Mercosur, en mal momento pero con vientos de cambio

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La reunión del viernes encuentra al subbloque en un mal momento, debido a que el comercio en su interior cae año a año. La oportunidad que presenta ahora sería revisarlo mirando al futuro, según DNI.

En las últimas semanas se han conocido diversas manifestaciones de las principales autoridades políticas de distintos estados miembros del Mercosur, relativas a la necesidad de imprimir cambios en el bloque.

 

El 21 de mayo pasado en particular, en una reunión bilateral en Brasilia, mientras el presidente Tabaré Vázquez insinuó que el Mercosur, tal como está, no satisface; la Presidenta Dilma Russeff sostenía que el Mercosur tiene que adaptarse a nuevas circunstancias.

 

Y con motivo del reinicio de las conversaciones del Mercosur con la Unión Europea en las semanas pasadas, autoridades brasileñas (en particular la ministra de Agricultura Kátia Abreu) hicieron saber del propósito de Brasil de avanzar firmemente en esa negociación.

 

El canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa se había expresado de modo similar, de acuerdo con el informe DNI 120 que firma Marcelo Elizondo, director general de Desarrollo de Negocios Internacionales.

 

El Mercosur se encuentra ante dos principales problemas –uno coyuntural y referido al pasado reciente, y otro estructural referido al futuro inminente-: por un lado el comercio intrarregión está afectado por restricciones que contrarían el espíritu de un acuerdo que tiene desde su origen por objetivo liberar los flujos comerciales entre sus miembros; y por el otro, se encuentra ante aparentes diversas posiciones (divergentes) de sus miembros en relación al futuro y la inserción extra bloque del acuerdo: la revivida negociación por un tratado de libre comercio con la Unión Europea ha puesto a Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina ante la necesidad de definir no ya una propuesta para una negociación con Europa sino una postura estratégica para el futuro institucional del bloque.

 

Sea que se logra un acuerdo para una posición común al respecto entre todos los miembros, o que se administran diferencias para no lesionar el subbloque, el Mercosur avanza ya hacia una mayor apertura (evidenciada ahora por estas negociaciones con la Unión Europea, que muestran una reactivación manifiesta a partir de la reunión de las partes a nivel ministerial de junio; pero que también parece ser una meta estratégica de los citados socios de Argentina con miras en otros objetivos económicos y comerciales en el mundo).

 

Para Argentina se trata de un momento de relevancia especial: el Mercosur es el principal destino de las exportaciones y ha sido la mayor experiencia de relacionamiento internacional (mientras en 1980 la Argentina exportaba a Brasil menos de 800 millones de dólares, en 2014 exportó a su principal socio 15.000 millones de dólares, y en 30 años Brasil duplicó su participación porcentual en las exportaciones argentinas).

 

En 2014, la Argentina exportó al resto del bloque 20.000 millones de dólares (de un total de casi 72.000 millones a todo el mundo), dentro de lo que se destacan unos 7.500 millones de dólares en productos de la industria automotriz, pero también exportaciones de vegetales, químicos (en ambos casos por más de 2.000 millones de dólares), alimentos elaborados, máquinas y aparatos, y plástico, caucho y sus manufacturas (en éstos casos por unos 1.200 millones de dólares cada uno).

 

Una apertura del bloque (que en cualquier caso no ocurriría inmediatamente pero que obligaría a redefinir estrategias de empresas y sectores productivos) implicaría dos grandes novedades: por un lado la reducción de la preferencia arancelaria interbloque -tal como hoy se la conoce- para exportaciones argentinas; pero por otro también alentaría inversiones y permitiría acceder a terceros mercados en mejores condiciones (mientras las empresas chilenas acceden a 56 mercados con aranceles reducidos por acuerdos comerciales internacionales, las mexicanas lo hacen con esas condiciones preferenciales en 50 mercados y las colombianas lo logran en 35 mercados en esas circunstancias; los países del Mercosur acceden a sólo 11 mercados con aranceles reducidos por preferencias surgidas de negociaciones económicas internacionales).

 

Mercado Común del Sur

 

El próximo viernes 17 de julio tendrá lugar la 48va reunión Cumbre del Mercosur, que es el principal proyecto de vinculación estratégica internacional argentino: eminentemente un proyecto económico (un “Mercado Común del Sur”), que aunque ha adquirido definidos ribetes políticos, está pasando por un mal momento.

 

Sus principales componentes no están funcionando. El arancel externo común está afectado por numerosas excepciones, la prevista eliminación de restricciones al comercio intra región está afectada por los límites a las importaciones (especialmente de Argentina), la integración productiva está interrumpida por obstáculos a la inversión transfronteriza entre sus miembros, la coordinación de políticas macroeconómicas entre sus miembros ha sido sustituida por diferencias sustanciales entre políticas públicas en los países, la búsqueda de terceros mercados usando al bloque como plataforma ha tenido, hasta ahora, diferencias de enfoque entre los miembros.

