Parmalat: se teme que el agujero roce los 13.000 millones

Calisto Tanzi substrajo unos € 800 millones de Parmalat, en los últimos años. En cuanto al faltante total, se estima de € 10.000 a 13.000 millones. El fraude y las falsificaciones empezaron al tratar de ocultar pérdidas en Latinoamérica.

30 diciembre, 2003

Los fiscales que entienden en el caso Parmalat han acusado formalmente al fundador, accionista dominante y ex CEO por apoderarse en forma directa de casi € 800 millones en el curso de once años. Don Calisto sigue en la cárcel de San Vittore. Entretanto, su hijo Stefano afronta un crac por € 77 millones de la sociedad Parma Calcio, dueña del equipo local (que está en cese de pagos).

Entre los delitos atribuidos a Tanzi padre figura el “agio con valores”. Vale decir, especular inflando o desinflando cotizaciones bursátiles. En la legislación norteamericana, esto equivale a “insider´s trading” (uso de información y/o mecanismos internos para manejar títulos en el mercado).

Este fin de semana, los interrogatorios a don Calisto y ocho cómplices permitieron detectar el núcleo de la red de “cajas fuertes” tendida desde 1988/9 por la cúpula del grupo: el “offshore” de Delaware, Estados Unidos. “Holanda ampara el lavado de dinero vía sus islas antillanas, Gran Bretaña protege sus plazas extraterritoriales (Man, Guernsey, Caimán) y, naturalmente, la ofensiva de EE.UU., contra offshores no alcanza a Delaware”, ironizaba ayer un diario de Ginebra.

Entre otras cosas, los fiscales parmesanos han descubierto que varios empleados de la empresa destruyeron documentos y borraron archivos informáticos al iniciarse la investigación. O sea, hace diez a doce días. El ex director financiero y cerebro de las maniobras desde 1988/9, Fausto Tonna, ordenó esas acciones ilegales, que involucran mayormente a la firma fantasma Bonlat Financing (una “supercueva”). También se procesa a dos contadores del estudio Grant Thornton SpA y a Gian Paolo Zini, abogado jefe del grupo y de la familia.

Al concluir la primera tanda de indagaciones, la justicia estima que fraudes y falsificaciones tuvieron por objeto inicial ocultar enormes pérdidas en las operaciones latinoamericanas de Parmalat. Éstas datan realmente de los 70 (Brasil, Venezuela), pero no tuvieron tropiezos financieros hasta fines de los 80.

La segunda fase probablemente se centre en el papel de los auditores externos. Durante los años 90, esa función la cumplía Grant Thornton SpA, filial italiana de GT International, por ahora la firma contable más comprometida en el escándalo. En 1998, nuevas normas dictadas por el estado obligaron a cambiar de auditor externo y la función pasó a Deloitte & Touche (uno de los “cuatro grandes).

Justamente en esa época se inventó Bonlat en Caimán y Tonna le confió la sindicatura a Grant Thornton. En poco tiempo, la firma caribeña se convirtió en un “agujero negro virtual”, por donde se canalizaban transacciones, maniobras y otras cosas raras, ya habituales en el grupo. Hasta que, hace algunas semanas, Tanzi, Tonna y su equipo se pasaron de rosca: falsificaron un certificado de depósito de Bank of America por € 3.950 millones y el escándalo llegó a los medios.

A mediodía del lunes, había dos acusaciones en regla contra Calisto Tanzi y ocho ejecutivos superiores: (a) asociación ilícita para cometer estafa y adulterar balances, (b) bancarrota fraudulenta. En forma personal, a C.T. le endilgan agio con valores (“insider’s trading”) y falsificación de auditorías. Junto con el ex CEO, se indaga como imputados a Fausto Tonna –ex director financiero-, Luciano Soldato (antecesor de Tonna), Claudio Pessina (créditos), Gianfranco Bocchi (contaduría), Giovanni Bonici (presidente, Parmalat Venezuela), Lorenzo Pensa (presidente, Grant Thornton Italia), Maurizio Bianchi (socio auditor, GT) y Gian Paolo Zini ( asesor legal del grupo).

Los montos esfumados o malversados hasta el momento identificados en la causa maestra son: € 500 millones vía Webholding (Delaware), 3.950 millones (depósito falso en BofA), 529 millones (Epicurum Caimán), 2.900 millones en bonos emitidos y nunca recomprados, más 800 millones substraídos por Calisto T. El total verificado asciende provisionalmente a € 8.679 millones, pero faltan cuantificar sociedades ficticias en las Antillas holandesas (Curcastle, Zirpa), transferencias discrecionales a Parma Calcio y varios fondos negros.

