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<p>El presidente Barack Obama habló mientras recorría por cuarta vez el litoral castigado por la mancha junto a Haley Barbour, gobernador de Misisipi. “Esta tragedia –añadió- demuestra que ha llegado la hora de pasar a combustibles y otras fuentes de energía menos contaminantes, para lo cual hemos remitido al Congreso un proyecto sumamente audaz. Este país ha demorado demasiado en encarar acciones concretas”.<br />
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Esas declaraciones son un tiro directo al poderoso cabildeo petrolero tejano y sus aliados republicanos. Empezando por la familia Bush y el vicepresidente Richard Cheney, vinculado a Halliburton, contratista de British Petroleum y de Transocean. La firma es dueña de la plataforma Deepwater horizon, causante de la catástrofe.<br />
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Este martes, Obama recibe a Karl-Henrik Svanberg y Anthony Hayward, las máximas autoridades de BP. Su planteo ya es conocido: el grupo londinense tiene recursos suficientes para establecer un fondo, quizá por alrededor de US$ 20.000 millones. El lunes, mientras tanto, la compañía admitió que la situación empeora. Los 15.000 barriles diarios de mayo pueden alcanzar 40.000 b/d ya, 53.000 b/d a fin de junio y 60-80.000 b/d un mes más tarde.<br />
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A todo esto, voceros habituales de la CIA temen que el derrame tienda un puente entre Washington y La Habana, por dos motivos. Uno es que Cuba intensifica exploraciones sobre su costa norte, donde trabajan Statoil-Hydro (Noruega), Petrobrás y otras empresas extranjeras. Otro es la competencia brasileña, que abarca también el golfo de México. Según la oficina de estudios geológicos estadounidense, el área cubana de costa norte contiene reservas por alrededor de 5.000 millones de barriles. Pero hay un problema: el anacrónico embargo comercial y su motor político, la colonia cubana en Florida, que ya habla de un derrame en esa faja.</p>
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Obama: el derrame golpea como los ataques del 11/9/01
Lo de septiembre de 2001 alteró profundamente la percepción de nuestras vulnerabilidades exteriores. Este desastre señala el mandatario- modifica nuestra visión sobre los riesgos petroleros. Entretanto, la CIA denuncia actividad offshore cubana.