<p>Un factor clave fue la “mentalidad grupal” de técnicos vinculados a la gran banca privada norteamericana, británica y del Benelux. En un informe singularmente crítico, aquella repartición autónoma –quizás el último resabio de Bretton Woods- afirma que el FMI “tardó mucho en detectar los severos problemas conexos imperantes en las economías centrales. Todavía a mediados de 2008, la conducción del Fondo confiaba en que EE.UU. había eludido un aterrizaje violento y lo peor quedaba en el pasado”.<br />
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La capacidad del ente multilateral para “identificar los signos crecientes de crisis quedaba comprometida –subraya el informe- por el espíritu de grupo y las conexiones resultantes. Una peculiar estructura de pensamiento imponía una filosofía: era imposible una crisis financiera de grandes dimensiones en economías avanzadas”. Esto condujo a análisis incompletos. <br />
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Los modelos del FMI y los principales emisores “se centraban mayormente en planteos macroeconómicos convencionales. No atinaban, pues, a percibir los enormes riesgos que se gestaban en los sistemas de EE.UU., Gran Bretaña y otros. Por ende, la vigilancia bilateral sobre la economía norteamericana falló en advertir a las autoridades en lo tocante a riesgos y debilidades pertinentes”. <br />
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Demasiado a menudo, “el Fondo parecía hacerle propaganda a la banca estadounidense o a las políticas de la Reserva Federal. Los escasos críticos en el equipo de la institución o afuera eran ignorados”. Aun advertencias de 2005 (por ejemplo, burbuja hipotecaria), realizadas por Raghuram Rajan –efímero analista jefe del FMI- cayeron en saco roto: la tecnocracia fondista presionó para no renovarle el contrato. <br />
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El documento resalta las dificultades del Fondo para expandir su campo de análisis e incluir la propia estabilidad financiera, “por imperio de posturas intelectuales retrógradas, falta de experiencia adecuada y gobiernos recalcitrantes. Durante los años previos a la crisis, EE.UU. (o sea George W.Bush y Alan Greenspan en la RF) sistemáticamente le negaban autorización al FMI para evaluar la estabilidad del sistema financiero.<br />
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Dominique Strauss-Kahn, que asumió la gerencia general en septiembre de 2007, poco antes de estallar la crisis, contaba con elementos de juicio para ampliar la vigilancia sobre los países miembros. Pero recién en 2009 incorpora parte de esas herramientas analíticas, justamente cuando ese tipo de desequilibrios se desbordaba por la Eurozona en forma de sobreendeudamiento soberano.</p>
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Los expertos del propio FMI lo tachan de inepto
El Fondo Monetario Internacional subestimó groseramente los riesgos que llevaron a la crisis sistémica de 2007/09, seducido por la regulación blanda de Estados Unidos y Gran Bretaña. Así sostiene su oficina de evaluación independiente.