Según la información que fueron publicando los tribunales comerciales de la Capital Federal, durante el año pasado se registraron 1.785 concursos y quiebras, lo que implica un aumento de 0,1% contra la misma cantidad de 1999 y de 1% frente a 1998.
Esto significa que la variable prácticamente no se movió en los últimos tres años; analizando el dato de un modo optimista puede decirse que, a pesar de la recesión que acompañó al año 2000, no se registró un crecimiento importante en la cantidad de empresas y personas que por sus problemas comerciales dejan de poder operar.
Pero hay un dato que tiñe esta visión con cierto pesimismo; en el último semestre del año próximo pasado creció la cantidad de concursos lo que permite prever, que en los primeros meses de este año, el indicador seguirá subiendo, ya que un concurso es generalmente la antesala de una quiebra.
Dentro de los quebrantos, y al igual que en la producción industrial, el año 2000 puede dividirse en dos mitades.
Hasta junio, la variable parecía mejorar de manera substancial; sin embargo, desde agosto la situación general empeoró y la variable tuvo un fuerte salto alcanzando los mayores niveles desde mediados del ´96 cuando el efecto tequila impactaba de lleno.
El caso más importante del año se conoció en febrero. La obra social de la Unión Obrera Metalúrgica presentó ese mes su concurso proveído, con deudas por $ 73,18 (el mayor pasivo individual en cinco años).
En mayo surgió el concurso de la Compañía Costera Criolla mientras que en junio apareció el de Chocolates Bariloche con un pasivo de más de $ 40 millones.
No hubo nombres importantes hasta septiembre, cuando el gremio que dirige Lorenzo Miguel volvió a ser noticia dentro de la variable al aparecer el concurso de la propia UOM con deudas declaradas por más de $ 10 millones.
Según la información que fueron publicando los tribunales comerciales de la Capital Federal, durante el año pasado se registraron 1.785 concursos y quiebras, lo que implica un aumento de 0,1% contra la misma cantidad de 1999 y de 1% frente a 1998.
Esto significa que la variable prácticamente no se movió en los últimos tres años; analizando el dato de un modo optimista puede decirse que, a pesar de la recesión que acompañó al año 2000, no se registró un crecimiento importante en la cantidad de empresas y personas que por sus problemas comerciales dejan de poder operar.
Pero hay un dato que tiñe esta visión con cierto pesimismo; en el último semestre del año próximo pasado creció la cantidad de concursos lo que permite prever, que en los primeros meses de este año, el indicador seguirá subiendo, ya que un concurso es generalmente la antesala de una quiebra.
Dentro de los quebrantos, y al igual que en la producción industrial, el año 2000 puede dividirse en dos mitades.
Hasta junio, la variable parecía mejorar de manera substancial; sin embargo, desde agosto la situación general empeoró y la variable tuvo un fuerte salto alcanzando los mayores niveles desde mediados del ´96 cuando el efecto tequila impactaba de lleno.
El caso más importante del año se conoció en febrero. La obra social de la Unión Obrera Metalúrgica presentó ese mes su concurso proveído, con deudas por $ 73,18 (el mayor pasivo individual en cinco años).
En mayo surgió el concurso de la Compañía Costera Criolla mientras que en junio apareció el de Chocolates Bariloche con un pasivo de más de $ 40 millones.
No hubo nombres importantes hasta septiembre, cuando el gremio que dirige Lorenzo Miguel volvió a ser noticia dentro de la variable al aparecer el concurso de la propia UOM con deudas declaradas por más de $ 10 millones.