Obama tiene cien días para definir su gestión, sostiene un consultor
En ese lapso, afirma Ram Charan, debe fijar prioridades mientras afrontan problemas en un contexto incierto, dentro y fuera de Estados Unidos. El experto ha preparado equipos ejecutivos en General Electric, Bank of America, Verizon, etc.
21 enero, 2009
El nuevo presidente se verá obligado a dedicarse a la política exterior, pese a contar con Hillary Rodham Clinton en el departamento de estado y Robert Gates en defensa. No obstante, el analista cree que “la máxima prioridad consiste en sacar al país del pozo económico y sus efectos psicológicos. En ese plano, llamar a Paul Volcker a la Casa Blanca fue muy astuto”.
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<p> Sea como fuere, “hacer que sectores económicos y financieros claves funcionen en coordinación con los otros países centrales le insumirá a Obama tiempo y esfuerzos personales. Entretanto, deberá armonizar hacienda, Reserva Federal y Securities & Exchange commission (comisión federal de valores), eliminando compartimientos estancos”.</p>
<p> El primer mandatario, en suma, “ha de asegurarse de que las perspectivas de su elenco se integren. Ello exige supervisión y comunicación constantes” dos rasgos ausentes bajo George W. Bush. En forma simultánea, “ha de consultar gente dicha en problemas de demanda, comercio, deflación y empleo. Para eso, tal vez sea útil crean un pequeño comité de empresarios líderes y reunirlo periódicamente.</p>
<p> Este grupo “puede generar soluciones o aportar ideas, anticipando –indica Charan- consecuencias indirecta de diversas medidas. Lógicamente, las gente del sector privado no debe promover sus propios intereses ni hacer cabildeo”. El experto, empero, cae en eso: “alguien podría proponer un plan para convertir todas malas hipotecas desactivadas, a determinada fecha, en posiciones activas disponiendo que hacienda cubra las mensualidades durante cinco años. A medida como los bancos tornen a ser rentables, destinarán 25% de sus ganancias para reembolsar a tesorería”.</p>
<p> Una tesis del consultor es interesante: “ir frenando embargos y ejecuciones disminuirá presiones psicosociales sobre un público muy sensible a dos factores: vivienda y empleo”. Este método podría aplicarse a una amplia gama de problemas, en particular los que aquejan a la actividad financiera. </p>