Mal trago para bin Laden y los progres europeos

Hasta ahora, la ola de rebeliones no le debe nada a al-Qa’eda ni a los intelectuales. Entretanto, en Egipto la Hermandad Musulmana desoye a Irán y decide hacerse partido, según reveló Muhammad Habib, dirigente de la ex organización terrorista.

18 febrero, 2011

<p>No es casual que, seg&uacute;n sondeos en ese pa&iacute;s, Estados Unidos y Europa occidental, la fraternidad sea la opci&oacute;n mejor estructurada y fuerte en el arco opositor. &ldquo;Las eventuales elecciones &ndash;sostiene Habib- confirmar&aacute;n ese cuadro&rdquo;. Pero hay un problema, como apuntan New York Times y Die Welt: la hermandad se aferra a la shari&aacute; como clave de su plataforma y la poblaci&oacute;n urbana la rechaza. <br /><br />Muy distinto es el destino de los intelectuales y dirigentes europeos, particularmente en Francia, Espa&ntilde;a o Italia. Por ejemplo, dos preguntas que vienen formulando sus colegas &aacute;rabes de T&uacute;nez a Irak: &iquest;por qu&eacute; las democracias, con EE.UU. al frente, esperaron hasta el final para volverse contra Hosni Mubarak o Zin ben Al&iacute;? &iquest;Por qu&eacute; no dijeron en voz alta, desde el principio, lo mismo que las redes sociales, o sea que la &uacute;nica salida deb&iacute;a ser pac&iacute;fica y masiva?<br /><br />A criterio de Josep Borrell (instituto universitario de Florencia), &ldquo;durante a&ntilde;os los europeos tuvieron un discurso hip&oacute;crita estilo rive gauche, que ped&iacute;a democracia a los vecinos meridionales del Mediterr&aacute;neo. En verdad, lo &uacute;nico que les importaba era que mantuviesen la estabilidad y nos protegieran del peligro isl&aacute;mico. Aun al precio de dictaduras corruptas, brutales y nep&oacute;ticas&rdquo;. Indiferentes a la coherencia, muchos &ldquo;progres&rdquo; ten&iacute;an rumbosas mansiones en Marruecos o T&uacute;nez. <br /><br />Sobran evidencias. As&iacute;, ben Ali era miembro de la Internacional Socialista y Jos&eacute; Bono &ndash;presidente del parlamento espa&ntilde;ol- se abrazaba en Guinea ecuatorial con Teodoro Obiang, dictador tan sangriento como servil ante Madrid. Pero lo de hoy no es otro 1989, no cay&oacute; un muro norafricano ni un imperio se deshizo. En todo caso, muchos equivocados piensan en la revoluci&oacute;n isl&aacute;mica de hace treinta a&ntilde;os. Pero la plaza de la Liberaci&oacute;n y otras &aacute;goras modernas no reclaman por el Cor&aacute;n: son tan laicas como, vaya iron&iacute;a, lo eran T&uacute;nez o Egipto mismos antes de las rebeliones y siguen si&eacute;ndolo Siria, Irak, Argelia, etc.<br />&nbsp;</p>

<p>Sin la menor duda &ndash;apunta el columnista Berndt Debusmann-, &ldquo;son d&iacute;as duros para bin Laden y su ladero egipcio, Aim&aacute;n az-Zawahir&iacute;. Ni los dieciocho d&iacute;as de ira en esas ciudades ni sus secuelas en otros pa&iacute;ses invocaban al Islam o su libro&rdquo;. Al-Qaeda sufri&oacute; una derrota, casi un cachetazo. Por cierto, su ideolog&iacute;a no entiende ni desea el tipo de poder popular que acab&oacute; con el muro de Berl&iacute;n, para citar ese antecedente. &ldquo;La peor pesadilla de los fundamentalistas, sunn&iacute;es o shi&iacute;tas, se materializa en el mundo musulm&aacute;n&rdquo;, describe Shibley Telham&iacute; (universidad de Maryland). Para quienes llenaban plazas emblem&aacute;ticas, los llamados al martirio de Al-Qaeda o Mahmud Ahmadinedyad sonaban desorbitados y anacr&oacute;nicos e igual suced&iacute;a en Bahrein &ndash;donde dos agencias anglosajonas intentaban restar importancia a la feroz represi&oacute;n policial-, Libia o Yemen.<br />
<br />
&ldquo;Tampoco se luci&oacute; Barack Obama, hasta que cuestion&oacute; el apoyo hist&oacute;rico de Washington a dictadores y aut&oacute;cratas detestados por la gente. No la ment&oacute;, pero alud&iacute;a a la doctrina de Henry Kissinger&rdquo;, se&ntilde;ala Bruce Riedel, ex funcionario de la CIA. &iquest;Qu&eacute; actitud adoptaban mientras tanto los republicanos?<br />
Al parecer la de su ultraderecha, seg&uacute;n la expresan Timothy Pawlenty, precandidato para las presidenciales de 2012, o Ileana Ross-Lehtinen (diputada): &ldquo;nuestro enemigo es la Hermandad Musulmana&rdquo;. Mucho m&aacute;s racional, James Clapper (Agencia Nacional de Inteligencia) capt&oacute; el v&iacute;nculo entre el crecimiento de la fraternidad y el declive de bin Laden: &ldquo;es una gran ocasi&oacute;n de desarrollar un contradiscurso para oponer a Al-Qaeda&rdquo;. <br />
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