Nicolas Sarkozy: la Unión Europea debe protegerse del capitalismo anglosajón

Desde Estrasburgo, sede del parlamento europeo, el presidente francés –un liberal- rechazó “ese capitalismo donde especuladores y magnates predominan sobre emprendedores y trabajadores”. Ni Hugo Chávez podría ser más tajante.

14 noviembre, 2007

Pero, un día antes, Nicolas Sarkozy refirmaba una convergencia con su colega ruso, Vladyímir Putin (quien acaba de admitir que seguirá manejando los hilos tras abandonar el cargo), “contra la competencia irrestricta elevada ala categoría de religión”. En tren de discursos encontrados, el mismo martes París era copada por manifestaciones laborales contra la privatización de empresas.

Ante los legisladores, este galo de origen húngaro fue terminante. A diferencia del capitalismo anglosajón, “el europeo ha sido siempre campo de emprendedores y de producción, no de especulaciones financieras o ganancias fáciles”. No obstante, la semana pasada Sarkozy refirmó su alianza casi sentimental con George W.Bush, emblema del capitalismo especulativo que rechaza.

Entre vítores y aplausos multinacionales, el presidente francés recalcó: “La Unión Europea tiene un papel decisivo en la necesaria moralización del capitalismo financiero. Nuestros ciudadanos ya no soportan sus excesos. No es posible que banqueros y especuladores pongan los mercados en crisis. El Banco Central europeo no debe aprovechar su autonomía para no rendir cuentas ni asumir responsabilidades”. El denso silencio de radio impuesto en medios norteamericanos, británicos y latinoamericanos es ilustrativo.

Pero, un día antes, Nicolas Sarkozy refirmaba una convergencia con su colega ruso, Vladyímir Putin (quien acaba de admitir que seguirá manejando los hilos tras abandonar el cargo), “contra la competencia irrestricta elevada ala categoría de religión”. En tren de discursos encontrados, el mismo martes París era copada por manifestaciones laborales contra la privatización de empresas.

Ante los legisladores, este galo de origen húngaro fue terminante. A diferencia del capitalismo anglosajón, “el europeo ha sido siempre campo de emprendedores y de producción, no de especulaciones financieras o ganancias fáciles”. No obstante, la semana pasada Sarkozy refirmó su alianza casi sentimental con George W.Bush, emblema del capitalismo especulativo que rechaza.

Entre vítores y aplausos multinacionales, el presidente francés recalcó: “La Unión Europea tiene un papel decisivo en la necesaria moralización del capitalismo financiero. Nuestros ciudadanos ya no soportan sus excesos. No es posible que banqueros y especuladores pongan los mercados en crisis. El Banco Central europeo no debe aprovechar su autonomía para no rendir cuentas ni asumir responsabilidades”. El denso silencio de radio impuesto en medios norteamericanos, británicos y latinoamericanos es ilustrativo.

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