México renueva su imagen financiera

El gobierno mexicano dejará atrás este jueves uno de los períodos más turbulentos de su historia económica con la cancelación de los Bonos Brady.

12 junio, 2003

El anuncio de la cancelación de los Bonos Brady será hecho por
el presidente mexicano, Vicente Fox, junto al director gerente del
Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Koehler, y el
secretario del Tesoro estadounidense, John Snow quien llegó el
miércoles a la capital méxicana.

Será un anuncio simbólico, puesto que en el mercado quedan
actualmente en torno a 1.200 Millones de dólares de este tipo de
bonos a punto de ser saldados, tras varias amortizaciones
anticipadas de un plan que estaba previsto que durara hasta 2019.

“Se acabó la estrategia Brady, pero la política macroeconómica
no cambia”, dijo el miércoles el secretario de Hacienda de México
Francisco Gil Díaz.

Y añadió que México mantendrá la estrategia de seguir alargando
plazos y bajando costos en el manejo de la deuda interna.
Con este paso, México se convierte así en “un ejemplo para los
países de América Latina y Asia que todavía los utilizan (a los
bonos Brady)”, dijo Víctor Manuel Herrera, director
general de la agencia de calificación financiera Standars and
Poors en México.

“Dice mucho que México haya sido el primero en utilizar estos
bonos y también el primero en retirarlos”, añadió.

México firmó durante la administración del presidente Carlos
Salinas de Gortari (1988-1994), con el entonces secretario del
Tesoro de Estados Unidos, Nicholas Brady, un “Convenio de
renegociación de la deuda externa” que dio origen a lo bonos.

Fue un acuerdo de emergencia, ante el desplome de la economía
mexicana, y supuso para el gobierno una emisión de 34.254 Millones
de dólares denominados en varias monedas, con el respaldo de
Washington.

El acuerdo consistió básicamente en intercambiar deuda vieja
por nueva, así como un fondo que garantizaba un período mínimo de
pagos de intereses.

Augusto Carstens, subsecretario de Hacienda y próximo número
tres del FMI, explicó a la AFP este miércoles que la readquisición
de los bonos se enmarca en la estrategia del gobierno para
“reducir las vulnerabilidades del país”.

Es decir, “aprovechar todas las oportunidades que se nos
presentan en el mercado para mejorar el perfil del costo de
nuestra deuda externa”, explicó.

Los bonos Brady “fueron un parteaguas porque significaron un
aseguramiento de la deuda externa de muchos países emergentes,
cuando había mucha duda sobre la capacidad de pago de esos
países”, añadió.

Para Nathaniel Karp, analista de BBVA-Bancomer, “se mandará una
señal a los mercados internacionales de que México forma parte de
un grupo cuyo pago de la deuda será ya sólo rutinario, sin
necesidad de que implique insomnio lo que se traducirá en una
estabilidad financiera”.

Los Brady generaraban ganancias hasta de 50% para los
tenedores, explicó Karp.

“Los que pasamos hace años por eso sentíamos que México no
tenía una salida viable y el retiro de los últimos bonos viene a
ponerle fin a un proceso muy doloroso, que empezó en el (año) 82
(1982)”, detalló Herrera.

El proceso de liquidación se inició en realidad en 1990, bajo
el gobierno de Ernesto Zedillo, dijeron ambos analistas.
Por lo pronto México, además de ser un ejemplo para “los países
que todavía usan los Brady, que son la mayoría de los de América
Latina y algunos asiáticos como Filipinas, podrá concentrar sus
esfuerzos en tópicos más importantes como el gasto eficiente del
sector publico”, dijo Karp.

En 1990 la deuda externa de México representaba 24,9% del
Producto Interno Bruto (PIB) y las reservas internacionales
sumaban apenas 10.274 Millones de dólares.

Doce años después, la deuda externa representaba 12% del PIB,
en tanto que las reservas internacionales del país hasta el 6 de
junio de 2003 han alcanzado la cifra de 53.494 Millones de
dólares, de acuerdo con información del Banco Central.

