Los argentinos consumen cada vez menos carne
El consumo de carne vacuna llegó en marzo pasado al nivel histórico más bajo, al alcanzar los 51 kilos anuales por habitante, más de 10 kilos menos que el nivel alcanzado un año atrás.
En marzo de 2002, cada argentino consumía 61,4 kilos promedio
anuales, pero la fuerte pérdida de poder adquisitivo, que afecta a
una porción muy importante de la población, se notó en la compra
de cortes vacunos.
A esto hay que agregarle el fuerte incremento de los precios,
que desde la devaluación aumentaron más del 86 por ciento, según
un informe elaborado por la Coordinación de Mercados Ganaderos de
Agricultura.
“El consumo de carne per cápita es el más bajo registrado en la
historia de la Argentina”, resumió ese informe, ya que por ejemplo
en 1929 -año de una fuerte depresión económica- cada argentino
comía anualmente 75 kilos.
Durante la hiperinflación de 1989, el consumo cayó de 73 a 66
kilos, mientras que en épocas de mayor estabilidad económica, la
ingesta promedio no bajaba de los 70 kilos promedio.
El récord se logró en 1956: ese año, el consumo llegó a los 100
kilos per cápita, cifra que puso a la Argentina en el primer lugar
mundial de consumo de carne.
En los Estados Unidos, por ejemplo, el consumo actual
anualizado es de 40 kilos por persona, mientras que en Europa, el
promedio llega a los 20 kilos.
La caída en las compras de carne comenzó a profundizarse a
partir de julio pasado, cuando se produjo un alza en los precios
del ganado en pie, que pasó de costar 0,70 peso por kilo vivo a
casi 2 pesos.
Para el sector frigorífico, esta fuerte caída del consumo
interno se compensó con un incremento de las exportaciones,
alentadas por la devaluación y por haberse superado la crisis de
la fiebre aftosa.
Durante el primer trimestre de 2003, los envíos al exterior
fueron más del doble comparados con los del mismo período del año
pasado.
El ajuste del sector también se refleja en la faena: la matanza
de vacunos cayó un 5 por ciento entre diciembre y marzo pasados.
En marzo de 2002, cada argentino consumía 61,4 kilos promedio
anuales, pero la fuerte pérdida de poder adquisitivo, que afecta a
una porción muy importante de la población, se notó en la compra
de cortes vacunos.
A esto hay que agregarle el fuerte incremento de los precios,
que desde la devaluación aumentaron más del 86 por ciento, según
un informe elaborado por la Coordinación de Mercados Ganaderos de
Agricultura.
“El consumo de carne per cápita es el más bajo registrado en la
historia de la Argentina”, resumió ese informe, ya que por ejemplo
en 1929 -año de una fuerte depresión económica- cada argentino
comía anualmente 75 kilos.
Durante la hiperinflación de 1989, el consumo cayó de 73 a 66
kilos, mientras que en épocas de mayor estabilidad económica, la
ingesta promedio no bajaba de los 70 kilos promedio.
El récord se logró en 1956: ese año, el consumo llegó a los 100
kilos per cápita, cifra que puso a la Argentina en el primer lugar
mundial de consumo de carne.
En los Estados Unidos, por ejemplo, el consumo actual
anualizado es de 40 kilos por persona, mientras que en Europa, el
promedio llega a los 20 kilos.
La caída en las compras de carne comenzó a profundizarse a
partir de julio pasado, cuando se produjo un alza en los precios
del ganado en pie, que pasó de costar 0,70 peso por kilo vivo a
casi 2 pesos.
Para el sector frigorífico, esta fuerte caída del consumo
interno se compensó con un incremento de las exportaciones,
alentadas por la devaluación y por haberse superado la crisis de
la fiebre aftosa.
Durante el primer trimestre de 2003, los envíos al exterior
fueron más del doble comparados con los del mismo período del año
pasado.
El ajuste del sector también se refleja en la faena: la matanza
de vacunos cayó un 5 por ciento entre diciembre y marzo pasados.
