El líder de la CGT rebelde, el camionero Hugo Moyano, está decidido a doblar su apuesta y se propone anunciar, para después del paro general del próximo viernes 9, un plan de lucha consistente en la realización de cacerolazos y apagones periódicos.
Esas manifestaciones de rechazo a la política económica del gobierno tendrán frecuencia mensual, según trascendió.
No casualmente, esa misma forma de protesta fue utilizada por dirigentes frepasistas de la Alianza para manifestar el descontento por la política económica gubernamental en los últimos tiempos de la presidencia de Carlos Menem.
Moyano encarna hoy el liderazgo de la fracción sindical más fuertemente opositora al gobierno.
El dirigente camionero, quien ya lideró un paro general –de regular acatamiento– a sólo 77 días de la asunción del presidente Fernando de la Rúa, fue el principal organizador de la movilización contra el FMI, el pasado 31 de mayo, y en ese acto convocó al paro general del próximo viernes, al que luego se adhirieron la CGT oficial y el Congreso de Trabajadores Argentinos (CTA).
En el punto de mayor virulencia de su discurso, Moyano llamó a una “desobediencia fiscal”.
A su regreso de Alemania, De la Rúa opinó que el paro del próximo viernes “no es la manera de construir” y sostuvo que se está convocando a la huelga “a quienes no son afectados por las medidas” de reducción del gasto público.
“No hubo un ajuste sobre la gente en general”, explicó el Presidente, y agregó: “No hay que exagerar; sólo se le ha pedido un esfuerzo a los trabajadores públicos”.
Sobre la convocatoria a la “desobediencia fiscal”, De la Rúa opinó que se trata de “una posición absolutamente reaccionaria” porque “no sólo significa atentar contra el Estado, sino dejar en el desamparo a los que menos tienen”.
El líder de la CGT rebelde, el camionero Hugo Moyano, está decidido a doblar su apuesta y se propone anunciar, para después del paro general del próximo viernes 9, un plan de lucha consistente en la realización de cacerolazos y apagones periódicos.
Esas manifestaciones de rechazo a la política económica del gobierno tendrán frecuencia mensual, según trascendió.
No casualmente, esa misma forma de protesta fue utilizada por dirigentes frepasistas de la Alianza para manifestar el descontento por la política económica gubernamental en los últimos tiempos de la presidencia de Carlos Menem.
Moyano encarna hoy el liderazgo de la fracción sindical más fuertemente opositora al gobierno.
El dirigente camionero, quien ya lideró un paro general –de regular acatamiento– a sólo 77 días de la asunción del presidente Fernando de la Rúa, fue el principal organizador de la movilización contra el FMI, el pasado 31 de mayo, y en ese acto convocó al paro general del próximo viernes, al que luego se adhirieron la CGT oficial y el Congreso de Trabajadores Argentinos (CTA).
En el punto de mayor virulencia de su discurso, Moyano llamó a una “desobediencia fiscal”.
A su regreso de Alemania, De la Rúa opinó que el paro del próximo viernes “no es la manera de construir” y sostuvo que se está convocando a la huelga “a quienes no son afectados por las medidas” de reducción del gasto público.
“No hubo un ajuste sobre la gente en general”, explicó el Presidente, y agregó: “No hay que exagerar; sólo se le ha pedido un esfuerzo a los trabajadores públicos”.
Sobre la convocatoria a la “desobediencia fiscal”, De la Rúa opinó que se trata de “una posición absolutamente reaccionaria” porque “no sólo significa atentar contra el Estado, sino dejar en el desamparo a los que menos tienen”.