Para Obama, Pakistán protegió a bin Laden

El presidente de Estados Unidos sospecha que el líder de al-Qaeda “contaba con una red local de apoyo”. Entretanto, varios legisladores piden cesar la asistencia militar a Pakistán, algo que llevaría a una ruptura entre Washington e Islamabad.

9 mayo, 2011

<p>Tratando de relativizar las declaraciones por TV de Barack Obama, su asesor de seguridad, Thomas Denilon, se&ntilde;al&oacute; que no hab&iacute;a pruebas claras de nexos entre el gobierno de Asif Al&iacute; Zardar&iacute;, el ej&eacute;rcito y los talib&aacute;n. Pero s&iacute; acompa&ntilde;&oacute; al presidente en pedir investigaciones y autorizaci&oacute;n para interrogar a las tres viudas sobrevivientes. &ldquo;Deber&aacute;n rodar cabezas&rdquo;, dijo Hussein Haqqan&iacute;, embajador ante EE.UU.<br />
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En otro plano. Osama bin Laden estaba finalizado desde antes de su innecesaria eliminaci&oacute;n. Nadie cre&iacute;a ya que su islamismo radicalizado gestase cambios negados al comunismo o a su propio fundamentalismo sunn&iacute;. Era s&oacute;lo el im&aacute;n expl&iacute;cito de una secta de <em>hashash&iacute;n</em>, asesinos. Esta &ldquo;organizaci&oacute;n no gubernamental del crimen&rdquo; acab&oacute; en veintitr&eacute;s a&ntilde;os con miles de vidas civiles. Pero no pudo cumplir sus propios fines, ni siquiera con los atentados de Manhattan (2001) y Atocha (2007) Los pueblos &aacute;rabes que protagonizan la ola de resistencia a gobiernos autoritarios (T&uacute;nez, Egipto, Siria), presidencias vitalicias (Yemen) y monarqu&iacute;as anacr&oacute;nicas (Bahrein), le han dado la espalda a al-Qaeda.<br />
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Entonces &iquest;qu&eacute; acab&oacute; con bin Laden? En el fondo, una coalici&oacute;n que ven&iacute;a caz&aacute;ndolo por diez a&ntilde;os, aunque sin &eacute;xito en las primeras fases. Ese conjunto pivoteaba sobre Pakist&aacute;n, m&aacute;s cuando los errores aliados permitieron que la guerra civil afgana penetrase en el noroeste de su vecino, a su vez ya infiltrado por al-Qaeda. No es casual que bin Laden haya residido a&ntilde;os a apenas cincuenta kil&oacute;metros de Islamabad sin ser molestado por sus autoridades.<br />
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Esos detalles no obstaban para que ese gobierno cooperase formalmente con los aliados occidentales. En realidad, polic&iacute;a y fuerzas armadas &ndash;afines a los talib&aacute;n- echaban cortinas de humo para desorientar a los perseguidores de bin Laden. Se lo presentaba como un eremita vagando por monta&ntilde;as inh&oacute;spitas y zonas controladas por tribus rebeldes, sus verdaderas protectoras.<br />
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Pero &iquest;Islamabad estaba al tanto? S&iacute;. De vez en cuando, Pakist&aacute;n entregaba un preso dyihadista para apaciguar a los occidentales. Esta t&aacute;ctica fue revelada cuando un grupo af&iacute;n a al-Qaeda empez&oacute; a operar en Cachemira e India lo comunic&oacute; a Washington (2007). Ah&iacute; empez&oacute; a resquebrajarse el muro que ocultaba a bin Laden. Mientras tanto, la asistencia al l&iacute;der da la raz&oacute;n a quienes sostienen que un Pakist&aacute;n con armas nucleares y expuesto a infiltraciones no es aliado fiable. Especialmente con un servicio secreto malo y corrupto. <br />
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