Otro pacto del Atlántico
Luego de un año de negociaciones, México y la Unión Europea alcanzaron ayer un acuerdo de libre comercio en Bruselas.
Para que este acuerdo entre en vigencia aún falta “limpiar el texto”, según indicaron las partes firmantes, y también que tanto los países miembros de la Unión, como el senado mexicano lo ratifiquen.
El comisario de comercio europeo Pascal Lamy manifestó que “se trata del acuerdo de libre comercio más amplio jamás negociado por la UE y el primer acuerdo de esta índole con un socio latinoamericano”.
Entre las áreas en las que se alcanzaron acuerdo se encuentra acuerdos preferenciales sobre servicios, inversiones, productos agrícolas, propiedad intelectual, aranceles industriales, y un sistema de resolución de disputas.
En cuanto a la balanza comercial bilateral, 1999 será el tercer año consecutivo de déficit para México.
Se especula que el pacto entraría en efecto para julio del 2000. Los especialistas entienden que el interés mexicano en este acuerdo se explica en función de reducir su dependencia de EE.UU. país al cual le vende 88% de sus exportaciones.
Luego de un año de deliberaciones los europeos aceptaron la resistencia del país norteamericano a que en el 2003 se eliminen totalmente los aranceles para productos industriales, es decir, que se equipare a los compromisos que México asumió con Canadá y EE.UU. en el Nafta. Ante la negativa mexicana los europeos redujeron sus demandas a que para ese año los aranceles se reduzcan 80%.
Para que este acuerdo entre en vigencia aún falta “limpiar el texto”, según indicaron las partes firmantes, y también que tanto los países miembros de la Unión, como el senado mexicano lo ratifiquen.
El comisario de comercio europeo Pascal Lamy manifestó que “se trata del acuerdo de libre comercio más amplio jamás negociado por la UE y el primer acuerdo de esta índole con un socio latinoamericano”.
Entre las áreas en las que se alcanzaron acuerdo se encuentra acuerdos preferenciales sobre servicios, inversiones, productos agrícolas, propiedad intelectual, aranceles industriales, y un sistema de resolución de disputas.
En cuanto a la balanza comercial bilateral, 1999 será el tercer año consecutivo de déficit para México.
Se especula que el pacto entraría en efecto para julio del 2000. Los especialistas entienden que el interés mexicano en este acuerdo se explica en función de reducir su dependencia de EE.UU. país al cual le vende 88% de sus exportaciones.
Luego de un año de deliberaciones los europeos aceptaron la resistencia del país norteamericano a que en el 2003 se eliminen totalmente los aranceles para productos industriales, es decir, que se equipare a los compromisos que México asumió con Canadá y EE.UU. en el Nafta. Ante la negativa mexicana los europeos redujeron sus demandas a que para ese año los aranceles se reduzcan 80%.
