Para Wikileaks, el turno de Wall Street y la City
Se dice que Julian Assange, fundador del sitio que ventila todo tipo de secretos, se oculta en Inglaterra. Desde ahí urdiría ataques a las bolsas neoyorquina y londinense. Ya no serán chismes de terceros sobre políticos, sino delitos financieros.
1 diciembre, 2010
<p>Para empezar, el bucanero dispone de datos internos sobre grandes instituciones privadas estadounidenses, quizás empezando por Bank of America. La noticia no es nueva: acaba de salir en la revista Forbes, pero la identidad del banco ya la había revelado Assange a Computerworld en 2009, comparando el potencial escándalo con los casos Enron-Arthur Andersen o WorldCom.<br />
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En esta oportunidad, conversando el 1l de noviembre con el quincenario de negocios, el australiano prometió para principios de 2011 “difundir material sobre infracciones éticas y operativas”. Ya hace seis meses, afirmaba tener “cinco gigavatios originados en el servidor de un ejecutivo superior del BofA”. A criterio de Assange, “Wall Street y la City siguen siendo culpables directos de la crisis sistémica desatada en 2007, que aún no ha terminado”.<br />
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Por cierto, las eventuales filtraciones financieras no son tan amplias como las referidas a Irak, Afganistán-Pakistán, Latinoamérica ni la red de “espionaje de alcoba” ligada al Pentágono o el departamento de estado. Vale decir, alrededor de 400.000 “documentos” entregados a varios medios de países centrales, pero no a diarios del “tercer mundo” (ni siquiera los de Australia.<br />
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En Forbes, el hoy escondido “justiciero” anuncia que “lo de 2011 pondrá en evidencia un ecosistema de la corrupción centrado en los mercados especulativos”. Poco después, en Time pero vía Skype, Assange exigió que “Barack Obama le acepte la renuncia a la secretaria de estado Hillary Rodham Clinton como responsable final de 250.000 cables o e-mails secretos sobre diplomáticos, dirigentes políticos y militares de medio planeta, comenzando por Naciones Unidas”.<br />
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Este lado del asunto, empero, tiene un atenuante. Muchos contenidos son del tipo “X me contó que Y le había dicho”, o sea historias de segunda mano aunque con nombres y apellidos. Así, una cosa es la vida privada de Hugo Chávez y otra la de Ban Kimun, secretario de la ONU.<br />
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El tema de las eventuales filtraciones de carácter financiero o empresarios es diferente. Pero puede salpicar a jerarcas de la Reserva Federal, el banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo, etc. Eso amén de funcionarios de economía o hacienda; especialmente de Estados Unidos y la Unión Europea, embarcados en rescates onerosos para los contribuyentes. <br />
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Sin embargo, la cosa tampoco acaba allí. El fundador de WikiLeaks afirma poseer “material delicado sobre British Petroleum y el desastre causado en el golfo de México por la plataforma Deepwater Horizon. No lo difundo porque tengo aún ciertas dudas”. A todo esto, Assange apeló el martes a la corte suprema sueca impugnando una orden de arresto, vía Interpol, por agresiones sexuales a ex socios. Mientras, también ayer Ecuador y Venezuela estudiaban ofrecerle asilo o residencia.</p>
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