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<p>Así se expresaba el premio Nobel económico 1970 desde su semirretiro en Cambridge, Massachusetts, casi asumiéndose kennediano, algo poco difícil para un economista estructural que se pasó 35 años criticando a otro Nobel, el neoclásico Milton Friedman (1974).<br />
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“Siempre he estado cerca de los tres Kennedy; John, Robert y Edward. Fui asesor del primero en los años 50, cuando era senador”, recordó el nonagenario. “Por entonces, Edward no tenía aún treinta años, pero ya era el más pragmático de ellos”.<br />
Fueron cincuenta años de contacto permanente entre dos moderados y excelentes polemistas. “Quien pudo guiar comisiones senatoriales como las de justicia o asuntos sociales como él lo hizo debía ser por fuerza un político excepcional. Sin duda, ha dejado huellas indelebles y bipartidarias: cooperó con George W.Bush en la reforma educativa y el proyecto para legalizar inmigrantes”.<br />
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El economista no pasa por altos las derrotas del kennedismo, cuando el auge de la revolución conservadora bajo Ronald Regan. Pero esa ola “llevó a desastres como Iraq, Afganistán y la crisis sistémica actual. Probablemnte estos hechos y la ayuda de Edward contribuyeron a que Barack Obama llegase a la Casa Blanca”. Dejando a un lado flaquezas personales, Samuelson cree que los tres Kennedy están en el Olimpo norteamericano junto a George Washington, John Adams, Benjamin Franklin, Abraham Lincoln y Franklin Roosevelt”.</p>
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Paul Samuelson dio su adiós emocionado a Edward Kennedy
Se va con él la dinastía, aunque no el sueño de los Kennedy. Hemos perdido uno de los máximos parlamentarios de la historia. Pero seguirá inspirándonos en las luchas por derechos civiles, reforma financieras y bienestar social.