Mañana será un día clave para el blindaje

Técnicos del FMI y del palacio de hacienda analizaron hoy las metas fiscales y el impacto económico de las medidas anunciadas por el Gobierno argentino, mientras se espera la llegada, mañana, de Ter Minassián.

28 noviembre, 2000

(DYN). – Técnicos de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) continuaron hoy monitoreando el cumplimiento de las metas fiscales acordadas por la Argentina ante ese organismo y analizaron el impacto que podría tener en la economía las medidas anunciadas por el presidente Fernando de la Rúa hace tres semanas.

La misión que hasta ahora comanda el jefe del denominado “caso argentino”, el chileno Tomás Raichmann, trabajó en dos frentes: uno con técnicos del Banco Central y otro con funcionarios de segunda línea de la cartera económica.

Con los primeros analizó el resultado superavitario de las cuentas cuasifiscales, es decir la situación de los bancos que depende del Estado nacional, en tanto que con los hombres de la cartera económica examinó las perspectivas para el año que viene.

En ese sentido, y según indicaron fuentes del Palacio de Hacienda, durante las reuniones que se desarrollaron hasta ahora se habló del déficit fiscal que la Argentina tendrá este año y de las reformas estructurales que impulsó De la Rúa y que son las que destrabarán el blindaje financiero.

De acuerdo con lo informado por voceros del Palacio de Hacienda, hay cuatro puntos que son de interés para los técnicos del FMI: “la manera en que se va a instrumentar el pacto con los gobernadores, la concreción de la reforma previsional y la desregulación de las obras sociales, y la aprobación del presupuesto para el año que viene”.

Los miembros del FMI todavía no tuvieron contactos formales con los funcionarios de primera línea de la cartera económica, seguramente porque esperan el arribo de la subdirectora del departamento para el Hemisferio Occidental de ese organismo, la italiana Teresa Ter Minassián.

Por la tarde sí tenían previsto reunirse con la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich.

Ter Minassián tiene previsto llegar a Buenos Aires mañana, para comandar las negociaciones que desembocarán en la aprobación del desembolso que hará el FMI para el blindaje financiero que necesita la Argentina y en la redacción de una nueva carta de intención que renueve las condiciones el vínculo para el año que viene.

El aporte del FMI al blindaje –que conformarán junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) y otros aportes, por un total de más de US$ 20.000 millones– sólo se dará si la Argentina aprueba la reforma previsional y desregula sus obras sociales, según lo adelantó el número dos del organismo multilateral de crédito, Stanley Fischer.

Las negociaciones que a partir de mañana se desarrollarán en el Palacio de Hacienda y que tendrán como referente a Ter Minassián y Raichmann, por un lado, y al ministro de Economía, José Luis Machinea, y a los secretarios de Hacienda, Mario Vicens, y de Programación Macroeconómica y Regional, Miguel Bein, por el otro, es considerada clave.

El motivo es que, de llegar a un acuerdo, podría ser interpretado como un disparador que mejora la visión que los mercados internacionales tienen de la Argentina, en cambio, si el resultado es contrario, el panorama económico local podría complicarse, según consideran fuentes de la cartera económica.

El subsecretario de finanzas, Daniel Marx, confirmó ayer, lunes, desde Washington que el paquete financiero del FMI será en efectivo y que es muy posible que se utilicen gran parte de los desembolsos.

Marx mantuvo reuniones con el director gerente del FMI, el alemán Horst Koehler, con Fischer y Ter Minassian, para ultimar detalles del acuerdo.

Además su agenda incluyó reuniones con el número dos del Tesoro de Estados Unidos Ted Truman y con el vicepresidente para América latina del Banco Mundial David Di Ferrantis, que también participan del paquete financiero para la Argentina.

(DYN). – Técnicos de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) continuaron hoy monitoreando el cumplimiento de las metas fiscales acordadas por la Argentina ante ese organismo y analizaron el impacto que podría tener en la economía las medidas anunciadas por el presidente Fernando de la Rúa hace tres semanas.

La misión que hasta ahora comanda el jefe del denominado “caso argentino”, el chileno Tomás Raichmann, trabajó en dos frentes: uno con técnicos del Banco Central y otro con funcionarios de segunda línea de la cartera económica.

Con los primeros analizó el resultado superavitario de las cuentas cuasifiscales, es decir la situación de los bancos que depende del Estado nacional, en tanto que con los hombres de la cartera económica examinó las perspectivas para el año que viene.

En ese sentido, y según indicaron fuentes del Palacio de Hacienda, durante las reuniones que se desarrollaron hasta ahora se habló del déficit fiscal que la Argentina tendrá este año y de las reformas estructurales que impulsó De la Rúa y que son las que destrabarán el blindaje financiero.

De acuerdo con lo informado por voceros del Palacio de Hacienda, hay cuatro puntos que son de interés para los técnicos del FMI: “la manera en que se va a instrumentar el pacto con los gobernadores, la concreción de la reforma previsional y la desregulación de las obras sociales, y la aprobación del presupuesto para el año que viene”.

Los miembros del FMI todavía no tuvieron contactos formales con los funcionarios de primera línea de la cartera económica, seguramente porque esperan el arribo de la subdirectora del departamento para el Hemisferio Occidental de ese organismo, la italiana Teresa Ter Minassián.

Por la tarde sí tenían previsto reunirse con la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich.

Ter Minassián tiene previsto llegar a Buenos Aires mañana, para comandar las negociaciones que desembocarán en la aprobación del desembolso que hará el FMI para el blindaje financiero que necesita la Argentina y en la redacción de una nueva carta de intención que renueve las condiciones el vínculo para el año que viene.

El aporte del FMI al blindaje –que conformarán junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) y otros aportes, por un total de más de US$ 20.000 millones– sólo se dará si la Argentina aprueba la reforma previsional y desregula sus obras sociales, según lo adelantó el número dos del organismo multilateral de crédito, Stanley Fischer.

Las negociaciones que a partir de mañana se desarrollarán en el Palacio de Hacienda y que tendrán como referente a Ter Minassián y Raichmann, por un lado, y al ministro de Economía, José Luis Machinea, y a los secretarios de Hacienda, Mario Vicens, y de Programación Macroeconómica y Regional, Miguel Bein, por el otro, es considerada clave.

El motivo es que, de llegar a un acuerdo, podría ser interpretado como un disparador que mejora la visión que los mercados internacionales tienen de la Argentina, en cambio, si el resultado es contrario, el panorama económico local podría complicarse, según consideran fuentes de la cartera económica.

El subsecretario de finanzas, Daniel Marx, confirmó ayer, lunes, desde Washington que el paquete financiero del FMI será en efectivo y que es muy posible que se utilicen gran parte de los desembolsos.

Marx mantuvo reuniones con el director gerente del FMI, el alemán Horst Koehler, con Fischer y Ter Minassian, para ultimar detalles del acuerdo.

Además su agenda incluyó reuniones con el número dos del Tesoro de Estados Unidos Ted Truman y con el vicepresidente para América latina del Banco Mundial David Di Ferrantis, que también participan del paquete financiero para la Argentina.

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