Muammar Ghadafi abre dos canales de diálogo
Por un lado, el coronel envió un hijo a Londres, Mohammed Ismail. Un allegado al dictador Abdul Atí al-Obeid- admitió: buscamos un diálogo con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Por otro, Seif al-Islam se corta solo y propone un armisticio.
4 abril, 2011
<p>El ex primer ministro y hoy asesor de Muammar Ghadafi formuló esas declaraciones nada menos que por la BBC. En realidad, lo que el coronel resiste es entregar ciudades de Tripolitania al gobierno de Cirenaica, especialmente mientras su poder de fuego quintuplique al de los rebeldes y los aliados no modifiquen esa relación.<br />
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El sábado, Londres se limitó a repetir condiciones conocidas. Entre ellas, que los Ghadafi abandonen el poder y se sometan a la corte penal de La Haya por crímenes de guerra. Al-Obeid transmitió el mensaje a Se’if al-Islam, segundo hijo del coronel.<br />
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La versión del plan atribuido a Se’if propone que Muammar abandone Libia y se negocie la paz entre este y oeste. Estas movidas parecen reflejar modificaciones alrededor del caudillo. Se’if (38 años) es ahora la cara disidente de su padre. Jamís al-Ghadafi, tercer vástago, com anda brigadas especiales, milicianos e irregulares. Mohammed es también primogénito pero hijo de otra esposa, Safia Farkash. Hasán es general y debe recobrar apoyo en la mayor tribu libia, la Warfalla.<br />
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Aisha, hija favorita y abogada, desempeña un papel de árbitro entre las ramas del clan. El resto de personajes incluye a Mutassim, Ezzedín al-Hinshirí (asesores en seguridad), Milad, sobrino, Abdallá Senusí (cuñado). Entre los desertores figuran Se’íf al-Arab (vive en Alemania), Ahmad Ghadafi (huyó a Egipto) y Sa’adí, jugador de fútbol. <br />
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Mientras tanto, la coalición carece de una estrategia clara para destrabar una guerra civil estancada. Algunos expertos recuerdan el caso de la ex Yugoslavia en 1999. La OTAN bombardeó once semanas, diezmó gente del común y, de pronto, las partes empezaron a negociar en serio. En esta oportunidad, se multiplican ideas.<br />
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Entre ellas, una ofrecería US$ 10 millones por Ghadafi mismo. ¿Quién pondría el dinero? Pues la Unión de Emiratos Árabes. Ahora bien ¿cómo apresarlo? Simple: con una unidad especial munida de armas tácticas; en inglés, SWAT. Pero el coronel no se queda quieto y el domingo envió a el-Obeid rumbo a Atenas para conversar con el presidente Yioryios Papandréu.<br />
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