Obama: que ricos y grandes empresas tributen más

El presidente de EE.UU. propondrá mañana al Congreso, dominado por la oposición, que apruebe un aumento impositivo para los más ricos y las grandes entidades financieras para aliviar a la clase media.

19 enero, 2015

Con su plan, el mandatario de Estados Unidos pretende recaudar 320.000 millones de dólares en diez años, y reducir en 175.000 millones los impuestos que recaen en las familias de ingresos medios, según adelantaron fuentes de la Casa Blanca no identificadas al diario The New York Times.

 

Pese al énfasis que le imprimirá Obama en su discurso a la nueva iniciativa, es improbable que el Congreso, dominado completamente por la oposición republicana, apruebe un aumento impositivo.

 

Uno de los principios filosóficos del Partido Republicano es que el Estado no debe someter a los ciudadanos a una fuerte carga impositiva. En cambio, propone una política de libre mercado y la menor interferencia posible en la vida de los individuos.

 

Hace cuatro años que los republicanos dominan la Cámara Baja del Congreso y lograron bloquear todas las iniciativas políticas y económicas domésticas de Obama.

 

Sin embargo, en las últimas elecciones, la oposición logró ganar también la mayoría en el Senado, por lo que es muy probable que la Casa Blanca no pueda hacer avanzar ningún proyecto de ley importante en los próximos dos años.

 

El plan de Obama, que en dos años termina su segundo y último mandato presidencial, propone, entre otras cosas, aumentar el impuesto a las plusvalías y dividendos del 23,8 al 28 por ciento para las parejas con ingresos superiores a 500.000 dólares al año.

 

Entre los destinatarios de esa ayuda, el Presidente destacará a los estudiantes, a los que se ofrecerían dos años de matrícula gratis en el colegio, lo que supondría un gasto de 60 millones de dólares en una década, según consignó el diario neoyorquino, que suele adelantar con exactitud los grandes anuncios de Obama.

 

El proyecto del mandatario estadounidense también establece una nueva tasa sobre los bancos con activos superiores a 50.000 millones de dólares, que se utilizaría para financiar recortes de impuestos para los asalariados de ingresos medios, incluyendo un crédito de 500 dólares para las familias en las que ambos cónyuges trabajan.

 

La mayor parte de la financiación del plan -que supondrá una partida extra de 210.000 millones de dólares- provendría, según el diario, de un aumento de impuestos a las ganancias de capital y un cambio en la forma en que el código tributario trata el valor apreciado de los activos heredados.

 

Según la propuesta presidencial, los activos heredados serían gravados en función de su valor cuando se efectuó la compra. Eso significa que las ganancias de capital sobre los activos durante la vida de una persona, ahora protegido de impuestos, estarían sujetas al impuesto en el momento de la herencia.

 

Los restantes 110.000 millones de dólares se generarían por un canon impuesto a las grandes empresas financieras, muchas de las cuales fueron ayudadas financieramente por el Estado norteamericano después de la devastadora crisis financiera de 2008.

 

 

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