Petróleo: futuribles y futurables siguen en la calesita

El crudo tejano estuvo cerca de US$ 120 esta semana. Por supuesto, modelos basados en la contracción de reservas probadas –por déficit exploratorio- apuntan ahora US$ 150 en corto plazo. Algunos expertos hablan de 175 antes de acabar 2008.

25 abril, 2008

Ya en 2007, una simulación hecha en Davos sostuvo que ni el terrorismo mayorista podría impedir que las existencias cubicadas cubriesen la demanda adicional… durante algunos años. Pero, claro, todo tiene un precio y éste bien pudiera ser este mes US$ 120 el barril de WTI. Dicho de otro modo, el petróleo y otros insumos primarios seguirán figurando al frente de los factores críticos en la economía mundial. Los alimentos ya protagonizan su propia, imparable burbuja.

En otras palabras, nada llega a ocultar el problema de fondo: carencia de reservas cubicadas y capacidad productiva, problemas geopolíticos (Irán, golfo Pérsico, Nigeria) y pertinacia del consumo norteamericano, chino e indio –ninguno da señales de ceder- se conjugan en un horizonte de US$ 150, 35/40% sobre el valor a dólares corrientes del récord marcado en 198i. Recién ahora surge un factor “tranquilizante”: el PBI pierde impulso en Estados Unidos y, con él, la demanda de combustibles.

Cabe recordar que, a mediados de 2007, el “Economist” se animaba a pronosticar hasta US$ 160. Naturalmente, el semanario inglés –que en tiempos del maremoto asiático restaba importancia al asunto, porque no afectaba a economías centrales- venía fomentando desde tiempo atrás la idea de crudos muy, muy caros. Ello responde a los intereses de British Petroleum y Royal Dutch/Shell, cuyos accionistas pesan en el semanario y quieren dividendos cada año superiores, aunque luego todo se venga abajo.

También influía el año pasado un flagrante alarmismo mostrado por Londres, que anunciaba otro ataque de al Qa’eda. Ya en abril de 2008, eso todavía no ha sucedido. Hace dos años, el Pentágono desempolvaba un plan de “ataques nucleares preventivos contra países peligrosos”, retomado –hace poco- vía amenazas de Nicolas Sarkozy a Irán. Pero, después, la inteligencia norteamericana confesaba que Tehrán había abandonado sus proyectos nucleares bélicos en 2003.

En cuanto a reservas, expertos de diversas entidades –compañías, OPEP, gobiernos, AIEC- vislumbran una prolongada fase descendente en materia de combustibles fósiles económicamente explotables. Algunos de ellos subrayan que el WTI puede pasar ya los 120 dólares ya, en el clima geopolítico que vive el mundo. Quedan los espectaculares hallazgos brasileños pero, aun si se trata de 30.000 millones de barriles bajo el mar, sacarlos exige no menos de tres a cuatro años.

Ya en 2007, una simulación hecha en Davos sostuvo que ni el terrorismo mayorista podría impedir que las existencias cubicadas cubriesen la demanda adicional… durante algunos años. Pero, claro, todo tiene un precio y éste bien pudiera ser este mes US$ 120 el barril de WTI. Dicho de otro modo, el petróleo y otros insumos primarios seguirán figurando al frente de los factores críticos en la economía mundial. Los alimentos ya protagonizan su propia, imparable burbuja.

En otras palabras, nada llega a ocultar el problema de fondo: carencia de reservas cubicadas y capacidad productiva, problemas geopolíticos (Irán, golfo Pérsico, Nigeria) y pertinacia del consumo norteamericano, chino e indio –ninguno da señales de ceder- se conjugan en un horizonte de US$ 150, 35/40% sobre el valor a dólares corrientes del récord marcado en 198i. Recién ahora surge un factor “tranquilizante”: el PBI pierde impulso en Estados Unidos y, con él, la demanda de combustibles.

Cabe recordar que, a mediados de 2007, el “Economist” se animaba a pronosticar hasta US$ 160. Naturalmente, el semanario inglés –que en tiempos del maremoto asiático restaba importancia al asunto, porque no afectaba a economías centrales- venía fomentando desde tiempo atrás la idea de crudos muy, muy caros. Ello responde a los intereses de British Petroleum y Royal Dutch/Shell, cuyos accionistas pesan en el semanario y quieren dividendos cada año superiores, aunque luego todo se venga abajo.

También influía el año pasado un flagrante alarmismo mostrado por Londres, que anunciaba otro ataque de al Qa’eda. Ya en abril de 2008, eso todavía no ha sucedido. Hace dos años, el Pentágono desempolvaba un plan de “ataques nucleares preventivos contra países peligrosos”, retomado –hace poco- vía amenazas de Nicolas Sarkozy a Irán. Pero, después, la inteligencia norteamericana confesaba que Tehrán había abandonado sus proyectos nucleares bélicos en 2003.

En cuanto a reservas, expertos de diversas entidades –compañías, OPEP, gobiernos, AIEC- vislumbran una prolongada fase descendente en materia de combustibles fósiles económicamente explotables. Algunos de ellos subrayan que el WTI puede pasar ya los 120 dólares ya, en el clima geopolítico que vive el mundo. Quedan los espectaculares hallazgos brasileños pero, aun si se trata de 30.000 millones de barriles bajo el mar, sacarlos exige no menos de tres a cuatro años.

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