Paul Krugman: Argentina no precisa ayuda del FMI, pero le convienen buenas relaciones

Dirigiéndose a una audiencia local, el economista poskeinesiano sostuvo que el país podría muy bien desestimar las recomendaciones del Fondo Monetario. No obstante, recomendó "seguir pagando y mantener buenas relaciones" con la entidad.

9 noviembre, 2004

El polémico aspirante al Nobel económico –cuando se acaben los candidatos poco substanciales- hablaba por videoconferencia. Retomando ideas que divulga desde la crisis sistémica internacional de 1997/8, señaló: “Argentina no necesita la ayuda del FMI y hasta podría desestimar sus recomendaciones si se siente mal asesorada, como hizo Tailandia”.

Sin embargo, entretanto sugirió “seguir cumpliendo y tener buenas relaciones” con el organismo crediticio. De todas maneras, es éste quien incumple, desde que congeló la aprobación de la III revisión trimestral prevista por el acuerdo contingente de septiembre 2003. No obstante “el país había sobrepasado metas fiscales”.

Según Krugman, la prioridad del momento reside en “el arreglo de la deuda en cese selectivo de pagos con acreedores privados”. Sea como fuere, a su criterio “lo peor de la crisis ya ha pasado y Argentina muestra un nivel de recuperación impresionante”.

El economista juzgó que ese repunte económico representa el avance “más sólido en la historia reciente del país”. Krugman estaba exponiendo en el marco de la LII convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción. Profesor de economía en la universidad de Princeton, el experto ganó este año el premio Príncipe de Asturias 2004 para ciencias sociales.

Severo objetor del FMI y sus recetas, Krugman advirtió: “si el Fondo asesora tan mal como en otras oportunidades, Argentina debiera desestimar sus recomendaciones, porque la opinión del organismo hoy no es ya necesaria para el ingreso de capitales. No obstante –insistió- , hay que seguir pagando y tener buenas relaciones para el desarrollo futuro”. En cuanto al porvenir, vaticinó que “el impacto por la salida del cese de pagos va a ser menor de cuanto la gente imagina”.

“Quienes prestaban a la Argentina van a volver rápidamente, pues habrá pocas limitaciones a la inversión externa directa en una economía que está creciendo. Esta hipótesis es válida porque, hoy, el peso está en un nivel realista y no sobrevaluado como en la década del 90. La recuperación actual es más sólida, además, porque existe fuerte superávit en las cuentas corrientes y se percibe clara reacción del producto bruto interno y del sistema bancario”. Pero, advierte Krugman, hay un tema pendiente: la recreación del empleo.

El polémico aspirante al Nobel económico –cuando se acaben los candidatos poco substanciales- hablaba por videoconferencia. Retomando ideas que divulga desde la crisis sistémica internacional de 1997/8, señaló: “Argentina no necesita la ayuda del FMI y hasta podría desestimar sus recomendaciones si se siente mal asesorada, como hizo Tailandia”.

Sin embargo, entretanto sugirió “seguir cumpliendo y tener buenas relaciones” con el organismo crediticio. De todas maneras, es éste quien incumple, desde que congeló la aprobación de la III revisión trimestral prevista por el acuerdo contingente de septiembre 2003. No obstante “el país había sobrepasado metas fiscales”.

Según Krugman, la prioridad del momento reside en “el arreglo de la deuda en cese selectivo de pagos con acreedores privados”. Sea como fuere, a su criterio “lo peor de la crisis ya ha pasado y Argentina muestra un nivel de recuperación impresionante”.

El economista juzgó que ese repunte económico representa el avance “más sólido en la historia reciente del país”. Krugman estaba exponiendo en el marco de la LII convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción. Profesor de economía en la universidad de Princeton, el experto ganó este año el premio Príncipe de Asturias 2004 para ciencias sociales.

Severo objetor del FMI y sus recetas, Krugman advirtió: “si el Fondo asesora tan mal como en otras oportunidades, Argentina debiera desestimar sus recomendaciones, porque la opinión del organismo hoy no es ya necesaria para el ingreso de capitales. No obstante –insistió- , hay que seguir pagando y tener buenas relaciones para el desarrollo futuro”. En cuanto al porvenir, vaticinó que “el impacto por la salida del cese de pagos va a ser menor de cuanto la gente imagina”.

“Quienes prestaban a la Argentina van a volver rápidamente, pues habrá pocas limitaciones a la inversión externa directa en una economía que está creciendo. Esta hipótesis es válida porque, hoy, el peso está en un nivel realista y no sobrevaluado como en la década del 90. La recuperación actual es más sólida, además, porque existe fuerte superávit en las cuentas corrientes y se percibe clara reacción del producto bruto interno y del sistema bancario”. Pero, advierte Krugman, hay un tema pendiente: la recreación del empleo.

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