Menem amenaza con que un gobierno de Kirchner podría “no terminar”

El candidato declaró que un eventual gobierno del postulante oficialista podría "no terminar" porque su triunfo en el ballotage significaría "el regreso de las antinomias" a la Argentina.

8 mayo, 2003

“Los argentinos no quieren vivir nuevamente la experiencia del
24 de marzo de 1976”, disparó sin medias tintas Menem, quien
además reiteró que no está en sus planes bajarse “de la
candidatura”.

En una entrevista con las agencias nacionales de noticias, el
candidato presidencial del Frente por la Lealtad sostuvo, en la
misma línea, que en su juventud Kirchner “perteneció a la filial
La Plata de los montoneros, que dirigía Mario Firmenich”.

“Temo que (un gobierno de Kirchner) no termine”, remarcó Menem,
pero de todos modos dijo que si pierde el 18 de mayo estará del
lado “de los que defienden la democracia” frente a “personas
interesadas” en poner en marcha proyectos autoritarios.

Sentado de espaldas a un valioso cuadro de Raúl Soldi en el
primer piso del Hotel Presidente, su búnker porteño, Menem
insistió en cuestionar la gobernabilidad que tendría el sistema
político si ganara Kirchner, y sostuvo que “los argentinos
empezaríamos a ver una película que ya vimos muchas veces”.

En su despliegue de artillería verbal contra Kirchner, Menem
también ratificó su denuncia sobre un supuesto “pacto secreto”
entre el candidato del Frente para la Victoria y la jefa del ARI,
Elisa Carrió, para “descabezar a la Corte Suprema y anular las
leyes de Obediencia Debida y Punto Final”.

“Yo pacifiqué a la Argentina”, agregó Menem al presentarse como
la contracara de lo que a su criterio significaría la llegada de
Kirchner al poder.

En varios pasajes de la entrevista, que tuvo lugar casi a la
misma hora en la que Kirchner estaba reunido en Brasil con el
presidente Luiz Inacio ´Lula´ Da Silva, Menem repitió un concepto
clave en su campaña para la segunda vuelta: “Kirchner es un
mandadero de Duhalde, tiene el poder prestado”, remarcó.

También embistió contra el jefe de Estado al asegurar que
encabezó un “golpe institucional que primero derrocó a (Fernando)
De la Rúa y luego a (Adolfo) Rodríguez Saá” en los últimos días de
diciembre de 2001.

De todos modos, Menem no descartó que algún día pueda
reconciliarse con Duhalde, su eterno rival político, al citar una
frase del padre de la ciencia política moderna, Nicolás
Maquiavelo, que sostiene que “la política es el arte de lo
imposible”.

Tras su referencia a Duhalde, Menem habló casi de inmediato
sobre su situación electoral en la provincia de Buenos Aires y
aseguró que el próximo 18 de mayo buscará tener “un control
estricto” del principal distrito del país, donde el 27 de abril
perdió por casi 400 mil votos.

Para recuperar terreno en Buenos Aires, además, Menem adelantó
que mañana visitará Mar del Plata y el sábado Bahía Blanca, en
tanto que la semana próxima concretaría incursiones sorpresivas en
varios distritos del conurbano bonaerense.

Por otra parte, Menem aseguró que sería “un lujo” que Ricardo
López Murphy aceptara formar parte de su eventual gobierno, aunque
negó haber mantenido algún tipo de contacto con el líder del
Movimiento Federal Recrear en la búsqueda de seducir a los
votantes que el 27 de abril lo ubicaron tercero.

El ex presidente justicialista destacó, de todos modos, el
hecho de que López Murphy se haya propuesto como “moderador” de un
debate entre él y Kirchner, y volvió a lanzar un desafío público
para que el gobernador de Santa Cruz “diga (en un debate con él)
cuál va a ser su programa de gobierno”.

