El arribo de un nuevo proyecto oficialista a la Cámara de Diputados ratificó que las retenciones móviles constituyen una bandera tanto política como fiscal que el gobierno no está dispuesto a arriar bajo ninguna circunstancia. <br /><br />La resolución 125 en cuestión fue mantenida inalterable, y sólo se amplió el espectro de productores que podrían acogerse a compensaciones a los poseedores de menos de 150 hectáreas pampeanas y 350 en áreas alejadas que extraen hasta 750 toneladas. <br /><br />Para el resto, a los valores actuales, la retención para la soja es del 47 % y podría avanzar hasta el 52 % dentro del esquema fijado si llegara a cotizar arriba de US$ 750. <br /><br />La presidenta Cristina Kirchner se arrogó como un acierto político haber empezado esta discusión cuando el precio era de US$ 470, ya que en los más de 100 días que lleva el conflicto con el campo se agregaron US$ 130 más, a la vez que el derecho de exportación subió 3 puntos. Así, el Estado embolsa US$ 80 más por tonelada y el productor recibe un refuerzo de apenas US$ 35. <br /><br />Esta ganancia extra para el gobierno va en la misma dirección e inclusive acentúa la dependencia al alza incesante de los commodities del actual modelo económico aplicado desde 2002, al haber sido concebido sobre esta base los superávit gemelos (fiscal y del comercio exterior). <br /><br />Sobre todo desde el 2006, el ex presidente Néstor Kirchner utilizó esta bonanza para ensanchar la estructura del gasto público con el aumento de los subsidios, jubilaciones y sueldos. <br /><br />Pero, atención, la ola internacional podría estar cambiando, sin que se haya percatado gran parte de los analistas, agentes económicos y funcionarios públicos que dan opiniones o toman decisiones teniendo en cuenta los supuestos de que los precios de los commodities continuarán en alza impulsados por el espectacular crecimiento de China e India, y que el dólar continuará depreciado. <br /><br />Y aunque sería factible que esos niveles continuaran altos, existen claros indicios que permiten descartar tales hipótesis: <br />*China anunció recientemente dos medidas cuyo objetivo es acoplarse al nuevo ciclo económico mundial, las cuales redundarán en una desaceleración del crecimiento (este promedió 10,4% en los últimos cinco años). Las medidas comprenden (a) un aumento en el precio de los combustibles regulados de 18% y (b) una política monetaria más restrictiva.<br />
<p>*Una batería de datos recientes de EE.UU. muestra una economía al borde de una desaceleración muy fuerte que podría durar un semestre. Dicha dinámica generará un menor crecimiento mundial y, de la mano del mismo, una reducción del comercio mundial.<br />
*Un eventual rebote de la principal economía del mundo a principios de 2009 vendría acompañado de un fortalecimiento gradual del dólar, que atraería nuevamente flujos de capitales anteriormente posicionados en commodities. Esto revertiría el la tendencia observada durante los últimos cinco años. <br />
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<strong>Aporte fiscal</strong> <br />
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En el informe mensual de los economistas Nicolás Bridger y Osvaldo Cado, de Prefinex, se muestra que este año el superávit primario argentino asciende a Ar$ 30.000 millones gracias a una entrada por retenciones de Ar$ 35.000 millones, incremento del 39,1 % en el gasto incluido. <br />
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El año pasado, la diferencia entre ambos era apenas inferior a los Ar$ 2.500 millones, o sea, Ar$ 4.500 millones menos, y en 2006, el superávit había sido mayor a las retenciones en casi Ar$ 7.000 millones. <br />
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La nueva vuelta de tuerca sobre las retenciones que ensaya el turno de la esposa del ex presidente, tornándolas móviles, expresa que la decisión es apropiarse del excedente de los aumentos internacionales que vengan para reforzar la caja de la que salen los subsidios, o en el caso de que los valores se estabilicen en estos niveles, afrontar la factura actual sin racionalizarla. <br />
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Pero si, una vez reacomodada la situación mundial (no antes del 2010, probablemente), los commodities empezaran a ceder y el dólar se apreciara la repercusión en los superávit gemelos pegaría a la inversa y, en este punto, Bridger y Cado se preguntan: ¿toleraría el actual “modelo” económico una reversión del escenario como esa? <br />
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La respuesta a qué sucedería si los precios internacionales se estabilizan o caen y se resienten las retenciones lleva, en realidad a otro interrogante: ¿estaría el gobierno dispuesto a asumir las dramáticas medidas de ajuste forzoso en el gasto para sostener un superávit del 3 % del PIB en 2009? <br />
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Si a los derechos de exportación les toca en ese contexto ser rebajados por la aplicación de la tabla móvil, ¿desarticularía la política de subsidios y reduciría los incrementos a jubilados y empleados públicos? ¿O devaluaría para licuar deuda y salarios reales, como hiciera Eduardo Duhalde en el 2002? <br />
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Hoy nada parece indicar que haya en carpeta una desaceleración del gasto primario, más allá de algún retoque a las tarifas de altos consumos que permita reducir subsidios energéticos. <br />
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Ya desde el año pasado, economistas como los de Prefinex habían advertido que, de repetirse una suba en las transferencias al sector privado similar a la de 2007 (mayor al 60%), el gobierno tendría serias dificultades en cumplir con la meta presupuestada para el 2008 (3,15% del PIB). <br />
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En este sentido, luego de cinco meses los avances han sido mínimos, según la consultora:<br />
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*El gasto primario total presentó una suba de 39,1% en el acumulado de enero-mayo y difícilmente se cierre el año con una variación inferior al 35% a/a, lo cual contrasta notablemente con el incremento que estaba estipulado en el Presupuesto 2008 (+16,1%).<br />
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* El rubro de mayor participación en el incremento del gasto primario del periodo han sido las transferencias corrientes que crecieron 67% a/a, explicado fundamentalmente por los subsidios energéticos que superarían los Ar$ 15.000 millones en 2008. <br />
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Igualmente preocupante es la participación creciente de estas erogaciones en el total del gasto primario: en 2006 representaban sólo 13% y hoy ya alcanzan el 25% del total. La crítica a estos subsidios alcanza tanto al destino de los fondos (un gasto que favorece a las clases medias y altas en un contexto de pobreza en ascenso) como a la complejidad creciente para desarticularlos cuando se quiera o necesite dar marcha atrás. <br />
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Este comportamiento contrario a alguna modificación de la política económica hizo cambiar la estimación de superávit primario para el 2008: 2,9% del PIB. </p>
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