Paro: alto acatamiento en transportes y escuelas

Hubo incidentes y corte de rutas en algunas provincias. Cavallo se reunió con Moyano y le pidió una tregua.

22 marzo, 2001

El paro convocado ayer (miércoles 21) por la CGT disidente de Hugo Moyano y la CTA de Víctor De Gennaro tuvo distintos grados de acatamiento a lo largo del país.

Se hizo especialmente visible en el sector del transporte y en la educación, tanto pública como privada.

En algunas ciudades del interior del país hubo incidentes, como las repetidas roturas de vidrios y pinchaduras de gomas a colectivos y camiones en Mar del Plata, Bahía Blanca, Neuquén y Mendoza.

El acto más grave de violencia ocurrió en Las Heras, Santa Cruz, donde un grupo de desocupados incendió un pabellón de Repsol—YPF y saqueó el hotel de la empresa.

Otra característica del paro fue el corte de rutas, de vías y de calles en las principales capitales.

Los trenes anduvieron normalmente pero los colectivos estuvieron notablemente ausentes.

Los bancos abrieron las puertas y atendieron a sus clientes a pesar de tener menos personal y, muchas veces, con no más de una o dos cajas habilitadas; en el Palacio de Tribunales la actividad era mínima.

Para los organizadores la huelga fue “un éxito contundente” y los funcionarios la minimizaron.

El ministro del Interior, Ramón Mestre, estrenó su cargo evaluando que “el paro no ha sido significativo”.

La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, consideró “ilógico” el paro porque las medidas de ajuste anunciadas por el ex ministro Ricardo López Murphy, que lo dispararon, ya quedaron sin efecto.

La funcionaria estimó en 35% el grado de acatamiento a la medida de fuerza.

Mientras tanto, el ministro de Economía llamó a Moyano para pedirle una tregua que incluya el levantamiento del paro previsto para el 5 y 6 de abril. Moyano le contestó que lo iba a poner a consideración del Consejo Directivo de su CGT.

El paro convocado ayer (miércoles 21) por la CGT disidente de Hugo Moyano y la CTA de Víctor De Gennaro tuvo distintos grados de acatamiento a lo largo del país.

Se hizo especialmente visible en el sector del transporte y en la educación, tanto pública como privada.

En algunas ciudades del interior del país hubo incidentes, como las repetidas roturas de vidrios y pinchaduras de gomas a colectivos y camiones en Mar del Plata, Bahía Blanca, Neuquén y Mendoza.

El acto más grave de violencia ocurrió en Las Heras, Santa Cruz, donde un grupo de desocupados incendió un pabellón de Repsol—YPF y saqueó el hotel de la empresa.

Otra característica del paro fue el corte de rutas, de vías y de calles en las principales capitales.

Los trenes anduvieron normalmente pero los colectivos estuvieron notablemente ausentes.

Los bancos abrieron las puertas y atendieron a sus clientes a pesar de tener menos personal y, muchas veces, con no más de una o dos cajas habilitadas; en el Palacio de Tribunales la actividad era mínima.

Para los organizadores la huelga fue “un éxito contundente” y los funcionarios la minimizaron.

El ministro del Interior, Ramón Mestre, estrenó su cargo evaluando que “el paro no ha sido significativo”.

La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, consideró “ilógico” el paro porque las medidas de ajuste anunciadas por el ex ministro Ricardo López Murphy, que lo dispararon, ya quedaron sin efecto.

La funcionaria estimó en 35% el grado de acatamiento a la medida de fuerza.

Mientras tanto, el ministro de Economía llamó a Moyano para pedirle una tregua que incluya el levantamiento del paro previsto para el 5 y 6 de abril. Moyano le contestó que lo iba a poner a consideración del Consejo Directivo de su CGT.

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