Lo destacado de la semana

La reactivación y la puja por la Reforma Laboral. Dos estilos: De la Rúa y Moyano. Inversiones por US$ 10.000 millones y datos para tener en cuenta. ¿A qué juega Brasil en el Mercosur y cuál es el futuro del bloque? Salud y Ley de Patentes.

29 abril, 2000

La última semana se inició con algunos datos auspiciososo:

· Sostenido aumento del precio internacional del acero, de mano de la reactivación de la economía asiática. En la Argentina, su precio subió 40% en el mes de marzo en relación con igual período de 1999. Había alcanzado su piso a fines de 1998, cuando la tonelada fluctuaba entre US$ 300 y 350. Podría trepar hasta US$ 500 para principios de 2001.

· La tonelada de soja llegaba a los US$ 179, acompañada en la suba por el trigo y el maíz. El campo respiró aire más oxigenado. La cosecha de estos tres productos llegaría a 42 millones de toneladas y aportaría US$ 7.000 millones al ingreso de divisas.

· La imagen se coloreaba de rosa con el anuncio de que en marzo la venta de maquinaria agrícola, en promedio, avanzó 40% sobre el mismo mes del año anterior y de que la abundancia de la cosecha alentaba una tendencia al alza en abril y mayo.

· El gobierno se lanzo al rescate de los bonos Brady y Bocón, en la esperanza de ahorrar, en el transcurso del año, colocaciones de otras obligaciones mediante, unos US$ 1.000 millones.

REACTIVACIÓN E INVERSIONES

Los economistas de la City porteña disentían sobre la reactivación económica. Algunos la percibían como síntomas palpables; otros, creían que era mejor esperar con cautela. De todas maneras, había coincidencias mayoritarias en que, de concretarse, el público percibiría el cambio favorable recién a partir del segundo semestre del año. Paciencia y esperanza.

El secretario de Hacienda, Mario Vicens, ante un selecto auditorio de empresarios, banqueros y ejecutivos, anticipó el martes proyectos de inversión del orden de US$ 10.000 millones. Se concentrarán en comunicaciones, petróleo, gas y construcción.

Este último sector es fuerte demandante de mano de obra y motor del resto de la economía. También dijo que la recaudación de impuestos será 3% mayor que en abril del año pasado. Reconoció que, de todas maneras, no será fácil cubrir las exigencias del Fondo Monetario Internacional.

Daniel Marx aportó lo suyo: “Con el crecimiento por vía de las exportaciones, las inversiones que llegan, la rebaja del riesgo país y la reaparición del crédito, estamos convencidos de que vamos por el camino correcto para ayudar al crecimiento”. Dios lo oiga.

LEY LABORAL, EL PLATO FUERTE

El plato fuerte de la semana fue la discusión en el Senado del proyecto de ley para la Reforma Laboral. La jornada del miércoles estuvo signada por el choque de dos estilos de conducción.

El camionero Hugo Moyano, convertido por los hechos en líder de la CGT rebelde, se mostró oralmente frontal y agresivo. Colocó 20.000 personas en las calles adyacentes a la Plaza a los Dos Congresos y lanzó un paro general para el 5 de Mayo.

En los hechos, mostró que es capaz de comprender la necesidad de no llevar las cosas a un punto de ruptura sin regreso, llamó a la calma y sus hombres de seguridad, disuadieron a algunos tumultuosos y reprimieron a descuidistas que hurgaban bolsillos ajenos. Olvidando los encontronazos del miércoles anterior, los entregaron a la policía.

De todas maneras, se esmera por mantener a su tropa en estado de movilización, asestó una estocada a Federico Storani, a quien recordó la represión policial de una semana antes y las dos muertes ocurridas durante el corte del puente Corrientes-Barranqueras.

Fernando De la Rúa prefiere el florete al hacha de abordaje. Rehuye la embestida frontal y apela a “la estrategia por la aproximación indirecta”, al mejor estilo Lidell Hart. Lograda la votación del proyecto de Reforma Laboral, con los recortes impuestos por el justicialismo, de por sí bastante onerosos, mostró su satisfacción.

