Nobel económico para dos estadounidenses

Nuevamente, un premio lo comparten teóricos de igual raigambre. Christopher Sims es autor del “vector autorregresivo”, mientras Thomas Sargent descree hoy de las expectativas racionales. Mientras, la crisis sistémica aconseja desechar el monetarismo.

12 octubre, 2011

<p>Naturalmente, fundamentalistas como Steve Hanke aplaudieron al nuevo premiado, Sargent. Lo ven como &ldquo;claro mensaje a Paul Krugman o Joseph Stiglitz (Nobel 2008 y 2001), que atribuyen las crisis recesivas al modelo de Robert Lucas. Vale decir, a las expectativas racionales promovidas por la hoy declinante escuela de Chicago.<br />
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A prop&oacute;sito de Sargent, algunos legisladores dem&oacute;cratas observaban que &ldquo;los acad&eacute;micos escandinavos vuelven a matar a John Maynard Keynes cuando m&aacute;s nos hace falta. Esto da apoyo a las medidas regresivas planteadas en el Congreso y a los draconianos planes de austeridad que castigan a la Eurozona&rdquo;. En verdad, las tesis de Lucas (Nobel 1995) ya eran anacr&oacute;nicas en ese entonces.<br />
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No obstante, la academia de ciencias sueca sigue tanteando en la oscuridad. Por ejemplo, ambos confiesan &ldquo;no tengo sobre c&oacute;mo salir de las crisis norteamericana y europea&rdquo;. Sims y Sargent tampoco creen que sus investigaciones y m&eacute;todos &ldquo;puedan ofrecer respuestas simples o pr&aacute;cticas a la situaci&oacute;n actual&rdquo;.<br />
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Precisamente, el premio a Sargent llega tarde, pues la teor&iacute;a de las expectativas racionales, seg&uacute;n se&ntilde;alaba Krugman, &ldquo;ha dejado de ser tomada en serio hace a&ntilde;os&rdquo;. Exactamente, sucedi&oacute; al notarse que las crisis hipotecaria (2006/08) y sist&eacute;mica (2008/09) en Estados Unidos conten&iacute;an fuertes ingredientes del modelo Lucas, adorado por la especulaci&oacute;n financiera&rdquo;.<br />
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Los mismos Sargent y Sims, con matices, han descubierto que esa teor&iacute;a ten&iacute;a m&aacute;s l&iacute;mites que los imaginados. Pero, entretanto, sus seguidores latinoamericanos se aferran al credo monetarista, aunque su influencia sea ya escasa en pa&iacute;ses como M&eacute;xico, Argentina, Brasil o Colombia. S&oacute;lo Chile y Per&uacute; creen en los herederos de Milton Friedman.</p>
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