<p>La difusión cumple con una cláusula de la ley de reforma financiera auspiciada por los senadores Christopher Dodd y Barney Frank, posteriormente maltratados por el poderoso cabildeo de la banca privada y sus medios. <br />
La dupla Dodd-Frank modificó normas y obliga a dar nombres, razones sociales, montos operados e intereses.<br />
La información abarca seis programas de rescate e incluye pases cambiarios con otros bancos centrales y compras de títulos respaldados en malas hipotecas. Sobresalen en la nómina los colapsos de Bear Stearns, Lehman Brothers y la aseguradora American International Group.<br />
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Naturalmente, la RF salió a aclarar que había seguido prácticas sanas en manejos de riesgos al administrar esos programas. También sostiene no haber incurrido en pérdidas asociadas a planes anulados o suspendidos y no las esperan en los casos remanentes. <br />
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No obstante, la mera difusión de esos datos acentuará el escrutinio sobre la RF, ya el más intenso desde los años 80. Por ejemplo, la decisión (3 de noviembre) de inyectar US$ 600.000 millones en la economía provoca airadas reacciones –aunque no propuestas alternativas- entre los republicanos. “Esta iniciativa arriesga inflación y burbujas de activos”, afirma una carta (día 17) de la oposición a Benjamin Bernanke, presidente de la RF.<br />
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Esas revelaciones “llegan en un momento inoportuno para el emisor”, apuntan analistas de la institución Brookings, grupo conservador dedicado a las relaciones entre el parlamento y la RF. El informe al legislativo “aparece justamente cuando Bernanke trata de escudar a la entidad contra republicanos que objetan aquella inyección de liquidez. En suma, se reabren heridas causadas durante la crisis sistémica 2007/09”. <br />
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El detalle de datos cubre una gama que desborda los bancos comerciales o las bancas de inversión y afecta compañías como General Electric o las automotrices. Desechando objeciones iniciales de la RF, los legisladores exigieron divulgación, pues el banco central había forzado sus funciones tradicionales tomando pagarés de empresas, activos tóxicos de BS o LB y más de un billón en deuda hipotecaria.<br />
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Bernanke llegó al límite de sus facultades –sin que la junta lo detuviese- aplicando la cláusula 13 (sección 3), que permite auxiliar a los bancos “en circunstancias anómalas”. En varias facilidades, la RF incursionó en préstamos sin avales, o sea sólo contra colaterales, un canal con alto potencial de quebrantos.</p>
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Los que recibieron US$ 3,3 billones en rescates
Por orden inapelable del Congreso, la Reserva Federal reveló por Internet nombres vinculados a 21.000 transacciones por US$ 3,3 billones (millones de millones). Se trataba de rescates y ayuda para afrontar el peor pánico financiero desde los años treinta.