El Presidente está convencido de que logró su objetivo principal: crear mejores condiciones para que los empresarios aumenten sus planteles de trabajadores y cumplir con los requerimientos de la burocracia financiera internacional (FMI).

¿Quién ganó la pulseada?

Es difícil cuantificar cuánto ganó el gobierno y cuánto la oposición en la pulseada parlamentaria y callejera. Cada parte coloca sobre su cabeza los laureles de la victoria. Parece más equitativo dictaminar un empate. Y no es malo que los argentinos nos acostumbremos a no embestir a toda carrera. No se debe abandonar la mesa de las negociaciones mientras sea humanamente posible.

Muchos comentaristas anunciaron poco menos que la muerte política de Hugo Moyano, arrinconado por la presión de la Alianza y del menemismo. La verdad, en cambio, es que por el momento surge como el único contendiente más fuerte del oficialismo. A caballo del poder real de su gremio –en la era de la globalización, el transporte desplaza a la industria– ocupa el papel que alguna vez jugaron el mítico Augusto Vandor y su sucesor, Lorenzo Miguel. Mañana, se verá.

La lucha de Moyano se vió acompañada por las reiteradas críticas que la política del Fondo Monetario suscita no solo en el tercer Mundo, sino en Europa, en las cátedras universitarias de Estados Unidos y en la opinión de destacados economistas, entre ellos varios premios Nóbel.

Con una gran parte de la humanidad marginada de la economía de mercado –incluso en bolsones internos de los países ricos– la pregunta del millón es: ¿hasta cuándo se puede sostener una economía de mercado que expulsa cada vez mayores segmentos de la población mundial del acceso al consumo?

MERCOSUR: ¿ TODO O NADA?

No fue un buen día el jueves para la convivencia de los dos socios principales del Mercosur. En el Palacio San Martín, José Luis Machinea, Adalberto Rodríguez Giavarini y Ricardo López Murphy, creyeron al sentarse en la mesa de negociaciones que se estaba jugando el “todo o nada” de las relaciones bilaterales y que la reunión abría las puertas al relanzamiento del Mercosur. No pensaban lo mismo sus colegas brasileños.

El vicecanciller Luiz Felipe Seixas Correa, con aire displicente, se encargó de aclarar que ellos veían el encuentro como una aproximación para identificar problemas y prioridades. ¿Es que acaso los desencuentros de los últimos tiempos nos las marcaron con claridad?

Domingo Cavallo –sus adversarios no dejaron de señalar la proximidad de las elecciones de mayo– solicitó públicamente una audiencia a De la Rúa, para apercibirlo de que durante su reciente visita a Brasil había advertido un clima enrarecido respecto de la Argentina.

De Cavallo se podrá opinar cualquier cosa, menos de que no conoce el juego de los intereses económicos y las relaciones de poder en el ámbito mundial.

GLOBALIZACIÓN Y SALUD

Inquieta a los legisladores de todas las bancadas la decisión de los Estados Unidos de someter a la Organización Mundial de Comercio el tema de las patentes farmacéuticas en la Argentina.

Ese conflicto se planteó en otras naciones del mundo y se ha resuelto en favor de las grandes empresas mundiales del sector.

De todas maneras, ante el avance de los efectos negativos de la globalización económica, con el aumento de la marginación social en grandes áreas de la humanidad, hasta llegar casi al borde del exterminio de poblaciones, como en el Africa subsahariana, se plantean más de un interrogante. ¿Hasta donde el liberalismo económico puede llevar sus pretensiones de colocar al lucro como supremo valor? ¿Qué representa para la dirigencia económica y financiera mundial la salud y la vida de millones de seres humanos?

Esa pregunta no sólo surge de los labios de Juan Pablo II, sino de intelectuales, economistas, políticos y hombres comunes de todos los países.

