Sólo un régimen tan autista puede lanzar proyectiles –mientras el país sufre una hambruna sistémica- y acusar a otro de “complotar contra el pueblo norcoreano”. Esta nueva tanta de cohetes se hundió en el mar del Japón, al este de Surcorea. Entretanto, ésta anunció que se unirá a una iniciativa de Barack Obama: interceptar aves sospechosas de portar armas de destrucción masiva. <br />
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De inmediato (era mediodía en la región), Pyongyang advirtió que “considerará esa actitud como una formal declaración de guerra”. Cabe señalar que los nuevos proyectiles y los del lunes tienen alcance muy limitado, unos 130 kilómetros. Pero, si se disparen desde sitios móviles (barcos), pueden llegar a territorio japonés, ruso… o chino. <br />
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Esta peligrosa prueba atómica, segunda desde 2006, levantó protestas de Washington, Pyogyang, Tokio, Taipei, Brasilia, Buenos Aires, Londres, Berlín, Moscú, etc. Además, aumentan las presiones sobre el secretario general de Naciones Unidas, el surcoreano Ban Ki-mun. <br />
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Por su parte, las bolsa de Seúl, Tokio, Hongkong, Beijing, Shanghai, Singapur y Guanzhong sentían por segunda jornada seguida los efectos de las tensiones. Se trata de toda Asia oriental, vale decir un sexto de la economía mundial. También subía la inquietud en Bombay, donde la guerra en Afganistán y Pakistán ya perturbaba los negocios. <br />
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En la lógica a contramano de Norcorea, estos ensayos parece tener explicación interna. Con el presunto empeoramiento de su salud, Kim Jong-il está perdiendo las riendas del poder. En otras palabras, los militares tratan de imponerle un sucesor ajeno a la familia reinante. <br />
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Norcorea lanza misiles y acusa a EE.UU. de hostil
Sumida en una sorda puja por suceder al achacoso Kim Jong-il (ocupa desde 1994 el cargo de Kim Il-sung), Pyongyang lanzó dos misiles de cortos alcanza la mañana del martes. Luego responsabilizó a a Washington por la tensión imperante.