 

La incorporación de Venezuela, por su parte, ha generado diferencias políticas notables. El bloque está afectado por malas prácticas.

Todo eso no puede menos que generar malos resultados.

 

Crónico descenso del comercio internacional del bloque

 

En materia comercial, en 2014, el Mercosur exhibió una caída de sus exportaciones de 9,6%.

 

Según datos del Banco Interamericano de desarrollo (BID) las exportaciones del bloque cayeron hacia todos los destinos (en primer lugar hacia China, con descensos de 13,5%; pero también hacia el resto de Asia, hacia donde las ventas del bloque descendieron 8%; hacia la Unión Europea, con caídas en las exportaciones del Mercosur del 9,6%; hacia el resto de América Latina, con caídas de 8,7%; hacia Estados Unidos, con descensos de 4,8%; y especialmente con reducciones del comercio intra-región, que mostró un descenso de 13,1%.

 

La caída del comercio del Mercosur muestra el peor resultado de un bloque en la región. En 2014 las exportaciones de México crecieron 4,6%, y las de Centroamérica y el Caribe mejoraron 2,3%, mientras que las exportaciones de los países andinos cayeron 3,1%

                     

 

Las exportaciones de Latinoamérica y el Caribe en 2014 cayeron 2,7%, por lo que performance del Mercosur fue tres veces y media peor que la del todo el subcontinente.

 

“El peor de la clase”

 

Pero además, debe compararse la Mercosur con lo que ocurre en los bloques del resto del mundo.

 

Latinoamérica fue la región de peor resultado en el mundo el año pasado, porque el resto del mundo exhibió mejores indicadores. El comercio mundial creció en 2014 un 2,8%.

 

Las economías emergentes mostraron crecimiento de sus exportaciones de 3,3%, mientras las desarrolladas de 2,2%.

 

Conforme datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) América del Norte creció en sus exportaciones el año pasado un 4,3%; y Europa un 1,9%; mientras que Asia mostró alzas en sus ventas externas de 4,9%.

 

Por ende, Latinoamérica fue la región de peores resultados y dentro de ella el Mercosur fue la región que exhibió peores indicadores.

 

Ahora bien: dentro de Latinoamérica no todos cayeron. Las exportaciones de Bolivia crecieron en 2014 un 5,5%, las de Ecuador mejoraron 3,6%, las de Paraguay subieron 2,4%, y las de Uruguay se elevaron 1,1%.

 

Los peores resultados precisamente en la región estuvieron en los dos grandes socios del Mercosur. Las exportaciones de Brasil cayeron (según el BID) 7% y las de Argentina 11,9%.

 

Esto muestra que el Mercosur ha sido el de perores resultados en la región, que a la vez fue la zona de peor performance en comercio exterior en el mundo (en el que las demás regiones mostraron alzas).

 

Más aún: lamentablemente debe decirse que los resultados del Mercosur en 2014 no han sido un accidente.

 

Ya en 2013 las exportaciones del bloque habían caído 1%, cuando las exportaciones latinoamericanas en general habían conseguido repetir sus resultados del año anterior (0%); y en 2012 el Mercosur también había mostrado descensos de sus ventas en 2,2%, mientras las exportaciones de la comunidad andina habían crecido 5,1%, las de Centroamérica y el Caribe habían mejorado 5,5%, y las de México habían mejorado 6,3% (lo que había produccion un alza de las exportaciones de Latinoamérica de 6,3%).

 

Mientras tanto, en el mundo las exportaciones totales globales habían crecido 2,4% en 2012 y 2,2% en 2012.

 

E incluso las exportaciones de América del Sur y Central (Latinoamérica y el Caribe) habían crecido en 2012 (0,8%) y en 2012 (1,5%).

 

2012 fue además un año de dificultades institucionales en el bloque porque fue el año en el que se produjo el ingreso de Venezuela al Mercosur (por eso, antes de 2012 la suma de las exportaciones del bloque no incluía a Venezuela, lo que había que la cifra del comercio total fuera menor, porque se trataba de un bloque con un miembro menos).

 

Desde 2012, las exportaciones del Mercosur han descendido aproximadamente un 12%: habían sido de 438 mil millones de dólares en 2012 y en 2014 llegaron a apenas 389,9 millones de dólares.

 

Antes, entre 2007 y 2011 las exportaciones del Mercosur habían crecido en promedio 12% anual.

 

 

La inversión extranjera también desciende

 

La inversión extranjera directa neta es otra muestra de la calificación que los actores económicos hacen de una plataforma física, geográfica social, jurídica y económica de negocios.

 

Latinoamérica recibió en 2014 un total de 117.988 millones de dólares de IED neta.

 

Según CEPAL, la IED neta alcanzó en el Mercosur en 2014 la cifra de 71.615 millones de dólares.

 

La IED hacia el Mercosur había sido de 2013 de 83.788 millones de dólares y en 2012 había alcanzado 85.107 millones de dólares.

 

 

 

 

 

 

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