Defender, dentro de lo razonable, y respetando los intereses de los megalaboratorios medicinales de las naciones desarrolladas, la industria del país y la posibilidad de su población de acceder a remedios indispensables, es la preocupación que embargaba al finalizar la semana a oficialistas y opositores. ¿Cómo enfrentar el nudo gordiano?

La última semana se inició con algunos datos auspiciososo:

· Sostenido aumento del precio internacional del acero, de mano de la reactivación de la economía asiática. En la Argentina, su precio subió 40% en el mes de marzo en relación con igual período de 1999. Había alcanzado su piso a fines de 1998, cuando la tonelada fluctuaba entre US$ 300 y 350. Podría trepar hasta US$ 500 para principios de 2001.

· La tonelada de soja llegaba a los US$ 179, acompañada en la suba por el trigo y el maíz. El campo respiró aire más oxigenado. La cosecha de estos tres productos llegaría a 42 millones de toneladas y aportaría US$ 7.000 millones al ingreso de divisas.

· La imagen se coloreaba de rosa con el anuncio de que en marzo la venta de maquinaria agrícola, en promedio, avanzó 40% sobre el mismo mes del año anterior y de que la abundancia de la cosecha alentaba una tendencia al alza en abril y mayo.

· El gobierno se lanzo al rescate de los bonos Brady y Bocón, en la esperanza de ahorrar, en el transcurso del año, colocaciones de otras obligaciones mediante, unos US$ 1.000 millones.

REACTIVACIÓN E INVERSIONES

Los economistas de la City porteña disentían sobre la reactivación económica. Algunos la percibían como síntomas palpables; otros, creían que era mejor esperar con cautela. De todas maneras, había coincidencias mayoritarias en que, de concretarse, el público percibiría el cambio favorable recién a partir del segundo semestre del año. Paciencia y esperanza.

El secretario de Hacienda, Mario Vicens, ante un selecto auditorio de empresarios, banqueros y ejecutivos, anticipó el martes proyectos de inversión del orden de US$ 10.000 millones. Se concentrarán en comunicaciones, petróleo, gas y construcción.

Este último sector es fuerte demandante de mano de obra y motor del resto de la economía. También dijo que la recaudación de impuestos será 3% mayor que en abril del año pasado. Reconoció que, de todas maneras, no será fácil cubrir las exigencias del Fondo Monetario Internacional.

Daniel Marx aportó lo suyo: “Con el crecimiento por vía de las exportaciones, las inversiones que llegan, la rebaja del riesgo país y la reaparición del crédito, estamos convencidos de que vamos por el camino correcto para ayudar al crecimiento”. Dios lo oiga.

LEY LABORAL, EL PLATO FUERTE

El plato fuerte de la semana fue la discusión en el Senado del proyecto de ley para la Reforma Laboral. La jornada del miércoles estuvo signada por el choque de dos estilos de conducción.

El camionero Hugo Moyano, convertido por los hechos en líder de la CGT rebelde, se mostró oralmente frontal y agresivo. Colocó 20.000 personas en las calles adyacentes a la Plaza a los Dos Congresos y lanzó un paro general para el 5 de Mayo.

En los hechos, mostró que es capaz de comprender la necesidad de no llevar las cosas a un punto de ruptura sin regreso, llamó a la calma y sus hombres de seguridad, disuadieron a algunos tumultuosos y reprimieron a descuidistas que hurgaban bolsillos ajenos. Olvidando los encontronazos del miércoles anterior, los entregaron a la policía.

De todas maneras, se esmera por mantener a su tropa en estado de movilización, asestó una estocada a Federico Storani, a quien recordó la represión policial de una semana antes y las dos muertes ocurridas durante el corte del puente Corrientes-Barranqueras.

Fernando De la Rúa prefiere el florete al hacha de abordaje. Rehuye la embestida frontal y apela a “la estrategia por la aproximación indirecta”, al mejor estilo Lidell Hart. Lograda la votación del proyecto de Reforma Laboral, con los recortes impuestos por el justicialismo, de por sí bastante onerosos, mostró su satisfacción.

