presencia de Solá junto a
Kirchner reflejaría el grado de “sintonía política” que alcanzaron
el Presidente y el gobernador, quien habría pedido ayuda para
empezar a despegarse de la estructura duhaldista en Buenos Aires.