Los fiscales que entienden en el caso Parmalat han acusado formalmente al fundador, accionista dominante y ex CEO por apoderarse en forma directa de casi € 800 millones en el curso de once años. Don Calisto sigue en la cárcel de San Vittore. Entretanto, su hijo Stefano afronta un crac por € 77 millones de la sociedad Parma Calcio, dueña del equipo local (que está en cese de pagos).

Entre los delitos atribuidos a Tanzi padre figura el “agio con valores”. Vale decir, especular inflando o desinflando cotizaciones bursátiles. En la legislación norteamericana, esto equivale a “insider´s trading” (uso de información y/o mecanismos internos para manejar títulos en el mercado).

Este fin de semana, los interrogatorios a don Calisto y ocho cómplices permitieron detectar el núcleo de la red de “cajas fuertes” tendida desde 1988/9 por la cúpula del grupo: el “offshore” de Delaware, Estados Unidos. “Holanda ampara el lavado de dinero vía sus islas antillanas, Gran Bretaña protege sus plazas extraterritoriales (Man, Guernsey, Caimán) y, naturalmente, la ofensiva de EE.UU., contra offshores no alcanza a Delaware”, ironizaba ayer un diario de Ginebra.

Entre otras cosas, los fiscales parmesanos han descubierto que varios empleados de la empresa destruyeron documentos y borraron archivos informáticos al iniciarse la investigación. O sea, hace diez a doce días. El ex director financiero y cerebro de las maniobras desde 1988/9, Fausto Tonna, ordenó esas acciones ilegales, que involucran mayormente a la firma fantasma Bonlat Financing (una “supercueva”). También se procesa a dos contadores del estudio Grant Thornton SpA y a Gian Paolo Zini, abogado jefe del grupo y de la familia.

Al concluir la primera tanda de indagaciones, la justicia estima que fraudes y falsificaciones tuvieron por objeto inicial ocultar enormes pérdidas en las operaciones latinoamericanas de Parmalat. Éstas datan realmente de los 70 (Brasil, Venezuela), pero no tuvieron tropiezos financieros hasta fines de los 80.

La segunda fase probablemente se centre en el papel de los auditores externos. Durante los años 90, esa función la cumplía Grant Thornton SpA, filial italiana de GT International, por ahora la firma contable más comprometida en el escándalo. En 1998, nuevas normas dictadas por el estado obligaron a cambiar de auditor externo y la función pasó a Deloitte & Touche (uno de los “cuatro grandes).

Justamente en esa época se inventó Bonlat en Caimán y Tonna le confió la sindicatura a Grant Thornton. En poco tiempo, la firma caribeña se convirtió en un “agujero negro virtual”, por donde se canalizaban transacciones, maniobras y otras cosas raras, ya habituales en el grupo. Hasta que, hace algunas semanas, Tanzi, Tonna y su equipo se pasaron de rosca: falsificaron un certificado de depósito de Bank of America por € 3.950 millones y el escándalo llegó a los medios.

A mediodía del lunes, había dos acusaciones en regla contra Calisto Tanzi y ocho ejecutivos superiores: (a) asociación ilícita para cometer estafa y adulterar balances, (b) bancarrota fraudulenta. En forma personal, a C.T. le endilgan agio con valores (“insider’s trading”) y falsificación de auditorías. Junto con el ex CEO, se indaga como imputados a Fausto Tonna –ex director financiero-, Luciano Soldato (antecesor de Tonna), Claudio Pessina (créditos), Gianfranco Bocchi (contaduría), Giovanni Bonici (presidente, Parmalat Venezuela), Lorenzo Pensa (presidente, Grant Thornton Italia), Maurizio Bianchi (socio auditor, GT) y Gian Paolo Zini ( asesor legal del grupo).

Los montos esfumados o malversados hasta el momento identificados en la causa maestra son: € 500 millones vía Webholding (Delaware), 3.950 millones (depósito falso en BofA), 529 millones (Epicurum Caimán), 2.900 millones en bonos emitidos y nunca recomprados, más 800 millones substraídos por Calisto T. El total verificado asciende provisionalmente a € 8.679 millones, pero faltan cuantificar sociedades ficticias en las Antillas holandesas (Curcastle, Zirpa), transferencias discrecionales a Parma Calcio y varios fondos negros.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades