<p>Esta vez, los checos esgrimen como pretexto el capítulo atinente a derechos fundamentales. Pero, hasta el miércoles, el tema no había sido mentado por Praga. Recién el jueves, hablando por vía telefónica con Fredrik Reinfeldt (primer ministro sueco), Klaus se despachó con la novedad.<br />
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A criterio de observadores alemanes y franceses, se trata de otra maniobra del euroescéptico dirigente conservador. Reinfeldt fue duro en su respuesta: “es un mensaje equivocado en el momento equivocado” sostiene no ya por teléfono sino en un comunicado oficial.<br />
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Ahora, Klaus debiera poner por escrito sus manifestaciones al sueco, presidente de turno de la Unión Europea. Precisamente, el checo ha de elevar ese texto a la comisión de Bruselas y al consejo europeo. Por el contrario, tras varios días de idas y vueltas, otro euroescéptico –el polaco Lech Kaczynski- aflojó y estampará el sábado la firma en la ratificación.<br />
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Algunos analistas no las tienen todas consigo en cuanto al doble mecanismo de aprobación: vía el voto de la gente y vía ratificaciones ejecutivas o legislativas, sin consultar al electorado. Mientras tanto, los conservadores británicos esperan derrotar a Gordon Brown para, después, abandonar la Unión Europea en aras del “espléndido aislamiento” histórico. <br />
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Nuevas presiones checas contra la Unión Europea
El presidente Vaclav Klaus pone otro palo en la rueda y traba nuevamente la ratificación del tratado constitucional de Lisboa. Justamente, a días de haber sido aprobado en segunda rueda por los votantes irlandeses.