Madrid y París, contra la E.On alemana y la Enel italiana

El culebrón Endesa se complica. Para trabar a E.On, Madrid apeló a Ente Nazionale Elettricità. Pero descubrió que el remedio sería peor que la enfermedad: los italianos tratan de armar un gigante europeo. Tercia París en su contra.

24 febrero, 2006

Por supuesto, ambas sorpresas siguen a la que fue su detonante: la movida de E.On, que amenaza cuidadosos planes españoles para consolidar el mercado energético local. La compañía alemana ha hecho una oferta amigable por Endesa, superior a la hostil de Gas Natural. Pagará alrededor de US$ 34.700 millones por Endesa, la mayor de su tipo por ventas en España. También asumirá sus deudas. La propuesta supera en 30% a la hostil de Gas Natural, que era de 26.300 millones.

E.On señaló que la fusión crearía la mayor compañía mundial en electricidad y gas, con cincuenta millones de clientes en más de treinta países. Pero surge un problema político: el gobierno español apoya la oferta de Gas Natural, pues quiere un “campeón nacional” en ese sector.

Endesa, sin embargo, había calificado de “muy insuficiente” el monto cotizado por Gas Natural y les solicitó una oferta a los alemanes. Además, GN afronta duros desafíos juridicos, ligados a leyes antimonopólicas. Entretanto, la oferta de E.On –explicaba Wulf Bernotat, su CEO- simplemente se agrega a los US$ 8.000 millones invertidos en F&A desde 2004.

Gas Natural esperaba armar un gigante español para competir con rivales mayores. Endesa rechazó su oferta, pero el gobierno la aprobó, contra las objeciones de sus propios reguladores, que la habían desestimado por atentar contra la competencia. Ahora, todo es un matete.

Por otra parte, el mercado eléctrico de la Unión Europea, unos US$ 60.000 millones anuales de facturación, controlado por un pequeño números de grande operadores, es también objeto de investigaciones (E.On y Enel figuran entre las empresas bajo escrutinio) en Bruselas. Hace pocos días, la comisaria del rubro –Neelie Kroes- reveló que ya se habían detectado varias transgresiones a las normas comunitarias.

Pero el asunto dista de haberse terminado, como subrayó Kroes. El miércoles, Gas Natural acudió a la italiana Enel, en pos de una contraoferta superior a la de E.On. Fulvio Conti, director ejecutivo de Enel, debe llegar este fin de semana a una decisión. No será fácil, pues el grupo ya apuntaba a dos compañías francesas (Snet, Suez) y a la belga Électrabel. Dicho de otro modo, Gas Natural arriesga quedar “desnacionalizada” –junto con Endesa, si la toma con auxilio italiano- en un megaholding capaz de rivalizar con E.On.

Dominique Villepin, ministro francés de interior, fue más expeditivo que José Luis Zapatero. Habló directamente, el jueves, con Silvio Berlusconi: “nada de oferta hostil sobre Suez y pongan en el congelador la propuesta de Enel por Snet”, dijo. En España, entretanto, Gas Natural frenaba la negociación con Enel. Desde Bruselas, surgió un influyente apoyo para la alianza Enel-GN: nadie menos que Luca Cordero Montezemolo, presidente de Fiat y la Confederazione nazionale dell’industria. “No permitamos que el localismo español y francés frustre un esquema de esos alcances”, señaló al alemán Günter Verheugen, comisario de industria. Como sucede con el escándalo de los seis puertos norteamericanos vendidos a Dubái, nuevamenre los “intereses nacionales” traban iniciativas globalizadoras.

Por supuesto, ambas sorpresas siguen a la que fue su detonante: la movida de E.On, que amenaza cuidadosos planes españoles para consolidar el mercado energético local. La compañía alemana ha hecho una oferta amigable por Endesa, superior a la hostil de Gas Natural. Pagará alrededor de US$ 34.700 millones por Endesa, la mayor de su tipo por ventas en España. También asumirá sus deudas. La propuesta supera en 30% a la hostil de Gas Natural, que era de 26.300 millones.

E.On señaló que la fusión crearía la mayor compañía mundial en electricidad y gas, con cincuenta millones de clientes en más de treinta países. Pero surge un problema político: el gobierno español apoya la oferta de Gas Natural, pues quiere un “campeón nacional” en ese sector.

Endesa, sin embargo, había calificado de “muy insuficiente” el monto cotizado por Gas Natural y les solicitó una oferta a los alemanes. Además, GN afronta duros desafíos juridicos, ligados a leyes antimonopólicas. Entretanto, la oferta de E.On –explicaba Wulf Bernotat, su CEO- simplemente se agrega a los US$ 8.000 millones invertidos en F&A desde 2004.

Gas Natural esperaba armar un gigante español para competir con rivales mayores. Endesa rechazó su oferta, pero el gobierno la aprobó, contra las objeciones de sus propios reguladores, que la habían desestimado por atentar contra la competencia. Ahora, todo es un matete.

Por otra parte, el mercado eléctrico de la Unión Europea, unos US$ 60.000 millones anuales de facturación, controlado por un pequeño números de grande operadores, es también objeto de investigaciones (E.On y Enel figuran entre las empresas bajo escrutinio) en Bruselas. Hace pocos días, la comisaria del rubro –Neelie Kroes- reveló que ya se habían detectado varias transgresiones a las normas comunitarias.

Pero el asunto dista de haberse terminado, como subrayó Kroes. El miércoles, Gas Natural acudió a la italiana Enel, en pos de una contraoferta superior a la de E.On. Fulvio Conti, director ejecutivo de Enel, debe llegar este fin de semana a una decisión. No será fácil, pues el grupo ya apuntaba a dos compañías francesas (Snet, Suez) y a la belga Électrabel. Dicho de otro modo, Gas Natural arriesga quedar “desnacionalizada” –junto con Endesa, si la toma con auxilio italiano- en un megaholding capaz de rivalizar con E.On.

Dominique Villepin, ministro francés de interior, fue más expeditivo que José Luis Zapatero. Habló directamente, el jueves, con Silvio Berlusconi: “nada de oferta hostil sobre Suez y pongan en el congelador la propuesta de Enel por Snet”, dijo. En España, entretanto, Gas Natural frenaba la negociación con Enel. Desde Bruselas, surgió un influyente apoyo para la alianza Enel-GN: nadie menos que Luca Cordero Montezemolo, presidente de Fiat y la Confederazione nazionale dell’industria. “No permitamos que el localismo español y francés frustre un esquema de esos alcances”, señaló al alemán Günter Verheugen, comisario de industria. Como sucede con el escándalo de los seis puertos norteamericanos vendidos a Dubái, nuevamenre los “intereses nacionales” traban iniciativas globalizadoras.

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