Neil Bush, sus parientes, amigos y socios árabes

En 1992, George W.H.Bush era presidente y su hijo Neil llevó la familia a París. El viaje lo pagó Jamal Daniel, un sirio con vínculos de negocios en todo Levante. Ahora, se divulgan en Houston sabrosos detalles de esa relación.

13 diciembre, 2003

Entre otros, que Neil compartía con Daniel la dirección de Crest Investments Corporation, una consultora local, y cobraba US$ 60.000 anuales en concepto de “servicios varios”. Uno de ellos fue relacionar al avispado árabe con la familia presidencial. Así, Daniel intimó con George W. y lo apoyó en la campaña por la gobernación de Tejas. Según un funcionario jordano, Daniel es “un aprovechador que ha usado a la familia Bush para hacer negocios”.

Junto con Neil B. y Daniel, operaba en Crest John Howland, un hombre de negocios tejano cuyas empresas han ido a la quiebra y, en una oportunidad, fue acusado de desfalco. El mismo trío controla Silvermat, filial suiza de Crest sumida en problemas financieros.

También existen evidencias de que Neil B. ha recibido apoyo financiero de Daniel para otros negocios. Joseph Peacock, que opera en firmas del sirio, aparece como inversor inicial en Ignitel, la firma de Neil dedicada a software educacional. Daniel se presenta como socio de Neil en Ignitel cada vez que gestiona aportes. Así, ha recaudado fondos entre familias reinantes de países árabes. Pero lo que hace el propio Bush es sólo abrir puertas, sin involucrarse en los detalles de cada operación.

En la actualidad, el trío maneja New Bridge Strategies, nueva “consultora” que ofrece asistencia a empresas interesadas en obtener contratos en Irak. Howland es el CEO, Neil el presidente y Daniel el asesor ejecutivo. El flamante emprendimiento fue noticia en septiembre, debido al impresionante elenco de republicanos “pesados” en el directorio. En su mayoría, vinculados a ambas presidencias Bush o a la propia familia. El sitio web de NBS subraya su carpeta de contactos en Washingon y Levante.

Entre los personajes figuran Edward Rogers (ex asistente directo de Bush padre en la Casa Blanca), Leonard Griffith –similar cargo- y Haley Barbour, ex jefe del comité nacional republicano, recién elegido gobernador de Misisipi. Los tres tienen Barbour, Griffith & Rogers, un “lobby” que comparte oficinas con NBS en Washington DC.

En realidad, NBS es un desprendimiento de Carlyle Group, la firma bursátil mejor conectada en EE.UU., ligada a contratos leoninos con el Petágono y varios altos funcionarios de gobiernos republicanos, inclusive el presente. Estando el CG, Howland –que era oficial de aeronáutica- conoció a Daniel en Damasco (1989), mientras éste gestionaba fondos para el Partido del Resurgimiento (Ba’ath). Por esa época, Daniel tenía vínculos con el gobierno iraquí.

El personaje exhibe conexiones con las dirigencias de cinco países musulmanes: Saudiarabia, Qatar, Siria, Yemén y Líbano. A su vez, la carrera de Howland incluye un conflicto con Mohámmed bin Issa al-Jaber, empresario saudí que –en 1997- lo acusó de birlarle US$ 12 millones.

Ese episodio fue complicado. Howland había redactado un contrato de abastecimiento exclusivo entre American Rice y la firma de al-Jaber, RMTI (Jedda). Pero éste ignoraba que sus dos máximos ejecutivos –Howland y David Přchal- seguían en AR. El resultado fue un contrato a 50 años –plazo desusado en el mercado arrocero-, llamativamente favorable a AR.

Tiempo después, en 1997, Howland empezó a decir que al-Jaber atravesaba aprietos financieros. Él y su socio estaban dispuestos a sacarlo de ellos, a cambio de controlar RMTI tras la eventual bancarrota. Daniel Prescott, un banquero a quien le llevaron la propuesta, sabía que Howland continuaba dirigiendo RMTI, cuyo accionista principal era al-Jaber.

Entretanto, éste descubrió una docena de cuentas extraterritoriales asociadas a compañías fantasmas creadas por Howland en Caimán, Panamá, etc. Ahí ardió Troya. American Rice fue la que entró en bancarrota y hoy tiene otra conducción, ya resuelto el concurso.

¿Cómo fue que los republicanos más influyentes en Washington acabaron vinculados a ese turbio par de tejanos? La clave era Haley Barbour. Como muchas empresas agrícolas que viven de subsidios, las arroceras precisan conexiones políticas. Howland conoció a Barbour cuanto éste estaba trabajando con el entonces presidente Ronald Reagan.

Al dejar el gobierno, Barbour ingresó como consultor a AR. Luego Howland le presentó a Daniel. Más tarde, Barbour, Griffith & Rogers financiaron el lanzamiento de Diligence Inc. Al igual que NBS, la nueva firma se instaló en la sede de BGR.

Luego, New Bridge Strategies le encontró inversor a Diligence: Mohámmed as-Saqer, parlamentario kuweití. La filosofía de NBS, Carlyle y cabilderos similares es que, en Washington y el mundo árabe, lo que importa es explotar al máximo conexiones con gente bien ubicada.

Eso fue su talón de Aquiles. Según Richard Murphy, experto en Levante del Council of Foreign Relations (Nueva York), “esta clase de revelaciones confirman el resignado cinismo prevalente entre los árabes sobre los verdaderos motivos norteamericanos para invadir Irak”. Pero, para Neil Bush, la detonante sería otro: su tempestuoso divorcio sacó a luz todos esos entretelones.

