Lavagna ya tendría a “su hombre” para la presidencia del Central

El ministro de Economía tendría la intención de ubicar al director del Banco Francés Amadeo Vázquez en la presidencia del Banco Central, en reemplazo de Aldo Pignanelli.

30 agosto, 2002

De acuerdo con informaciones periodísticas, en la “city”
porteña son insistentes los rumores que indican que el ministro ya
“tanteó” a Vázquez, que tiene amplia experiencia en el sistema
financiero.

Este banquero -que fue vicepresidente del Banco Río- tiene
sólidos contactos con empresarios del sector productivo, algo de
lo que carece Pignanelli.

Por otra parte, el ministro de Economía les habría solicitado a los presidentes de los bancos públicos que pongan en marcha una serie de medidas tendientes a reestructurar la organización de las entidades, que incluiría la reducción costos, el achicamiento del número de sucursales, la cotización en Bolsa, y la contratación de asesoramiento externo.

Así lo expresaría una nota firmada por Lavagna y enviada a los bancos Nación, Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires, en la cual se les solicitaría que ante “la grave crisis” que “ha influido negativamente en el accionar de la banca pública”, sería “conveniente” acudir a “la contratación de asesoramiento externo al banco que contribuya al replanteo estratégico del mismo y a la posterior implementación de las reformas sugeridas”.

Si bien la banca pública eligió el silencio de radio, el presidente del Banco de Intercambio y Comercio Exterior (BICE), Arnaldo Bocco, señaló que no recibió esa nota, pero afirmó ver “otra circulando firmada por un secretario de Estado, dirigida a los presidentes de bancos, donde se mencionan estos mismos conceptos”.

Tembién el ministro de Economía sostuvo que si bien “la tarea que queda por hacer es enorme” en materia de política económica, Argentina vive “una realidad infinitamente mejor a la que se pronosticaba”.

El funcionario señaló que “a fines de abril y comienzos de
mayo, muchos observadores y analistas del país y del exterior,
sostenían que era inminente la hiperinflación, un retroceso
adicional en la actividad productiva y el incumplimiento de las
obligaciones externas. Esos pronósticos no se cumplieron en
absoluto”.

Según Lavagna, “si hoy flexibilizáramos las restricciones
fiscales, si dejáramos de tener un ancla monetaria, si
interviniéramos de manera errática en los mercados de bienes y
servicios o en los financieros, entraríamos en un populismo que
rápidamente nos haría retroceder a una situación aguda de
crisis”.

El titular del Palacio de Hacienda indicó además que “la idea de
una recuperación ´mágica´” de la economía “no sólo es falsa, sino
que no es una base sólida como para afirmar un programa que
creemos suficientemente fuerte y realista dentro de las difíciles
circunstancias de la Argentina”.

El ministro salió en defensa de su gestión, al subrayar que el
programa que lleva adelante “incluye la defensa del tipo de cambio
libre con intervenciones moderadas, la oposición a la fijación de
un sistema de control de precios, el freno al alza de salarios
decidida sin intervención del sector privado y una ley de quiebras
acorde con estándares internacionales”.

“Además, tenemos mayor seguridad jurídica para los inversores,
mejor tipificación de delitos económicos, acuerdos con las
provincias de reducción de déficit y no emisión de cuasi monedas,
reducción de exenciones tributarias y canje voluntario de
depósitos por bonos”, entre otras cuestiones, según dijo Lavagna.

El funcionario afirmó que, dentro de las “tareas que quedan por
hacer”, se destaca “la necesidad de iniciar un proceso de
renegociación de la deuda externa, que empezaremos rápidamente una
vez que alcancemos el acuerdo con el FMI”.

De acuerdo con informaciones periodísticas, en la “city”
porteña son insistentes los rumores que indican que el ministro ya
“tanteó” a Vázquez, que tiene amplia experiencia en el sistema
financiero.

Este banquero -que fue vicepresidente del Banco Río- tiene
sólidos contactos con empresarios del sector productivo, algo de
lo que carece Pignanelli.

Por otra parte, el ministro de Economía les habría solicitado a los presidentes de los bancos públicos que pongan en marcha una serie de medidas tendientes a reestructurar la organización de las entidades, que incluiría la reducción costos, el achicamiento del número de sucursales, la cotización en Bolsa, y la contratación de asesoramiento externo.

Así lo expresaría una nota firmada por Lavagna y enviada a los bancos Nación, Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires, en la cual se les solicitaría que ante “la grave crisis” que “ha influido negativamente en el accionar de la banca pública”, sería “conveniente” acudir a “la contratación de asesoramiento externo al banco que contribuya al replanteo estratégico del mismo y a la posterior implementación de las reformas sugeridas”.

Si bien la banca pública eligió el silencio de radio, el presidente del Banco de Intercambio y Comercio Exterior (BICE), Arnaldo Bocco, señaló que no recibió esa nota, pero afirmó ver “otra circulando firmada por un secretario de Estado, dirigida a los presidentes de bancos, donde se mencionan estos mismos conceptos”.

Tembién el ministro de Economía sostuvo que si bien “la tarea que queda por hacer es enorme” en materia de política económica, Argentina vive “una realidad infinitamente mejor a la que se pronosticaba”.

El funcionario señaló que “a fines de abril y comienzos de
mayo, muchos observadores y analistas del país y del exterior,
sostenían que era inminente la hiperinflación, un retroceso
adicional en la actividad productiva y el incumplimiento de las
obligaciones externas. Esos pronósticos no se cumplieron en
absoluto”.

Según Lavagna, “si hoy flexibilizáramos las restricciones
fiscales, si dejáramos de tener un ancla monetaria, si
interviniéramos de manera errática en los mercados de bienes y
servicios o en los financieros, entraríamos en un populismo que
rápidamente nos haría retroceder a una situación aguda de
crisis”.

El titular del Palacio de Hacienda indicó además que “la idea de
una recuperación ´mágica´” de la economía “no sólo es falsa, sino
que no es una base sólida como para afirmar un programa que
creemos suficientemente fuerte y realista dentro de las difíciles
circunstancias de la Argentina”.

El ministro salió en defensa de su gestión, al subrayar que el
programa que lleva adelante “incluye la defensa del tipo de cambio
libre con intervenciones moderadas, la oposición a la fijación de
un sistema de control de precios, el freno al alza de salarios
decidida sin intervención del sector privado y una ley de quiebras
acorde con estándares internacionales”.

“Además, tenemos mayor seguridad jurídica para los inversores,
mejor tipificación de delitos económicos, acuerdos con las
provincias de reducción de déficit y no emisión de cuasi monedas,
reducción de exenciones tributarias y canje voluntario de
depósitos por bonos”, entre otras cuestiones, según dijo Lavagna.

El funcionario afirmó que, dentro de las “tareas que quedan por
hacer”, se destaca “la necesidad de iniciar un proceso de
renegociación de la deuda externa, que empezaremos rápidamente una
vez que alcancemos el acuerdo con el FMI”.

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