México: Marcos quiere deponer las armas

El líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional aseguró que quiere "mostrar la cara" y que "la guerra terminará" en Chiapas.

31 enero, 2001

En una entrevista en la selva mexicana, otorgada a un diario estadounidense, el subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional señaló que los revolucionarios quieren llegar a un acuerdo de paz.

“Queremos dejar de ser lo que somos —aseguró—, “somos personas sin rostros, armados y peleando por lo que creemos”.

“Nos gustaría mostrar nuestras caras y deponer las armas pero seguir peleando por nuestras creencias como la gente en cada parte del mundo”.

La actividad del EZLN comenzó hace siete años cuando el grupo encabezado por Marcos le declaró la guerra al gobierno mexicano en la búsqueda de derechos iguales para los diez millones de indígenas del país.

El subcomandante se mostró “optimista” respecto a la posibilidad de que se logre “un diálogo exitoso con el Gobierno”, un mes antes de encarar una caravana hacia la ciudad de México, en la que cruzará por lo menos seis estados y más de una docena de ciudades, culminando con un discurso frente al Congreso, en el Distrito Federal.

Los rebeldes harán campaña para que se aprueben una serie de nuevos derechos indígenas —conocidos como los acuerdos de San Andrés— que, si son aprobados, marcarán el logro más significativo del movimiento.

También marcará la primera medida de los zapatistas hacia convertirse en una organización política legítima.

“Si este gobierno realmente representa el cambio, y quiere mostrar que no repetirá los viejos errores, entonces tendrá en cuenta todos los temas que llevaron a la guerra”—afirmó Marcos— quien aseguró estar preparado “para terminar esto, pero el gobierno debe darnos una señal de buena voluntad”.

En una entrevista en la selva mexicana, otorgada a un diario estadounidense, el subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional señaló que los revolucionarios quieren llegar a un acuerdo de paz.

“Queremos dejar de ser lo que somos —aseguró—, “somos personas sin rostros, armados y peleando por lo que creemos”.

“Nos gustaría mostrar nuestras caras y deponer las armas pero seguir peleando por nuestras creencias como la gente en cada parte del mundo”.

La actividad del EZLN comenzó hace siete años cuando el grupo encabezado por Marcos le declaró la guerra al gobierno mexicano en la búsqueda de derechos iguales para los diez millones de indígenas del país.

El subcomandante se mostró “optimista” respecto a la posibilidad de que se logre “un diálogo exitoso con el Gobierno”, un mes antes de encarar una caravana hacia la ciudad de México, en la que cruzará por lo menos seis estados y más de una docena de ciudades, culminando con un discurso frente al Congreso, en el Distrito Federal.

Los rebeldes harán campaña para que se aprueben una serie de nuevos derechos indígenas —conocidos como los acuerdos de San Andrés— que, si son aprobados, marcarán el logro más significativo del movimiento.

También marcará la primera medida de los zapatistas hacia convertirse en una organización política legítima.

“Si este gobierno realmente representa el cambio, y quiere mostrar que no repetirá los viejos errores, entonces tendrá en cuenta todos los temas que llevaron a la guerra”—afirmó Marcos— quien aseguró estar preparado “para terminar esto, pero el gobierno debe darnos una señal de buena voluntad”.

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