Negociación en el Mercosur

Javier Tizado viaja hoy a Río para tratar el tema automotor. Las terminales apoyan el punto de vista brasileño.

19 octubre, 2000

Hoy (Jueves 19) se inicia otra ronda de negociaciones por el régimen común automotor del Mercosur; como las partes parecieran sostener las mismas posiciones que esgrimían, las expectativas no son demasiado alentadoras.

“Nosotros vamos con la misma posición de siempre: insistimos en que lo firmado es 30% de piezas y de conjuntos y subconjuntos. Otras cosas pueden ser negociadas, pero ese punto no”, adelantó al diario La Nación una fuente de la Secretaría de Industria argentina.

Según el funcionario, el embajador brasileño ante el Mercosur, José Botafogo Gonçalves, llegó a mandarle una carta a Tizado que sugería negociar todo el régimen automotor otra vez, desde cero.

La situación, que estaba bastante avanzada, se complicó y retrocedió abruptamente cuando el vicecanciller, Horacio Chighizola, dijo que el régimen ya estaba casi cerrado porque Brasil habría “aceptado la posición argentina”.

La repercusión de sus declaraciones en los medios motivaron a Brasil a rever su posición y enviarle a Tizado una propuesta mucho más dura de lo que se esperaba. A este conflicto se suma el hecho de que las automotrices multinacionales, que están en ambos países, ejercen una presión constante para que sea aprobado el punto de vista brasileño. Las compañías quieren tener la libertad para comprar la mayor cantidad de piezas en donde les resulte más barato, y hoy ese lugar es Brasil.

Hoy (Jueves 19) se inicia otra ronda de negociaciones por el régimen común automotor del Mercosur; como las partes parecieran sostener las mismas posiciones que esgrimían, las expectativas no son demasiado alentadoras.

“Nosotros vamos con la misma posición de siempre: insistimos en que lo firmado es 30% de piezas y de conjuntos y subconjuntos. Otras cosas pueden ser negociadas, pero ese punto no”, adelantó al diario La Nación una fuente de la Secretaría de Industria argentina.

Según el funcionario, el embajador brasileño ante el Mercosur, José Botafogo Gonçalves, llegó a mandarle una carta a Tizado que sugería negociar todo el régimen automotor otra vez, desde cero.

La situación, que estaba bastante avanzada, se complicó y retrocedió abruptamente cuando el vicecanciller, Horacio Chighizola, dijo que el régimen ya estaba casi cerrado porque Brasil habría “aceptado la posición argentina”.

La repercusión de sus declaraciones en los medios motivaron a Brasil a rever su posición y enviarle a Tizado una propuesta mucho más dura de lo que se esperaba. A este conflicto se suma el hecho de que las automotrices multinacionales, que están en ambos países, ejercen una presión constante para que sea aprobado el punto de vista brasileño. Las compañías quieren tener la libertad para comprar la mayor cantidad de piezas en donde les resulte más barato, y hoy ese lugar es Brasil.

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