Nueva York vota un cambio de timón

Todas las encuestas señalan al candidato demócrata, Bill de Blasio, como máximo favorito a la alcaldía de Nueva York. Prometió "el cambio" tras doce años de mandato del alcalde Michael Bloomberg.

4 noviembre, 2013

Las encuestas que registran una significativa preferencia de los neoyorquinos por De Blasio (68% contra 23%) indican paralelamente una respetable aprobación a la gestión de Bloomberg, y el paradójico hecho de que la mayoría busca -pese al dato anterior- un golpe de timón para la ciudad.

 

El demócrata hizo girar durante toda su campaña la idea de una “historia de dos ciudades”, la rica Manhattan y los barrios exteriores, donde la pobreza y la falta de oportunidades perviven año tras año, lo que según los analistas dio en el clavo de la sensibilidad neoyorquina actual.

  

“Este estatus quo es inaceptable”, dijo, y repitió su promesa de dar un documento de identidad municipal al medio millón de inmigrantes indocumentados que hay en la ciudad para que puedan abrir cuentas bancarias o firmar contratos de alquiler.

  

El favorito para ser el próximo alcalde de Nueva York repitió también su objetivo de aumentar los impuestos a quienes ganen más de medio millón de dólares al año a fin de que todos los niños tengan educación preescolar y financiar un horario más largo para las escuelas medias, así como su promesa de construir 200.000 viviendas a precios accesibles.

 

Los comicios para elegir a la nueva autoridad municipal neoyorquina se presentan además como un referendo sobre la gestión del magnate Bloomberg, quien gobernó la ciudad tres durante mandatos seguidos desde su primera victoria electoral, en 2001.

  

Durante la gestión Bloomberg, la ciudad continuó su importante mejora económica y experimentó una drástica reducción de la criminalidad violenta, pero la mayoría de las escuelas públicas siguen teniendo un funcionamiento deficiente, la desigualdad continúa creciendo y persisten grandes bolsas de pobreza.

  

Un sondeo que preguntó sobre la administración de Bloomberg mostró un 45% de aprobación a su gestión, con un 34% que la catalogó como “regular” y un 18% que la consideró “mala”.

  

Sin embargo, un 68% de los neoyorquinos quieren que el próximo alcalde dé un giro, y eso es precisamente lo que promete De Blasio.

  

“Necesito la ayuda de todos ustedes mañana, dijo en perfecto español De Blasio, durante un acto realizado en las puertas de la Alcaldía de Nueva York, donde los principales líderes hispanos de esta cosmopolita ciudad le expresaron su apoyo.

  

El demócrata aventaja a su rival republicano, Joe Lhota, por más de 40 puntos en los sondeos de intención de voto, informó la agencia de noticias EFE.

  

En el acto, De Blasio destacó el “espíritu, energía y corazón” de la comunidad hispana de la ciudad, un colectivo de enorme significación electoral, pues alcanza al 30% de sus 9,2 millones de habitantes.

  

El candidato afirmó que en su campaña no vio a nadie que haya sido “más apasionado por el cambio” de políticas municipales “que en los vecindarios latinos”.

  

“El pueblo quiere cambio, quiere que esta sea una ciudad donde todos vuelvan a tener una oportunidad”, añadió el demócrata, quien repitió en varios tramos de sus discurso la promesa de traer “justicia económica”.

  

 

“No hay duda de que hay un desgaste con la administración de Bloomberg, y De Blasio representa el cambio”, señaló Carlos Vargas, profesor del Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY).

  

Con astucia política, De Blasio en su discurso de cierre dijo que durante los últimos años, las necesidades de los neoyorquinos “fueron ignoradas en este edificio”, aludiendo a la sede del gobierno municipal.

  

En el acto de De Blasio, cuya esposa es de raza negra y sus hijos multirraciales, estuvieron también el músico Willy Colón y la actriz Rosie Pérez, ambos neoyorquinos de origen puertorriqueño y emblemáticos representantes de la comunidad hispana.

  

El Partido Demócrata no gana esa alcaldía desde 1989, lo que ya es muy especial en una ciudad donde los demócratas superan a los republicanos por una proporción de seis a uno.

  

La victoria del republicano Rudy Giuliani en 1993 fue posible por los disturbios raciales y la elevada criminalidad.

  

Bloomberg es un multimillonario que se pasó de demócrata a republicano para evitar el complicado proceso de primarias, y que ganó su primer mandato menos de dos meses después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, gracias en parte al impacto de esos ataques y también a la multimillonaria campaña que le financió.

 

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