El profesor e investigador del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, Dante Romano, considera que la seca continuará generando preocupación por el atraso en la siembra y en el negocio de granos nacional e internacional.
“El gobierno, necesitando reforzar las reservas y la recaudación de impuestos, arremetió con una nueva versión de dólar soja, esta vez a 230 pesos vs los 165 de la cotización oficial. La medida también fue acompañada de un incremento en el diferencial arancelario para aceite y harina”, explica Dante Romano y agrega: “Pero los productores están más líquidos, les queda menos soja, y temen por la seca. Quizás por ello, el objetivo del gobierno está puesto en recaudar 3.000 millones de dólares, casi la mitad de la edición anterior”.
El nuevo dólar soja presiona, a nivel internacional, a la baja de los precios. Concretamente, el nuevo tipo de cambio sería de 320 y se establece además un diferencial arancelario para la industria de 3 puntos.
Romano profundiza sobre esta nueva edición de la medida: “El dólar soja genera mayor intención de venta, mejora en los márgenes de exportación y esto, a su vez, repercute a la baja en precios internacionales. Se espera que como paso en la versión anterior, el precio en pesos suba, pero menos que proporcional, generando un valor en dólares más bajo. En tanto muchos venderían para recomprar posiciones diferidas, apostando a que nuevamente esto durara relativamente poco tiempo”.
Finalmente, con respecto al mercado internacional, Romano analiza distintas variables: “Preocupa el aumento de casos de COVID en China, no solo por los posibles nuevos confinamientos sino también por la menor demanda que puede que esto puede ocasionar. El clima en EEUU mejora para trigo, y en Brasil la siembra viene bien”.