El Presidente está convencido de que logró su objetivo principal: crear mejores condiciones para que los empresarios aumenten sus planteles de trabajadores y cumplir con los requerimientos de la burocracia financiera internacional (FMI).

¿Quién ganó la pulseada?

Es difícil cuantificar cuánto ganó el gobierno y cuánto la oposición en la pulseada parlamentaria y callejera. Cada parte coloca sobre su cabeza los laureles de la victoria. Parece más equitativo dictaminar un empate. Y no es malo que los argentinos nos acostumbremos a no embestir a toda carrera. No se debe abandonar la mesa de las negociaciones mientras sea humanamente posible.

Muchos comentaristas anunciaron poco menos que la muerte política de Hugo Moyano, arrinconado por la presión de la Alianza y del menemismo. La verdad, en cambio, es que por el momento surge como el único contendiente más fuerte del oficialismo. A caballo del poder real de su gremio –en la era de la globalización, el transporte desplaza a la industria– ocupa el papel que alguna vez jugaron el mítico Augusto Vandor y su sucesor, Lorenzo Miguel. Mañana, se verá.

La lucha de Moyano se vió acompañada por las reiteradas críticas que la política del Fondo Monetario suscita no solo en el tercer Mundo, sino en Europa, en las cátedras universitarias de Estados Unidos y en la opinión de destacados economistas, entre ellos varios premios Nóbel.

Con una gran parte de la humanidad marginada de la economía de mercado –incluso en bolsones internos de los países ricos– la pregunta del millón es: ¿hasta cuándo se puede sostener una economía de mercado que expulsa cada vez mayores segmentos de la población mundial del acceso al consumo?

MERCOSUR: ¿ TODO O NADA?

No fue un buen día el jueves para la convivencia de los dos socios principales del Mercosur. En el Palacio San Martín, José Luis Machinea, Adalberto Rodríguez Giavarini y Ricardo López Murphy, creyeron al sentarse en la mesa de negociaciones que se estaba jugando el “todo o nada” de las relaciones bilaterales y que la reunión abría las puertas al relanzamiento del Mercosur. No pensaban lo mismo sus colegas brasileños.

El vicecanciller Luiz Felipe Seixas Correa, con aire displicente, se encargó de aclarar que ellos veían el encuentro como una aproximación para identificar problemas y prioridades. ¿Es que acaso los desencuentros de los últimos tiempos nos las marcaron con claridad?

Domingo Cavallo –sus adversarios no dejaron de señalar la proximidad de las elecciones de mayo– solicitó públicamente una audiencia a De la Rúa, para apercibirlo de que durante su reciente visita a Brasil había advertido un clima enrarecido respecto de la Argentina.

De Cavallo se podrá opinar cualquier cosa, menos de que no conoce el juego de los intereses económicos y las relaciones de poder en el ámbito mundial.

GLOBALIZACIÓN Y SALUD

Inquieta a los legisladores de todas las bancadas la decisión de los Estados Unidos de someter a la Organización Mundial de Comercio el tema de las patentes farmacéuticas en la Argentina.

Ese conflicto se planteó en otras naciones del mundo y se ha resuelto en favor de las grandes empresas mundiales del sector.

De todas maneras, ante el avance de los efectos negativos de la globalización económica, con el aumento de la marginación social en grandes áreas de la humanidad, hasta llegar casi al borde del exterminio de poblaciones, como en el Africa subsahariana, se plantean más de un interrogante. ¿Hasta donde el liberalismo económico puede llevar sus pretensiones de colocar al lucro como supremo valor? ¿Qué representa para la dirigencia económica y financiera mundial la salud y la vida de millones de seres humanos?

Esa pregunta no sólo surge de los labios de Juan Pablo II, sino de intelectuales, economistas, políticos y hombres comunes de todos los países.

Defender, dentro de lo razonable, y respetando los intereses de los megalaboratorios medicinales de las naciones desarrolladas, la industria del país y la posibilidad de su población de acceder a remedios indispensables, es la preocupación que embargaba al finalizar la semana a oficialistas y opositores. ¿Cómo enfrentar el nudo gordiano?

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