Manmohán Singh: el ataque contra Bombay no afectará el crecimiento

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En la primera declaración oficial del gobierno indio, su presidente sostuvo que el impulso económico no se detendrá, aunque el área castigada sea el mayor centro financiero del país. También desvinculó a Pakistán de la tragedia.

“Los mecanismos económicos y financieros seguirán adelante, inclusive en Bombay”, sostuvo Manmohán por la cadena nacional de radiotelevisión. “Les aseguro que se hará todo lo necesario para afrontar este desafío y que ganaremos esta batalla contra el terrorismo organizado”.

Hasta la noche del miércoles, la serie de serie atentados con bombas en la red ferroviaria local contabilizaba 190 muertos y 730 heridos. Pese a las expresiones del presidente y altos funcionarios económicos, no puede descartar que se prolongue la venta de acciones y otros activos indios en el exterior notaba ayer.

El índice de 30 cotizantes líderes en la bolsa de Bombay estaba en plena recuperación y había superado en 22% el piso registrado el 14 de junio, durante una ola que afectó al espinel mundial. El impulso, empero, alcanzó para añadir 3% el miércoles, pues la liquidación de posiciones marchaba por Singapur y otros mercados de la región.

Los ataques del martes no son los primeros en India. El 29 de octubre, tres bombas mataron sesenta personas en Delhi, la capital federal. En el caso de Bombay, los atentados son los peores desde que casi 200 personas perecieron en una serie que, en 1993, se centró en el distrito bursátil y financiero. Por supuesto, por entonces no existían las conexiones actuales con la red Al Qa’eda.

La economía india prospera, sin duda. El producto bruto interno sumaba US$ 775.000 millones al finalizar el años fiscal, en marzo. Su crecimiento marcaba 8,4%, el mayor después de China . Inversores del exterior tienen US$ 2.750 millones en acciones y 23.400 millones en bonos. En el curso de 2005, la afluencia de capitales financieros llegó a un récord de US$ 9.460 millones.

Si bien India suele responsabilizar a Pakistán por apoyar a grupos separatistas en Jammu-Cachemira (única provincia india con mayoría musulmana), no lo hace en esta oportunidad. Por otra parte las relaciones vienen mejorando desde abril de 2003 y se ha restaurado lazos diplomáticos. El presidente pakistaní, Pervez Musharraf, y el primer ministro Shaukat Aziz han condenado los ataques y la policía de ese país coopera con la india.

“Los mecanismos económicos y financieros seguirán adelante, inclusive en Bombay”, sostuvo Manmohán por la cadena nacional de radiotelevisión. “Les aseguro que se hará todo lo necesario para afrontar este desafío y que ganaremos esta batalla contra el terrorismo organizado”.

Hasta la noche del miércoles, la serie de serie atentados con bombas en la red ferroviaria local contabilizaba 190 muertos y 730 heridos. Pese a las expresiones del presidente y altos funcionarios económicos, no puede descartar que se prolongue la venta de acciones y otros activos indios en el exterior notaba ayer.

El índice de 30 cotizantes líderes en la bolsa de Bombay estaba en plena recuperación y había superado en 22% el piso registrado el 14 de junio, durante una ola que afectó al espinel mundial. El impulso, empero, alcanzó para añadir 3% el miércoles, pues la liquidación de posiciones marchaba por Singapur y otros mercados de la región.

Los ataques del martes no son los primeros en India. El 29 de octubre, tres bombas mataron sesenta personas en Delhi, la capital federal. En el caso de Bombay, los atentados son los peores desde que casi 200 personas perecieron en una serie que, en 1993, se centró en el distrito bursátil y financiero. Por supuesto, por entonces no existían las conexiones actuales con la red Al Qa’eda.

La economía india prospera, sin duda. El producto bruto interno sumaba US$ 775.000 millones al finalizar el años fiscal, en marzo. Su crecimiento marcaba 8,4%, el mayor después de China . Inversores del exterior tienen US$ 2.750 millones en acciones y 23.400 millones en bonos. En el curso de 2005, la afluencia de capitales financieros llegó a un récord de US$ 9.460 millones.

Si bien India suele responsabilizar a Pakistán por apoyar a grupos separatistas en Jammu-Cachemira (única provincia india con mayoría musulmana), no lo hace en esta oportunidad. Por otra parte las relaciones vienen mejorando desde abril de 2003 y se ha restaurado lazos diplomáticos. El presidente pakistaní, Pervez Musharraf, y el primer ministro Shaukat Aziz han condenado los ataques y la policía de ese país coopera con la india.

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