Entre otros, que Neil compartía con Daniel la dirección de Crest Investments Corporation, una consultora local, y cobraba US$ 60.000 anuales en concepto de “servicios varios”. Uno de ellos fue relacionar al avispado árabe con la familia presidencial. Así, Daniel intimó con George W. y lo apoyó en la campaña por la gobernación de Tejas. Según un funcionario jordano, Daniel es “un aprovechador que ha usado a la familia Bush para hacer negocios”.

Junto con Neil B. y Daniel, operaba en Crest John Howland, un hombre de negocios tejano cuyas empresas han ido a la quiebra y, en una oportunidad, fue acusado de desfalco. El mismo trío controla Silvermat, filial suiza de Crest sumida en problemas financieros.

También existen evidencias de que Neil B. ha recibido apoyo financiero de Daniel para otros negocios. Joseph Peacock, que opera en firmas del sirio, aparece como inversor inicial en Ignitel, la firma de Neil dedicada a software educacional. Daniel se presenta como socio de Neil en Ignitel cada vez que gestiona aportes. Así, ha recaudado fondos entre familias reinantes de países árabes. Pero lo que hace el propio Bush es sólo abrir puertas, sin involucrarse en los detalles de cada operación.

En la actualidad, el trío maneja New Bridge Strategies, nueva “consultora” que ofrece asistencia a empresas interesadas en obtener contratos en Irak. Howland es el CEO, Neil el presidente y Daniel el asesor ejecutivo. El flamante emprendimiento fue noticia en septiembre, debido al impresionante elenco de republicanos “pesados” en el directorio. En su mayoría, vinculados a ambas presidencias Bush o a la propia familia. El sitio web de NBS subraya su carpeta de contactos en Washingon y Levante.

Entre los personajes figuran Edward Rogers (ex asistente directo de Bush padre en la Casa Blanca), Leonard Griffith –similar cargo- y Haley Barbour, ex jefe del comité nacional republicano, recién elegido gobernador de Misisipi. Los tres tienen Barbour, Griffith & Rogers, un “lobby” que comparte oficinas con NBS en Washington DC.

En realidad, NBS es un desprendimiento de Carlyle Group, la firma bursátil mejor conectada en EE.UU., ligada a contratos leoninos con el Petágono y varios altos funcionarios de gobiernos republicanos, inclusive el presente. Estando el CG, Howland –que era oficial de aeronáutica- conoció a Daniel en Damasco (1989), mientras éste gestionaba fondos para el Partido del Resurgimiento (Ba’ath). Por esa época, Daniel tenía vínculos con el gobierno iraquí.

El personaje exhibe conexiones con las dirigencias de cinco países musulmanes: Saudiarabia, Qatar, Siria, Yemén y Líbano. A su vez, la carrera de Howland incluye un conflicto con Mohámmed bin Issa al-Jaber, empresario saudí que –en 1997- lo acusó de birlarle US$ 12 millones.

Ese episodio fue complicado. Howland había redactado un contrato de abastecimiento exclusivo entre American Rice y la firma de al-Jaber, RMTI (Jedda). Pero éste ignoraba que sus dos máximos ejecutivos –Howland y David Přchal- seguían en AR. El resultado fue un contrato a 50 años –plazo desusado en el mercado arrocero-, llamativamente favorable a AR.

Tiempo después, en 1997, Howland empezó a decir que al-Jaber atravesaba aprietos financieros. Él y su socio estaban dispuestos a sacarlo de ellos, a cambio de controlar RMTI tras la eventual bancarrota. Daniel Prescott, un banquero a quien le llevaron la propuesta, sabía que Howland continuaba dirigiendo RMTI, cuyo accionista principal era al-Jaber.

Entretanto, éste descubrió una docena de cuentas extraterritoriales asociadas a compañías fantasmas creadas por Howland en Caimán, Panamá, etc. Ahí ardió Troya. American Rice fue la que entró en bancarrota y hoy tiene otra conducción, ya resuelto el concurso.

¿Cómo fue que los republicanos más influyentes en Washington acabaron vinculados a ese turbio par de tejanos? La clave era Haley Barbour. Como muchas empresas agrícolas que viven de subsidios, las arroceras precisan conexiones políticas. Howland conoció a Barbour cuanto éste estaba trabajando con el entonces presidente Ronald Reagan.

Al dejar el gobierno, Barbour ingresó como consultor a AR. Luego Howland le presentó a Daniel. Más tarde, Barbour, Griffith & Rogers financiaron el lanzamiento de Diligence Inc. Al igual que NBS, la nueva firma se instaló en la sede de BGR.

Luego, New Bridge Strategies le encontró inversor a Diligence: Mohámmed as-Saqer, parlamentario kuweití. La filosofía de NBS, Carlyle y cabilderos similares es que, en Washington y el mundo árabe, lo que importa es explotar al máximo conexiones con gente bien ubicada.

Eso fue su talón de Aquiles. Según Richard Murphy, experto en Levante del Council of Foreign Relations (Nueva York), “esta clase de revelaciones confirman el resignado cinismo prevalente entre los árabes sobre los verdaderos motivos norteamericanos para invadir Irak”. Pero, para Neil Bush, la detonante sería otro: su tempestuoso divorcio sacó a luz todos esos entretelones.

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