Nueve países musulmanes y el sacudón en Egipto
Ahora la violencia iraní pasa a primer plano: cinco muertos y trescientos arrestos, según la TV turca. Pero ha habido o hay disturbios en el paupérrimo Yemen, dos ricos emiratos del golfo (Bahrein, Qatar), Omán, Irak, Argelia, Libia y Jordania.
<p>Rabia y batallas campales –un muerto, veinte heridos- sacuden el otrora próspero archipiélago próximo a Qatar, también afectado. Ambos estados y la Unión de Emiratos Árabes y Oman tienen en común un doble problema étnico. Uno son las fuertes minorías de religión shiita, pero de lengua árabe, que conforman el proletariado y carecen de derechos civiles. Otro lo constituyen grupos de trabajadores pakistaníes en condiciones similares.<br />
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En Irak tanto sunníes como shiitas se alzan contra el escaso nivel de vida y los bolsones de miseria legados por “la guerra de George W. Bush, que el <em>Tea Party </em>recuerda como triunfo”, en palabras del analista persa Sayyid Lailaz. En efecto la geografía de los alzamientos iraquíes no discrimina entre ambas sectas: golpea Bagdad, Kerbala. Diwaniya, Basora, etc. <br />
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Al este de la Mesopotamia, la férrea censura del estado que preside todavía Mahmud Ahmadinedyad libra una batalla desigual contra las redes sociales, las cadenas al-Dyazira o al-‘Arabiya. Desde las sombras, disidentes como Mohammed Jatamí, Mir Huséin Mussaví o Mahdí Karrubí están activos desde Teherán hasta Shiraz, desde Tabriz hasta Qum o Abadán.<br />
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En el lejano sur de la península arábiga, donde Yemen alberga al núcleo clánico de los bin Laden, la capital Sanaa es escena de combates con piedras, palos y bombas Molotov. La gente exige la renuncia de Alí Abdallá Saleh, <em>paterfamilias</em> que viene manejando el país como feudo desde 1978. Increíblemente, las redes sociales siembran denuncias de corrupción y nepotismo contra Muammar Ghadafí, de quien se dice que ha ofrecido refugio a Berlusconi si lo echan de Italia. Pegada al oeste de Libia (con la cuña tunecina en el medio), Argelia experimenta conatos de resistencia civil. Casi en espléndido aislamiento, Saudiarabia se apresta a defender su monarquía teocrática con petrodólares y Siria su dinastía autócrata, parecida a la de Hosni Mubarak. <br />
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