Obama: apoyo de Richardson, clave del voto hispano

Por un lado, el asunto del espionaje desde el estado a ambos precandidatos demócratas y al candidato republicano salpica el entorno de Barack Obama. Por el otro, William Richardson se pronuncia en favor del senador por Illinois.

23 marzo, 2008

Sucede que el gobernador de Nuevo Méxicoes pieza fundamental en geografía de todo el país, dada su influencia entre el electorado de habla castellana (“hispana” hace a la etnia, no al idioma). Ademán, la decisión de Richardson es un revés personal para Hillary Rodham Clinton, que descontaba el respaldo del gobernador.

Entretanto, Johan Brennan –presidente de la consultoría, asesora del senador mulato- aparece entre los tres que escrutaron sin permiso la documentación de Obama, Hillary, John McCain y, hasta que se retiró de la carrera, su correligionario Michael Hucklabee. Algunas versiones asocian el espionaje con Richard Cheney, John Negroponte y el ex precandidato afín a los fundamentalistas, Mitt Romney.

Brennan había sido agente de la CIA y director provisional del muy criticado centro nacional antiterrorista. En realidad, un instrumento para hostigar a quienes se oponen a seguir en Irak y Afganistán. La propia Condoleezza Rice, una moderada, salió a pedir disculpas. Pero George W.Bush no abrió la boca.

Dos de los agentes implicados en la operación fueron echados y un tercero sancionados. Las medidas fueron impuestas por el departamento de estado. Obama y Hillary calificaron el hecho como alarmante y pidieron investigaciones legislativas. También plantearon sancionar a Sean McCormack –vocero del departamento-, por decir que se trata “sólo de curiosidad imprudente”. En cuanto a McCaine, optó por el silencio.

Sucede que el gobernador de Nuevo Méxicoes pieza fundamental en geografía de todo el país, dada su influencia entre el electorado de habla castellana (“hispana” hace a la etnia, no al idioma). Ademán, la decisión de Richardson es un revés personal para Hillary Rodham Clinton, que descontaba el respaldo del gobernador.

Entretanto, Johan Brennan –presidente de la consultoría, asesora del senador mulato- aparece entre los tres que escrutaron sin permiso la documentación de Obama, Hillary, John McCain y, hasta que se retiró de la carrera, su correligionario Michael Hucklabee. Algunas versiones asocian el espionaje con Richard Cheney, John Negroponte y el ex precandidato afín a los fundamentalistas, Mitt Romney.

Brennan había sido agente de la CIA y director provisional del muy criticado centro nacional antiterrorista. En realidad, un instrumento para hostigar a quienes se oponen a seguir en Irak y Afganistán. La propia Condoleezza Rice, una moderada, salió a pedir disculpas. Pero George W.Bush no abrió la boca.

Dos de los agentes implicados en la operación fueron echados y un tercero sancionados. Las medidas fueron impuestas por el departamento de estado. Obama y Hillary calificaron el hecho como alarmante y pidieron investigaciones legislativas. También plantearon sancionar a Sean McCormack –vocero del departamento-, por decir que se trata “sólo de curiosidad imprudente”. En cuanto a McCaine, optó por el silencio.

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