Antes de irse, Menem dejó un mensaje final: “Si yo gano se van
a acabar los cortes de ruta, calles y avenidas. Nadie se anima a
hacerlo, pero no tengan dudas de que yo sí”.

“Los argentinos no quieren vivir nuevamente la experiencia del
24 de marzo de 1976”, disparó sin medias tintas Menem, quien
además reiteró que no está en sus planes bajarse “de la
candidatura”.

En una entrevista con las agencias nacionales de noticias, el
candidato presidencial del Frente por la Lealtad sostuvo, en la
misma línea, que en su juventud Kirchner “perteneció a la filial
La Plata de los montoneros, que dirigía Mario Firmenich”.

“Temo que (un gobierno de Kirchner) no termine”, remarcó Menem,
pero de todos modos dijo que si pierde el 18 de mayo estará del
lado “de los que defienden la democracia” frente a “personas
interesadas” en poner en marcha proyectos autoritarios.

Sentado de espaldas a un valioso cuadro de Raúl Soldi en el
primer piso del Hotel Presidente, su búnker porteño, Menem
insistió en cuestionar la gobernabilidad que tendría el sistema
político si ganara Kirchner, y sostuvo que “los argentinos
empezaríamos a ver una película que ya vimos muchas veces”.

En su despliegue de artillería verbal contra Kirchner, Menem
también ratificó su denuncia sobre un supuesto “pacto secreto”
entre el candidato del Frente para la Victoria y la jefa del ARI,
Elisa Carrió, para “descabezar a la Corte Suprema y anular las
leyes de Obediencia Debida y Punto Final”.

“Yo pacifiqué a la Argentina”, agregó Menem al presentarse como
la contracara de lo que a su criterio significaría la llegada de
Kirchner al poder.

En varios pasajes de la entrevista, que tuvo lugar casi a la
misma hora en la que Kirchner estaba reunido en Brasil con el
presidente Luiz Inacio ´Lula´ Da Silva, Menem repitió un concepto
clave en su campaña para la segunda vuelta: “Kirchner es un
mandadero de Duhalde, tiene el poder prestado”, remarcó.

También embistió contra el jefe de Estado al asegurar que
encabezó un “golpe institucional que primero derrocó a (Fernando)
De la Rúa y luego a (Adolfo) Rodríguez Saá” en los últimos días de
diciembre de 2001.

De todos modos, Menem no descartó que algún día pueda
reconciliarse con Duhalde, su eterno rival político, al citar una
frase del padre de la ciencia política moderna, Nicolás
Maquiavelo, que sostiene que “la política es el arte de lo
imposible”.

Tras su referencia a Duhalde, Menem habló casi de inmediato
sobre su situación electoral en la provincia de Buenos Aires y
aseguró que el próximo 18 de mayo buscará tener “un control
estricto” del principal distrito del país, donde el 27 de abril
perdió por casi 400 mil votos.

Para recuperar terreno en Buenos Aires, además, Menem adelantó
que mañana visitará Mar del Plata y el sábado Bahía Blanca, en
tanto que la semana próxima concretaría incursiones sorpresivas en
varios distritos del conurbano bonaerense.

Por otra parte, Menem aseguró que sería “un lujo” que Ricardo
López Murphy aceptara formar parte de su eventual gobierno, aunque
negó haber mantenido algún tipo de contacto con el líder del
Movimiento Federal Recrear en la búsqueda de seducir a los
votantes que el 27 de abril lo ubicaron tercero.

El ex presidente justicialista destacó, de todos modos, el
hecho de que López Murphy se haya propuesto como “moderador” de un
debate entre él y Kirchner, y volvió a lanzar un desafío público
para que el gobernador de Santa Cruz “diga (en un debate con él)
cuál va a ser su programa de gobierno”.

Antes de irse, Menem dejó un mensaje final: “Si yo gano se van
a acabar los cortes de ruta, calles y avenidas. Nadie se anima a
hacerlo, pero no tengan dudas de que yo sí”.

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