Ni al-Qaeda, ni Gaza: ahora le toca a Sudán
A criterio de analistas británicos e israelíes, el próximo choque será entre musulmanes y africanos, no ya entre Occidente y el Islam. Empezará con un referendo en Sudán, el 9, y puede provocar una secesión entre el norte semita y el resto.
28 diciembre, 2010
<p>Hartos de los abusos de Jartum, los dos tercios meridionales del segundo país del continente en superficie (2.500.000 km2) quieren terminar con una unión forzada por Gran Bretaña en 1899. Desde hace años, el país vive una guerra civil a varias puntas, actualmente centrada en la rebelión separatista de Dar Fur. Esta provincia occidental es étnicamente africana y tuareg, pero de religión musulmana. <br />
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Periódicamente, se suceden sangrientos ataques –especialmente aéreos y con napalm- sobre las áreas africanas o secesionistas. En esta oportunidad y si no hubiera fraude o violencia electoral, dos condiciones muy difíciles de reunir, es probable que se imponga el sur. Cabe consignar que este plebiscito responde al pacto de 2005, que no ha obstado para la perpetuación de los ataques norteños.<br />
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Pero atendiendo a la clase feudal instalada en Jartum y su actual gobernante, ‘Ummar al-Bashir, la reacción de jeques y ulemas será la peor imaginable. Primero, está el tráfico de esclavos desde el siglo X, fruto de un régimen teocrático más rígido que el saudí. Segundo, el sur posee la única riqueza relevante en Sudán (sabana en árabe), los hidrocarburos.<br />
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No obstante, si el referendo favorece a los africanos y sus aliados de Dar Fur, el Movimiento pro Liberación Popular (MLP), fundado por Salva Kiir, intentará armar un estado viable con una lengua común (moru) y un nombre no árabe (Adsaña), Los separatistas confían en la ayuda sotto voce de Estados Unidos e Israel y, en forma explícita, la de la Unión Europea, la cristiana Etiopía, Kenia, Uganda y otros estados africanos.<br />
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<p>Paralelamente, la casi inevitable guerra –sea cual fuere el resultado del domingo 9- promoverá vastos movimientos humanos, como viene sucediendo en Dar Fur. Emigrantes negros deberán abandonar viviendas y puestos laborales en el norte, un éxodo bajo el continuo bombardeo árabe. A su vez, el estado musulmán se quedará sin mano de obra, en tanto los africanos heredarán un territorio casi sin caminos ni ferrocarriles, Desde la independencia, en 1956, la oligarquía árabe sólo se ha ocupado de rutas y ductos petroleros.<br />
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Por supuesto, la situación de al-Bashir es otra incógnita. Procesado en La Haya por genocidio y otros crímenes contra la humanidad, el dictador cuenta, empero, con respaldo en la península arábiga y, desde hace algunos años, afluyen inversiones chinas al sector hidrocarburos. Pero la experiencia en Dar Fur indica que Beijing trepidará en involucrarse más allá de gestos amistosos, dado que hay dos brotes separatistas en China misma, aunque ni Tibet ni Xi Jiang pesen por tamaño geopolítico. La guerra post referendo no será “un choque de civilizaciones” como le gustaban a Samuel Huntington, sino otro acto del drama entre árabes y africanos.</p>
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