Menos reservas y más huracanes amenazan con crudos a US$ 160

El petróleo tejano llegó al pico de US$ 70,85 hace dos semanas. Si bien hay mucha especulación pura, el panorama global de reservas económicamente explotables sugiere techos superiores a 100. Pero algunos medios hablan ya de 160.

12 septiembre, 2005

Este fin de semana, el “Economist” largó esa cifra y, de paso, reveló que las refinerías alrededor del golfo de Méjico todavía no se han normalizado, pese a a los voceros de las empresas. Naturalmente, el semanario inglés –que en tiempos del maremoto asiático restaba importancia a sus efectos, porque no afectaban a economías centrales- viene fomentando desde hace meses la idea de crudos muy, muy caros. Ello responde a los intereses de British Petroleum y Royal Dutch/Shell, cuyos accionistas quieren dividendos cada trimestre superiores, aunque luego todo se venga abajo.

En realidad, desde principios de agosto había una conjunción de causas. Por un lado, el cierre de oficinas norteamericanas en Saudiarabia durante una semana, por amenazas de atentados terroristas. También influía el flagrante alarmismo mostrado por la policía londinense, que anunciaba otro ataque de al Qa’eda (tal vez para justificar la idea de Tony Blair sobre tribunales secretos estilo Guantánamo). Ahora, el Pentágono desempolva un plan de “ataques nucleares preventivos contra países peligrosos”.

En otro plano, arrecia desde agosto los debates internacionales sobre precios y existencias petroleras. En el primer caso, se habló de US$ 70 ese mismo mes, a más tardar. Varios analistas independientes temen que este nivel acabe siendo un piso. En gran parte, porque las habituales proyecciones técnicas a mediano plazo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y la Agencia Internacional de Energía y Combustibles insisten en futuros muy irreales, de puro bajos. Además, desde hace tiempo vienen equivocándose fiero (a fines de agosto aún imaginaban US$ 50 para mediados de 2006).

Sin embargo, fuentes saudíes fueron mucho más pesimistas hablando con Reuters. Temen, para el año próximo, que vuelva el máximo histórico, o sea US$ 82 el arril en 1980/1. A valores corrientes, eso significa de US$ 1l3 a 115. Ahora, el “Economist” sale alegremente a predecir 160 y sólo cabe un consuelo; desde hace tiempo, sus anónimos redactores –vinculado al Banco de Inglaterra- vienen equivocándose con notable persistencia.

En cuanto a reservas, expertos de diversas entidades –compañías, OPEP, gobiernos, AIEC- vislumbran que se acerca una prolongada fase descendente en materia de combustibles fósiles económicamente explotables. Algunos de ellos subrayan que el WTI puede orillas los cien dólares, si se repiten fenómenos como Katrina.

Este fin de semana, el “Economist” largó esa cifra y, de paso, reveló que las refinerías alrededor del golfo de Méjico todavía no se han normalizado, pese a a los voceros de las empresas. Naturalmente, el semanario inglés –que en tiempos del maremoto asiático restaba importancia a sus efectos, porque no afectaban a economías centrales- viene fomentando desde hace meses la idea de crudos muy, muy caros. Ello responde a los intereses de British Petroleum y Royal Dutch/Shell, cuyos accionistas quieren dividendos cada trimestre superiores, aunque luego todo se venga abajo.

En realidad, desde principios de agosto había una conjunción de causas. Por un lado, el cierre de oficinas norteamericanas en Saudiarabia durante una semana, por amenazas de atentados terroristas. También influía el flagrante alarmismo mostrado por la policía londinense, que anunciaba otro ataque de al Qa’eda (tal vez para justificar la idea de Tony Blair sobre tribunales secretos estilo Guantánamo). Ahora, el Pentágono desempolva un plan de “ataques nucleares preventivos contra países peligrosos”.

En otro plano, arrecia desde agosto los debates internacionales sobre precios y existencias petroleras. En el primer caso, se habló de US$ 70 ese mismo mes, a más tardar. Varios analistas independientes temen que este nivel acabe siendo un piso. En gran parte, porque las habituales proyecciones técnicas a mediano plazo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y la Agencia Internacional de Energía y Combustibles insisten en futuros muy irreales, de puro bajos. Además, desde hace tiempo vienen equivocándose fiero (a fines de agosto aún imaginaban US$ 50 para mediados de 2006).

Sin embargo, fuentes saudíes fueron mucho más pesimistas hablando con Reuters. Temen, para el año próximo, que vuelva el máximo histórico, o sea US$ 82 el arril en 1980/1. A valores corrientes, eso significa de US$ 1l3 a 115. Ahora, el “Economist” sale alegremente a predecir 160 y sólo cabe un consuelo; desde hace tiempo, sus anónimos redactores –vinculado al Banco de Inglaterra- vienen equivocándose con notable persistencia.

En cuanto a reservas, expertos de diversas entidades –compañías, OPEP, gobiernos, AIEC- vislumbran que se acerca una prolongada fase descendente en materia de combustibles fósiles económicamente explotables. Algunos de ellos subrayan que el WTI puede orillas los cien dólares, si se repiten fenómenos como Katrina.

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