Carlos Menem querelló ayer (martes 6) a la radical Elisa Carrió por «calumnias e injurias», al considerar que sus declaraciones sobre las investigaciones de lavado de dinero constituyeron una ofensa contra su persona.
La querella sostiene que Carrió había expresado que el ex banquero Raúl Moneta era «testaferro» de Menem y que las operaciones de lavado se habrían realizado bajo la tutela del ex presidente.
Por ese motivo, Menem reclamó para la legisladora la «pena máxima» prevista, al considerar que sus declaraciones «hablan a las claras de la malicia de su accionar» y «la intención» de desprestigiarlo.
En la presentación, donde solicita la declaración testimonial del senador norteamericano Carl Levin, el dirigente justicialista acusa ,además, a la diputada de «venir utilizando el descrédito de terceros como emblema político. Es un claro ejercicio destructivo de la política: ofender, insultar, agraviar, jamás construir».
Carlos Menem querelló ayer (martes 6) a la radical Elisa Carrió por «calumnias e injurias», al considerar que sus declaraciones sobre las investigaciones de lavado de dinero constituyeron una ofensa contra su persona.
La querella sostiene que Carrió había expresado que el ex banquero Raúl Moneta era «testaferro» de Menem y que las operaciones de lavado se habrían realizado bajo la tutela del ex presidente.
Por ese motivo, Menem reclamó para la legisladora la «pena máxima» prevista, al considerar que sus declaraciones «hablan a las claras de la malicia de su accionar» y «la intención» de desprestigiarlo.
En la presentación, donde solicita la declaración testimonial del senador norteamericano Carl Levin, el dirigente justicialista acusa ,además, a la diputada de «venir utilizando el descrédito de terceros como emblema político. Es un claro ejercicio destructivo de la política: ofender, insultar, agraviar, jamás construir».