El cuestionado presidente de Perú, Alberto Fujimori, tomó una decisión que profundizó ,aún más, la profunda crisis política que ,desde hace nueve meses, jaquea a ese país.
Anunció ayer (domingo 19), desde Japón, que renunciará al cargo en las próximas horas (ver “Fujimori confirmó su renuncia”); la decisión, que tuvo un fuerte impacto en toda América latina, provocó la “indignación” de todos los ministros del gabinete de su gobierno, sacudido por varios escándalos de corrupción, y que han tenido como eje al polémico ex asesor de Inteligencia Vladimiro Montesinos, ahora prófugo.
En una sorpresiva conferencia de prensa, y ante las versiones sobre un posible asilo político en Japón, los miembros del gabinete reclamaron al presidente que regrese a Perú y que asuma su responsabilidad política.
Asimismo, anunciaron su renuncia colectiva, que se hará efectiva cuando se forme un gobierno de transición.
Por su parte, las fuerzas armadas declararon que respetarán cualquier decisión que tomen las nuevas autoridades.
Mientras tanto, en diversas ciudades peruanas se anunciaron manifestaciones para celebrar la renuncia.
Fujimori, quien permanece en el poder hace 10 años, vio a su gobierno en jaque cuando uno de sus asesores, el controvertido Montesinos, fuera filmado en actos de cohecho.
La Constitución peruana establece que ante la dimisión del presidente debe asumir el cargo el primer vicepresidente, pero en este caso no será posible, porque Francisco Tudela renunció de manera irrevocable al cargo cuando Montesinos regresó a Perú luego del exilio que emprendió a consecuencia del escándalo desatado.
La dimisión de Tudela no fue aceptada por el Congreso, mientras se especula que el segundo vicepresidente, Márquez, debería esperar la decisión del Legislativo para pronunciarse.
Pero si el cargo que ostenta Fujimori es declarado vacante, entonces el dilema político se deberá discutir en el seno del Congreso.
El cuestionado presidente de Perú, Alberto Fujimori, tomó una decisión que profundizó ,aún más, la profunda crisis política que ,desde hace nueve meses, jaquea a ese país.
Anunció ayer (domingo 19), desde Japón, que renunciará al cargo en las próximas horas (ver “Fujimori confirmó su renuncia”); la decisión, que tuvo un fuerte impacto en toda América latina, provocó la “indignación” de todos los ministros del gabinete de su gobierno, sacudido por varios escándalos de corrupción, y que han tenido como eje al polémico ex asesor de Inteligencia Vladimiro Montesinos, ahora prófugo.
En una sorpresiva conferencia de prensa, y ante las versiones sobre un posible asilo político en Japón, los miembros del gabinete reclamaron al presidente que regrese a Perú y que asuma su responsabilidad política.
Asimismo, anunciaron su renuncia colectiva, que se hará efectiva cuando se forme un gobierno de transición.
Por su parte, las fuerzas armadas declararon que respetarán cualquier decisión que tomen las nuevas autoridades.
Mientras tanto, en diversas ciudades peruanas se anunciaron manifestaciones para celebrar la renuncia.
Fujimori, quien permanece en el poder hace 10 años, vio a su gobierno en jaque cuando uno de sus asesores, el controvertido Montesinos, fuera filmado en actos de cohecho.
La Constitución peruana establece que ante la dimisión del presidente debe asumir el cargo el primer vicepresidente, pero en este caso no será posible, porque Francisco Tudela renunció de manera irrevocable al cargo cuando Montesinos regresó a Perú luego del exilio que emprendió a consecuencia del escándalo desatado.
La dimisión de Tudela no fue aceptada por el Congreso, mientras se especula que el segundo vicepresidente, Márquez, debería esperar la decisión del Legislativo para pronunciarse.
Pero si el cargo que ostenta Fujimori es declarado vacante, entonces el dilema político se deberá discutir en el seno del Congreso.