El anuncio de la cancelación de los Bonos Brady será hecho por
el presidente mexicano, Vicente Fox, junto al director gerente del
Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Koehler, y el
secretario del Tesoro estadounidense, John Snow quien llegó el
miércoles a la capital méxicana.

Será un anuncio simbólico, puesto que en el mercado quedan
actualmente en torno a 1.200 Millones de dólares de este tipo de
bonos a punto de ser saldados, tras varias amortizaciones
anticipadas de un plan que estaba previsto que durara hasta 2019.

“Se acabó la estrategia Brady, pero la política macroeconómica
no cambia”, dijo el miércoles el secretario de Hacienda de México
Francisco Gil Díaz.

Y añadió que México mantendrá la estrategia de seguir alargando
plazos y bajando costos en el manejo de la deuda interna.
Con este paso, México se convierte así en “un ejemplo para los
países de América Latina y Asia que todavía los utilizan (a los
bonos Brady)”, dijo Víctor Manuel Herrera, director
general de la agencia de calificación financiera Standars and
Poors en México.

“Dice mucho que México haya sido el primero en utilizar estos
bonos y también el primero en retirarlos”, añadió.

México firmó durante la administración del presidente Carlos
Salinas de Gortari (1988-1994), con el entonces secretario del
Tesoro de Estados Unidos, Nicholas Brady, un “Convenio de
renegociación de la deuda externa” que dio origen a lo bonos.

Fue un acuerdo de emergencia, ante el desplome de la economía
mexicana, y supuso para el gobierno una emisión de 34.254 Millones
de dólares denominados en varias monedas, con el respaldo de
Washington.

El acuerdo consistió básicamente en intercambiar deuda vieja
por nueva, así como un fondo que garantizaba un período mínimo de
pagos de intereses.

Augusto Carstens, subsecretario de Hacienda y próximo número
tres del FMI, explicó a la AFP este miércoles que la readquisición
de los bonos se enmarca en la estrategia del gobierno para
“reducir las vulnerabilidades del país”.

Es decir, “aprovechar todas las oportunidades que se nos
presentan en el mercado para mejorar el perfil del costo de
nuestra deuda externa”, explicó.

Los bonos Brady “fueron un parteaguas porque significaron un
aseguramiento de la deuda externa de muchos países emergentes,
cuando había mucha duda sobre la capacidad de pago de esos
países”, añadió.

Para Nathaniel Karp, analista de BBVA-Bancomer, “se mandará una
señal a los mercados internacionales de que México forma parte de
un grupo cuyo pago de la deuda será ya sólo rutinario, sin
necesidad de que implique insomnio lo que se traducirá en una
estabilidad financiera”.

Los Brady generaraban ganancias hasta de 50% para los
tenedores, explicó Karp.

“Los que pasamos hace años por eso sentíamos que México no
tenía una salida viable y el retiro de los últimos bonos viene a
ponerle fin a un proceso muy doloroso, que empezó en el (año) 82
(1982)”, detalló Herrera.

El proceso de liquidación se inició en realidad en 1990, bajo
el gobierno de Ernesto Zedillo, dijeron ambos analistas.
Por lo pronto México, además de ser un ejemplo para “los países
que todavía usan los Brady, que son la mayoría de los de América
Latina y algunos asiáticos como Filipinas, podrá concentrar sus
esfuerzos en tópicos más importantes como el gasto eficiente del
sector publico”, dijo Karp.

En 1990 la deuda externa de México representaba 24,9% del
Producto Interno Bruto (PIB) y las reservas internacionales
sumaban apenas 10.274 Millones de dólares.

Doce años después, la deuda externa representaba 12% del PIB,
en tanto que las reservas internacionales del país hasta el 6 de
junio de 2003 han alcanzado la cifra de 53.494 Millones de
dólares, de acuerdo con información del Banco Central.

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