México: Fox, en serias dificultades

El rechazo generalizado a su proyecto de reforma fiscal podría causarle una severa derrota política al Presidente. Por Edgar Hernández

7 abril, 2001

(EFE).- La creciente resistencia a la reforma fiscal, que grava con IVA alimentos, medicinas y libros, empieza a delinear lo que puede ser la primera gran derrota política del presidente de México, Vicente Fox, que defiende a ultranza su “nueva hacienda”.

La propuesta, entregada esta semana al Congreso, comprende una amplia reestructuración de la recaudación, para hacerla mayor y más eficiente, así como la redistribución de los recursos hacia el desarrollo social y las infraestructuras, según el gobierno de Fox.

El punto neurálgico de la reforma es que para ampliar la base tributaria el Gobierno decidió acabar con las exenciones y aplicar de forma general un IVA de 15%, con el argumento, difícil de creer, de que no afecta a los pobres.

La oposición ha insistido en demostrar que los más pobres destinan la mayor parte de sus ingresos a cubrir sus necesidades alimenticias, por lo que es obvio que sí les afecta, pero en cambio el Gobierno considera que éstos se surten en los mercados informales (economía sumergida) que no se controlan.

El presidente Fox ha decidido asumir el costo político de la medida y no está dispuesto a negociar cuestiones de fondo pese a que los principales partidos de oposición ya le dijeron personalmente que no la respaldarán.

El izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) no sólo rechaza la propuesta sino que la considera “aberrante” en un país donde 40% de la población sobrevive en niveles por debajo de la línea de pobreza.

Desde un comienzo el Ejecutivo ha descartado cualquier posibilidad de acuerdo con el PRD, pero en cambio tenía más confianza en que podría conquistar una buena franja del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En los últimos días, no obstante, esa posibilidad parece alejarse ante el rechazo general del plan y el costo político que tendría para el PRI que está ansioso de recuperar popularidad tras perder con Fox la presidencia del país.

De momento, ante la probabilidad de que en el periodo ordinario legislativo, que concluye en abril, no alcance para que la reforma haga su trámite, el Gobierno ya anunció que pedirá sesiones extraordinarias.

Los analistas políticos consideran que Fox no logrará el respaldo que necesita y en cambio puede sufrir un gran desgaste debido a la resistencia de todos los sectores sociales y políticos, a los que se sumaron en los últimos días los escritores e intelectuales.

El ministro de Hacienda, Francisco Gil, declaró a EFE que para amortiguar el efecto de los nuevos impuestos, el Gobierno prevé elaborar una lista de unas 100 medicinas genéricas que tendrían tasa cero e insistió en que unos 55 millones de mexicanos continuarán recibiendo sus medicinas a través de la Seguridad Social.

Dijo que el costo de la alimentación no afectará a la población más pobre porque los mercados populares, que nutren a la mayoría, tampoco pagan impuestos, porque pertenecen al sector de “economía sumergida”.

Explicó que la reforma, como está planteada, causará un impacto máximo de 1,5 puntos en la inflación, que el gobierno prevé será de 6,5% este año.

Mientras, la recaudación aumentará dos puntos del producto bruto interno de este año y otros dos puntos el próximo, alcanzando a US$ 15.000 millones.

Gil lamentó que el análisis de la reforma se haya centrado en el IVA y que su intención es hacerle entender a los mexicanos que es “un esfuerzo enorme de simplificación y elementos de motivación de la inversión”.

Gil señaló que para este año el presupuesto cubre las necesidades mínimas, pero que si se aplaza más la única alternativa será la de hacer recortes de inversión y ajustes que afectarían directamente a proyectos de infraestructura y desarrollo social.

(EFE).- La creciente resistencia a la reforma fiscal, que grava con IVA alimentos, medicinas y libros, empieza a delinear lo que puede ser la primera gran derrota política del presidente de México, Vicente Fox, que defiende a ultranza su “nueva hacienda”.

La propuesta, entregada esta semana al Congreso, comprende una amplia reestructuración de la recaudación, para hacerla mayor y más eficiente, así como la redistribución de los recursos hacia el desarrollo social y las infraestructuras, según el gobierno de Fox.

El punto neurálgico de la reforma es que para ampliar la base tributaria el Gobierno decidió acabar con las exenciones y aplicar de forma general un IVA de 15%, con el argumento, difícil de creer, de que no afecta a los pobres.

La oposición ha insistido en demostrar que los más pobres destinan la mayor parte de sus ingresos a cubrir sus necesidades alimenticias, por lo que es obvio que sí les afecta, pero en cambio el Gobierno considera que éstos se surten en los mercados informales (economía sumergida) que no se controlan.

El presidente Fox ha decidido asumir el costo político de la medida y no está dispuesto a negociar cuestiones de fondo pese a que los principales partidos de oposición ya le dijeron personalmente que no la respaldarán.

El izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) no sólo rechaza la propuesta sino que la considera “aberrante” en un país donde 40% de la población sobrevive en niveles por debajo de la línea de pobreza.

Desde un comienzo el Ejecutivo ha descartado cualquier posibilidad de acuerdo con el PRD, pero en cambio tenía más confianza en que podría conquistar una buena franja del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En los últimos días, no obstante, esa posibilidad parece alejarse ante el rechazo general del plan y el costo político que tendría para el PRI que está ansioso de recuperar popularidad tras perder con Fox la presidencia del país.

De momento, ante la probabilidad de que en el periodo ordinario legislativo, que concluye en abril, no alcance para que la reforma haga su trámite, el Gobierno ya anunció que pedirá sesiones extraordinarias.

Los analistas políticos consideran que Fox no logrará el respaldo que necesita y en cambio puede sufrir un gran desgaste debido a la resistencia de todos los sectores sociales y políticos, a los que se sumaron en los últimos días los escritores e intelectuales.

El ministro de Hacienda, Francisco Gil, declaró a EFE que para amortiguar el efecto de los nuevos impuestos, el Gobierno prevé elaborar una lista de unas 100 medicinas genéricas que tendrían tasa cero e insistió en que unos 55 millones de mexicanos continuarán recibiendo sus medicinas a través de la Seguridad Social.

Dijo que el costo de la alimentación no afectará a la población más pobre porque los mercados populares, que nutren a la mayoría, tampoco pagan impuestos, porque pertenecen al sector de “economía sumergida”.

Explicó que la reforma, como está planteada, causará un impacto máximo de 1,5 puntos en la inflación, que el gobierno prevé será de 6,5% este año.

Mientras, la recaudación aumentará dos puntos del producto bruto interno de este año y otros dos puntos el próximo, alcanzando a US$ 15.000 millones.

Gil lamentó que el análisis de la reforma se haya centrado en el IVA y que su intención es hacerle entender a los mexicanos que es “un esfuerzo enorme de simplificación y elementos de motivación de la inversión”.

Gil señaló que para este año el presupuesto cubre las necesidades mínimas, pero que si se aplaza más la única alternativa será la de hacer recortes de inversión y ajustes que afectarían directamente a proyectos de infraestructura y desarrollo social.

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