Nazareno sigue firme en su postura

El titular de la Corte Suprema de Justicia vinculó el avance del proceso de juicio político en su contra con el fallo sobre la redolarización que estudia el máximo tribunal, al tiempo que ratificó que no renunciará a su cargo.

12 junio, 2003

“No me voy para poder defender las instituciones; no me voy
para no irme linchado”, remarcó Nazareno.

El titular de la Corte fue taxativo al afirmar que “yo decido
cuándo me voy”, aunque luego dejó entrever que podría alejarse del
cargo cuando “se aquieten las aguas”.

El presidente del alto tribunal se quejó por la actitud del
Gobierno nacional, pues a su entender “cada vez que surge el tema
del fallo de redolarización, se habla de juicio político”.

Nazareno hizo estas declaraciones en el marco de un brindis por
el día del periodista que se llevó a cabo en el Palacio de
Justicia, la sede de la Corte Suprema.

El riojano hizo hincapié en que la Corte “siempre apuntó con
sus fallos a ayudar al Gobierno y a contribuir con la
gobernabilidad”, y agregó que como cabeza del Poder judicial tiene
“el 33 por ciento del poder” del Estado.

También recordó que al sacar el fallo de San Luis por el que
ordenó la restitución de un depósito en dólares a la provincia, y
el de la restitución del 13 por ciento a los estatales, no
impusieron tiempos ni modos de pago sino que dejaron en manos de
los otros poderes la forma de implementarlo.

Durante el brindis que derivó en una conferencia de prensa,
Nazareno bromeó por la notable ausencia del resto de los
integrantes de la Corte, ya que sólo estuvo acompañado por el
vicepresidente del tribunal, Eduardo Moliné O´ Connor.

Además, se mostró irónico con el llamado de atención que este miércoles le propinaron algunos de sus pares, cuando lo instaron a “mantener
silencio” frente a la prensa.

Nazareno dejó entrever que se sentía “solo”, ya que el año
pasado el juicio político que se siguió al tribunal alcanzó a
todos sus miembros, mientras que el que se está sustanciando ahora
en la comisión de Juicio Político de Diputados es contra él
solamente.

Sin embargo, aclaró que se encuentra acompañado por su “gran
amigo” Moliné O´ Connor, aunque se siente “dolido” porque “no se
alzó ninguna voz” en su apoyo por parte de los otros integrantes
del Poder Judicial.

En una suerte de balance de gestión, Nazareno destacó que al
asumir como titular de la Corte “los camaristas ganaban 1.300
pesos y ahora perciben entre 6.000 Y 7.000 pesos”.

Luego enumeró otros “logros” tales como la informatización del
Poder Judicial y la adquisición de nuevos edificios para la
instalación de juzgados.

Pese a la delicada situación que lo aqueja, el presidente del
tribunal se mostró de buen ánimo y hasta se atrevió a contar
chistes subidos de tono ante los presentes en el brindis, con su
habitual tono campechano.

Incluso, con un rosario en su mano, se permitió una infidencia
al comentar que “tuve que volver a rezar” como una manera de
hallar cierto apoyo espiritual en tiempos turbulentos.

A lo largo de toda la reunión se escuchó de fondo el bullicio
de los bombos y cánticos de una protesta organizada por los
abogados laboralistas, quienes reclamaban la renuncia de la Corte
en pleno, lo que obligó a cerrar las ventanas del recinto.

Ante esta situación, Nazareno de tanto en tanto respondía con
alguna broma a los cantos de los manifestantes, para tratar de
descomprimir la incomodidad que generó la protesta.

“No me voy para poder defender las instituciones; no me voy
para no irme linchado”, remarcó Nazareno.

El titular de la Corte fue taxativo al afirmar que “yo decido
cuándo me voy”, aunque luego dejó entrever que podría alejarse del
cargo cuando “se aquieten las aguas”.

El presidente del alto tribunal se quejó por la actitud del
Gobierno nacional, pues a su entender “cada vez que surge el tema
del fallo de redolarización, se habla de juicio político”.

Nazareno hizo estas declaraciones en el marco de un brindis por
el día del periodista que se llevó a cabo en el Palacio de
Justicia, la sede de la Corte Suprema.

El riojano hizo hincapié en que la Corte “siempre apuntó con
sus fallos a ayudar al Gobierno y a contribuir con la
gobernabilidad”, y agregó que como cabeza del Poder judicial tiene
“el 33 por ciento del poder” del Estado.

También recordó que al sacar el fallo de San Luis por el que
ordenó la restitución de un depósito en dólares a la provincia, y
el de la restitución del 13 por ciento a los estatales, no
impusieron tiempos ni modos de pago sino que dejaron en manos de
los otros poderes la forma de implementarlo.

Durante el brindis que derivó en una conferencia de prensa,
Nazareno bromeó por la notable ausencia del resto de los
integrantes de la Corte, ya que sólo estuvo acompañado por el
vicepresidente del tribunal, Eduardo Moliné O´ Connor.

Además, se mostró irónico con el llamado de atención que este miércoles le propinaron algunos de sus pares, cuando lo instaron a “mantener
silencio” frente a la prensa.

Nazareno dejó entrever que se sentía “solo”, ya que el año
pasado el juicio político que se siguió al tribunal alcanzó a
todos sus miembros, mientras que el que se está sustanciando ahora
en la comisión de Juicio Político de Diputados es contra él
solamente.

Sin embargo, aclaró que se encuentra acompañado por su “gran
amigo” Moliné O´ Connor, aunque se siente “dolido” porque “no se
alzó ninguna voz” en su apoyo por parte de los otros integrantes
del Poder Judicial.

En una suerte de balance de gestión, Nazareno destacó que al
asumir como titular de la Corte “los camaristas ganaban 1.300
pesos y ahora perciben entre 6.000 Y 7.000 pesos”.

Luego enumeró otros “logros” tales como la informatización del
Poder Judicial y la adquisición de nuevos edificios para la
instalación de juzgados.

Pese a la delicada situación que lo aqueja, el presidente del
tribunal se mostró de buen ánimo y hasta se atrevió a contar
chistes subidos de tono ante los presentes en el brindis, con su
habitual tono campechano.

Incluso, con un rosario en su mano, se permitió una infidencia
al comentar que “tuve que volver a rezar” como una manera de
hallar cierto apoyo espiritual en tiempos turbulentos.

A lo largo de toda la reunión se escuchó de fondo el bullicio
de los bombos y cánticos de una protesta organizada por los
abogados laboralistas, quienes reclamaban la renuncia de la Corte
en pleno, lo que obligó a cerrar las ventanas del recinto.

Ante esta situación, Nazareno de tanto en tanto respondía con
alguna broma a los cantos de los manifestantes, para tratar de
descomprimir la incomodidad que generó la protesta.

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